26 de septiembre de 2011
Tu mundo en mi camino CAP 2
*Tu mundo en mi
camino…
Capítulo 2: “Novedades”
Era otro día
de lo más normal.
Hacía ya
algunos días que había comenzado el último curso y me estaba aplicando lo más
que podía para obtener buenos créditos. Sí, era muy cierto que gran parte de
mis ahorros los había gastado el año pasado en mi cambio de apariencia y en el
arreglo de las motos que usaba con Jake, pero en estas vacaciones había
encontrado un empleo a tiempo parcial en la biblioteca municipal de Forks y
había no sólo recuperado lo invertido, sino que lo había superado. Por lo que
estaba bastante emocionada con la posibilidad de irme a alguna buena y lejana
universidad.
Sí, dije
lejana. Al fin llegó el momento de reconocer que no me hace tanto bien seguir
anclada aquí por ellos. Total, no era como si fuera que se marcharon bajo la
promesa de volver a por mí o algo así. Tenía que reconocer que ellos “se fueron” por mí.
Por suerte,
Charlie nunca supo de dichos gastos, así que para él, obviamente, fue como si
nada. Sólo le extrañó un poco cuando le dije que esperaba irme más al norte a
alguna universidad con mucho sol. Nótese el sarcasmo. Universidad con mucho sol
= Cero vampiros.
Odiaba el
hecho de dejar a Charlie solo, sobre todo con lo mal que cocina, pero he notado
que ha estado frecuentando mucho a una tal Sue. Su esposo Harry era uno de los
mejores amigos de mi padre y falleció el año pasado, así que ellos… En fin, no
quiero pensar en ello, sólo me alegraré de que Charlie no quede a la deriva por
mi culpa.
En aquel
momento estaba contenta porque hoy era uno de los pocos días de sol que suele
haber en este siempre nublado Forks. Era lunes y me dirigía al instituto como
siempre repasando mentalmente como era el procedimiento para resolver una
ecuación compleja ya que hoy tenía examen de cálculo.
Aparqué cerca
de la salida ya que no había muchos autos todavía. Era temprano. Saqué de mi
bolso el libro de ejercicios de cálculo y decidí repasar un poco más. Me perdí
un poco en el tiempo ya que cuando levanté la vista de nuevo me encontré con un
estacionamiento a rebosar de gente. Miré mi reloj y me asombré al ver que
apenas tenía unos minutos antes de que mi primera clase comenzara. Me apresuré
a salir de mi camioneta y como siempre mi falta de equilibrio me hizo caer.
Maldiciendo a diestro y siniestro me dirigí a la tan odiada clase.
La mañana pasó
con más actividad de lo normal aunque no me interesaba para nada averiguar el
por qué. Así que sin preguntar nada a nadie seguí con mis cosas.
Ya a la hora
del almuerzo me dirigí a la cafetería como todos, mientras ojeaba un libro de
biología para la clase de hoy. Sí, me había convertido en prácticamente una
nerd este año. Pero bueno, lo que sea por salir de aquí, pensé mientras me
concentraba en leer en el movimiento y esquivar gente. Increíblemente lo logré.
Nada más entrar en el comedor una estruendosa y chillona voz me llamó a los gritos.
-¡Beeellaaaaa!
-Humpffff-
exclamé cuando se me avalanzó como un tornado dejándome sin aire con el golpe.
-Ups... Lo
siento, lo siento, lo siento.
-No importa
¿Qué ha pasado para que estés así de contenta Ness?
-Oh, no lo sé,
nada- dijo haciéndose la interesante.
-Ya escúpelo
niñata.
-Oh… Pues
ahora por decirme así no te diré nada de nada.
-¿Estás segura
de eso?- le pregunté mirándola con mi mejor cara de inocente.
-¿Sí?
-Okey…
-¿Beeeellaaaa?
-¿Qué? Si tú
estás tan feliz debe de estar relacionado con tu lobito, que da la casualidad
de que es mi mejor amigo con el cual no tengo secretos, así que si tú no me
quieres contar seguramente él lo…
-Aaarggg… De
verdad que a veces eres mala ¿Eh? Ok, de todas formas te lo iba a tener que
decir- suspiró derrotada –
Jakeyyolovamosahacerestesábadoynecesitoquemecubrasdiciendoquemevoya
dormiratucasa- dijo de un tirón sin respirar y tan nerviosa que estaba
estrujando todos sus libros entre sus brazos.
-Disculpa
¿Qué? No te entendí nada Ness, respira y cuéntame despacio lo que quieres o lo
que sucede- dije más tranquila dirigiéndome a una mesa que estaba vacía por el
momento.
-Bueno- se
removió incómoda en la silla- es que Jacob y yo hemos decidido hacerlo este fin
de semana- yo me quedé de piedra-. Verás, mis padres se van a ir a pasar el fin
de semana en Seattle así que sería el momento ideal, pero necesito que me
cubras con mis padres diciendo que me voy a quedar en tu casa todo el fin de
semana ¿Entiendes? ¿Por favor?
-Mmm… Guau… o
sea… Sí, no hay problema, pero ¿Estás segura?
-¿Segura?
¡Pero si me ha costado un montón convencerlo!
-¡¿Qué?!
-Oh, vamos
Bella. No te hagas quieres ¿Acaso tú no querías hacerlo con tu vampirito?
Me quedé
paralizada ante la ola de recuerdos que me invadieron ante el recordatorio de
aquello. Las sensaciones, las ansias, las ganas. El amor.
-Lo siento
Bells- susurró ella tomando mi mano y logrando con ello traerme de nuevo a la
realidad.
-No, no, está
bien. No importa.
-Entonces…
-Sí Nessie, no
hay problema. Si quieres podemos ir hoy después de la escuela para que hable
con ellos.
-¡Gracias,
gracias, gracias, gracias!- dijo saltando por la mesa para abrazarme.
-Oh que
ternura ¿No?- se escuchó detrás de mí.
-Ya vete
Lauren- dijo Nessie.
-Oh ¡Pero si
la nuevita tienes uñas!- dijo la aludida tratando de hacerse ver ante las que
la acompañaban que no eran otras que Jessica y Millie, una chica de un curso
inferior que la seguía como un perrito faldero.
-¡Oh! ¿No las
habías visto todavía?- preguntó Ness dulcemente para luego cambiar a una cara
de lo más temible- ¿Quieres que te muestre lo que puedo hacer con ellas en tu
muy horrible rostro?
-… No te lo
tomes así nenita- siguió. Se notaba a leguas que solo lo hacía para no quedar
como una cobarde pero no se daba cuenta que quedaba patética la pobre.
-Mira perra…
De “nenita” un cuerno- dijo Ness cada vez más molesta e impaciente-, tú y tus
amiguitas se las piran de aquí ya, antes de que de verdad agoten la poca
paciencia diaria que les tengo y me vea obligada a marcar profundamente sus
deformados rostros ¡¿Está claro?!- gritó parándose de su silla.
Todas salieron
pitando de allí de lo más molestas de perder contra la nueva, una vez más,
mientras que varios a nuestro alrededor se reían al escuchar lo que Nessie les
había dicho.
Nosotras no
aguantamos las risas por lo que terminamos la hora del almuerzo con un gran
dolor de panza y grandes lagrimones en nuestras mejillas. Dios, había olvidado
lo que era reír hasta llorar.
Una vez que
terminamos nos separamos para dirigirnos a nuestras respectivas aulas. Al llegar
a la mía todos estaban cuchicheando como cotorras, aunque entre tanto ruido era
difícil el escuchar el tema en cuestión.
Todo se aclaró
cuando detrás del señor Banner entró un joven al que no había visto jamás.
Toda la clase
se quedó en silencio desde el momento en el que la mayoría lo vio.
-Bueno clase,
me alegro que mi presencia cause tal silencio- dijo el profesor de manera
irónica-. Les presento al señor Damon Salvatore quien estará con nosotros
durante el resto del año. Señor Salvatore por favor tome asiento.
No se me pasó
por alto que el único asiento libre era al lado mío, pero lo disimulé lo mejor
que pude mi renuencia a la compañía.
El tal Damon
parecía un poco mayor para estar en el último curso de secundaria, más bien
parecía ir en tercero de universidad o algo así, pero esos eran detalles que no
me tenían por qué importar siquiera. Corrí mis libros más hacia a mí cuando vi
que él se dirigía hacia su lugar a mi lado.
-Hola- dijo en
cuanto estuvo sentado.
-Hola-
respondí escuetamente tratando de evitar cualquier tipo de comienzo de
conversación.
Noté que él me
miró intrigado durante unos momentos y que luego miraba hacia adelante sin
molestarse en poner atención.
No quería ser
grosera ni nada, pero algo en este chico me daba mala espina. No sabía que
exactamente pero… Él era muy hermoso, de eso no había ninguna duda. Era alto y
de piel muy blanca, aunque no tanto como la de “ellos”. Sus ojos eran celestes casi blancos, como si fueran
cristales de hielo. Su mirada era
claramente sardónica y sobrante en ironía, aunque por lo que llegué a ver
también tenía un deje de tristeza, raro. Era musculoso pero no demasiado. Su
ropa era sobria ya que vestía enteramente de negro. Camiseta negra, campera de
cuero negra, pantalones negros… Y sí, zapatos negros también. Incluso su pelo
lo era.
Él tenía una
innegable atracción en su forma. No podía dejar de comparar algunas similitudes
con “ellos”, pero a la vez eran rápidamente descartadas por las grandes
diferencias. Sentía que algo no encajaba.
Pasé toda la
hora nerviosa sin saber por qué y apenas sonó el timbre recogí velozmente mis
cosas lista para salir disparada de allí.
No pude.
Él estaba
ligeramente recostado en la silla balanceándose en ella hacia atrás y a la vez cortándome el paso mientras tenía
las manos entrelazadas sobre su regazo.
-¿Me
permites?- pregunté con un hilo de voz. Odié aquello.
-Quédate y
hablaremos- dijo mirándome fijamente.
Yo me quedé
mirándolo como diciendo ¿Eh?
-Mira tengo
que salir así que por favor, córrete de mi camino- dije poniendo más fuerza de
la necesaria en cada palabra.
Él me miró
unos segundos en shock sentándose bien por un momento y dándome paso hacia mi
libertad en el camino.
Aproveché su
consternación, aunque no sabía el por qué, para salir pitando de allí y
rápidamente me dirigí a la clase siguiente, historia. Me sorprendí cuando lo vi
allí, ya sentado detrás del que se suponía era mi asiento habitual. Esto se
estaba poniendo de lo más raro.
Me senté donde
siempre, tratando con todas mis fuerzas el controlar los latidos ahora
frenéticos de mi destartalado corazón y mis nerviosismos repitiéndome a mí
misma que no había nada por lo cual estar así. Hasta que sentí una risita
detrás de mí que me puso en un segundo los pelos de puntas. Para mi desagrado no
pude concentrarme en una sola palabra durante toda la clase. Toda mi escasa
atención estaba puesta en el menor movimiento del chico de atrás. Tenía mis
cinco sentidos en él.
Una vez que
hubo terminado la clase volé hasta mi camioneta para encontrarme con Nessie
junto a Jacob recostados sobre mi puerta.
-¿Qué hubo
Bells?- preguntó Jake aun sin mirarme.
No contesté.
No podía. Todavía no podía hallar mi voz. Tenía miedo. Era algo estúpido pero
lo tenía.
-¿Bells?
–Preguntó ahora mirándome- ¿Qué pasa? ¿Ocurrió algo? ¡Habla!- dijo Jake cada
vez más frenético mirando para todos lados a la vez que se acercaba hacia mí.
-No. No, no es
nada. Lo siento.- le dije. Me miró y no sé lo que vio, pero me abrazó muy
fuerte. Lo necesitaba y él lo sabía.
-No lo
sientas. Sé que algo pasó, dime que es Bells. Tiene algo que ver con…
-¡No! No. No
es nada, de verdad, sólo algunos malos recuerdos ¿De acuerdo?
--Sabes que no
te creo… Pero de acuerdo, dímelo en cuanto estés lista- dijo él sabiendo
perfectamente que algo pasaba pero más tranquilo al saber que no tenía nada que
ver con ellos. Yo sólo me limité a asentir.
-Bueno. Creo
que ahora puedes devolverme a mi novio ¿No Bells?- dijo Ness tratando a
alivianar el ambiente, cosa que le agradecí enormemente.
-¡Oh! ¿Tú
crees?- dije mientras me aferraba más a mi Jake.
-Beeeellaaaa-
dijo amenazadoramente.
-Jajajaja- se
rió Jake mientras nos abrazaba a cada una con un brazo-, no peleen por mí
chicas… Hay Jake para todas… Huummmpff…- exclamó tras recibir un golpe el pie
con el taco de Nessie.
-¿Con que hay
para todas? ¿Eh?
-No bebé… No
quise… Aaargg… Belly ayúdame- rogó.
Jake se
desesperaba cuando Nessie se peleaba con él. Ya fuera en broma o real él nunca
soportaba eso.
-Mmm… Creo que
te mereces que ambas nos enojemos contigo Jake… -él puso cara de consternación
y luego de horror.
Nosotras nos
miramos y nos echamos a reír ruidosamente.
-Oh, son
malas, en verdad ¿Eh? Quizás fuera mejor que me vaya y las deje divertirse
entre ustedes, o mejor aún, que yo me enoje con ustedes y nos les hable por… No
sé… ¿Tres días? Sí, yo puedo hacer eso.
Todo aquel
dramático discurso sólo nos hizo reír aún más.
-Ja… Jake… Tú…
No serías… Capaz… De no hablar… Con Ness… Por menos… De una… hora- dije yo
entrecortadamente en medio de grandes ataques de risa.
-Mmm… Claro
que…
-Ay, lobito-
dijo Ness dulcemente acercándose a él para abrazarlo- Te amo.
Y eso fue
todo.
Tuve que
esperar unos cinco minutos a que terminaran de devorarse la boca para que me
dejaran subir a mi camioneta.
-Oigan,
entonces nos vemos en un rato en la reserva ¿No?
-Sí… Lobito-
dije bromando con él. Él sólo se encogió de hombros y se fue a su auto.
Yo manejé
hasta la casa de Ness y arreglé todo con su mamá para que la dejara quedarse
conmigo alegando que Charlie seguramente
se iría de pesca y yo me quedaría sola. O sea, di pena. Una vez que ella aceptó
y dejó de tratar de convencerme para que los acompañara, nos fuimos a la
reserva de Jake a darle las buenas nuevas.
No dije nada
pero…
Durante todo
el camino tuve la sensación de ser observada pero decidí sacar esa idea de mi
mente. No necesitaba más problemas con mi cabeza.
D. POV.:
Esto estaba
mal.
La chica era…
Rara.
No pude entrar
en su mente. No pude hacer que me obedezca. Y no tenía olor a verbena en su
sistema.
Yo no podía
fallar en esto.
Después de
haber terminado con Klaus y ver como mi hermano disfrutaba abiertamente de su
amada Elena… Tenía que pasar algo más.
La misiva de
Katherine llegó dos días antes de que emprendiera mi viaje a Europa para
seguirla. Era una amenaza abierta.
La muy zorra,
se aprovechaba por estar al otro lado del mundo que sino…
Al parecer la
muy hija de puta nos había ocultado- como siempre- información muy, MUY
importante.
Entre los
escritos de Issobel había un volumen especial dedicado a los principios de la
raza vampírica y ella lo sabía. Katherine quería hacernos temer de verdad, por
lo que junto con su “nota de cariños” nos envió el libro en cuestión. Stefan se
puso como loco y dijo que esto de verdad estaba mal y no sé cuántas otras
burradas más. Para mí siempre era más y más de lo mismo. Problemas aquí,
problemas allá. Y bla, bla, bla. Pero al menos tanto alboroto me mantenía
entretenido.
Lo preocupante
es que esta vez la amenaza iba directamente hacia Elena. Y ahí era donde se
acababa mi chiste.
Al parecer, en
el principio de todo hubo un vampiro muy diferente a nosotros que había engendrado
en una humana. Esa humana dio a luz a una especie de híbrido que crecía tal y
cómo humano pero se alimentaba como vampiro. Al crecer dejó de envejecer,
estancándose en el tiempo. Las memorias o leyendas dicen que ese ser era
increíblemente hermoso por lo que sus víctimas caían casi sin ser conscientes
de ello. No se sabe con exactitud cuánto tiempo pasó, ahí sólo decía que ese
híbrido había enamorado a una humana y que hasta vivió con ella dejando de lado
su sed y pasando a alimentarse de animales con tal de seguir a su lado- una
verdadera estupidez si alguien me pregunta-. En fin… Lo siguiente que se dice
es que esta humana no fue destrozada como la anterior sino que tuvo un embarazo
normal, del cual salió el primero de nuestra raza. El bebé creció como humano y
al crecer dejó de envejecer al igual que su padre, pero también comenzó a
demostrar algunas debilidades que su padre no poseía.
Su hijo no
toleraba la luz del sol por lo que sólo salía a cazar de noche. Le salieron
dientes filosos como los de un felino con los cuales cazaba succionando y
drenando la sangre de los cuerpos a través de ellos u luego dejando tan sólo
unas pequeñas marcas sin transformar ni nada. Su piel no era dura e
indestructible. Tampoco era igual su veneno. El hijo no poseía la ponzoña para
el cambio. También notaron que la madera lo lastimaba e inmovilizaba
temporalmente. Su padre no sabía que era en lo que se había convertido y por
miedo lo terminó echando.
Se decía que
el vampiro vagó por varios siglos comiendo y escondiéndose, que durante décadas
se dedicó sólo a existir y vagar. No se supo cuál fue el primero sólo que se
descubrió que la ponzoña estaba en su sangre y no en sus dientes, así que si le
daba un poco de sangre a sus víctimas antes de matarlas estas se convertían en
alguien como él. Al principio en medio de un frenesí, cambió a cuanta gente
podía ya que se sentía tremendamente solo pero con el tiempo hasta de eso se
hartó. Por último no se sabe si es cierto o no pero se dice que se dejó morir
mirando otra vez el sol y convirtiéndose en cenizas voló a su antiguo hogar.
Reitero, si
alguien me pregunta no son más que idioteces o inventos de algún loco o alguien
con mucha imaginación. Sin embargo hubo cosas que empezaron a surgir tras la
búsqueda que nos daban el leve indicio de que al menos un poco de esa historia
podría ser cierta.
Investigando
entre algunos de los vampiros más viejos surgió el rumor de los “fríos”.
Al parecer
ellos son otra clase de vampiros que si pueden salir al sol pero que no lo
hacen porque “brillan”- genial, al menos no se rostizan como nosotros, pensé- y
que a veces hasta tienen poderes. Se decía que tenían su ley y poder en tres
reyes y que tenían milenios en su reinado. Stefan consiguió de otra fuente
otros rumores sobre que la mayoría eran nómades y algunos otros llegaban a
estar en parejas pero que lo más extraño era que sólo había tres grandes
aquelarres en su mundo del que haya conocimiento. Uno por lo que parecía, eran
los mismos reyes que se hallaban en Volterra a donde Katherine había ido. Otro
se hallaba en Alaska y otro en este pueblito de cuarta llamado Forks.
Y he aquí la
cuestión de que yo me halle en esta miseria de pocilga.
No era muy
difícil saber para nosotros estas cosas sólo necesitábamos saber dónde buscar.
Pero tras comenzar a preguntar y ver la cantidad de vampiros que tenían algún
rumor al respecto nos comenzamos a preocupar de verdad. Según todos los datos
nadie que haya ido a buscar a los reyes de los fríos había vuelto. También se
decía que tenían leyes muy claras y que eran los encargados de hacerlas
cumplir.
La primera y
la fuente de nuestras preocupaciones era NO DEJAR HUMANOS VIVOS CON NUESTRO
SECRETO.
Elena.
Eso solo bastaba
para que yo estuviera haciendo casi- si casi o no sería yo- sin protestar, todo
este cansador viaje en busca de este dichoso aquelarre.
Para mi
sorpresa no fue difícil hallar a alguien para que me dijera novedades sobre
ellos. Y aunque de verdad, de verdad me molestó el hecho de saber que se habían
ido hacía un par de meses, no pude sino alegrarme de al menos haber estado en
lo correcto al venir primero aquí. Sin embargo, lo que llamó mi atención fue
las repetidas veces que un nombre se asociaba con el de ellos.
Isabella Swan.
Una humana.
Si todo esto
de los “Cullen” era tan cierto y si seguramente sabían de las leyes que los
regían ¿Por qué irse repentinamente dejando viva a una humana con conocimiento
de ellos? ¿Acaso podrían haberle borrado la memoria? ¿Y si así era podría yo
sacarle la información necesaria?
Al principio
creí que podría ser así por lo que trazando un plan, me decidí a anotarme en la
misma secundaria que la chica esta. Obviamente no fue difícil conseguir mi vacante allí. Sólo tuve que “encantar” un
poco al director e inventar una historia para la secretaria. Pan comido. En
teoría yo soy un chico problema que quiere terminar la secundaria, pero como
por aquí no hay una escuela para adultos me dejarán terminar en la secundaria
común a pesar de mis hermosos veinte años. Sí, veinte. No podía decir más o no
sería apropiado. No que me importe pero… digamos que quiero hacer las cosas
rápidamente.
Ahora tras
conocerla estaba completamente seguro que ella sabía algo. El nerviosismo con
el que me trató no era la reacción habitual que daba en el sexo opuesto. El
miedo en ella era palpable. Y eso quiere decir que su memoria no fue borrada.
La pregunta era ¿Por qué?
Creo que esto
terminaría siendo más excitante y divertido de lo que había creído en un
principio.
A jugar.
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