7 de diciembre de 2011

Una historia cantada... CAP 1

Ok, nueva historia... Cada capítulo estará basado en un tema del grupo The veronicas ¿Por qué? porque escuchándolos una y otra vez pude juntar algunas y me di cuenta de la historia que se formaba, eso y mi locura claro ;) Espero les guste y aquí está el primer cap como estreno del nuevo y remodelado blog,  déjenme su opinión, comenten.

Everything I’m not






¿Has tenido uno de esos días en los que todo es una reverenda mierda?
¿Uno de esos en los que desearías claramente nunca haber despertado?
¿NO? ¡Qué afortunado!
Mi día comenzó con una más que horrenda discusión con Charlie. Lo siento, entiendo su punto y todo eso pero NO lo haré. Seguía y seguía molestándome para que hablara más con Jake, o de hecho que volviera a hablar con él y los demás chicos de la Push. No llegamos a nada por supuesto. Jake y yo discutimos cuando le conté que al fin me había puesto de novia con el chico que me había gustado durante tanto tiempo ¡Y qué él sabía! Simplemente dejé de darle importancia a sus celos absurdos. Él era como un hermano para mí y NO, no lo vería de otra forma. No lo vería nunca como algo más.
Luego, y ya con toda la bronca cargada desde temprano, me fui de lo más enojada hacia el instituto. Para llegar a horario forcé un poco demás a mi muy sobre exigida chatarra de camioneta, la cual terminó averiándose unas diez cuadras antes de llegar ¡GENIAL! Después de cierto rato de putear a los cuatro vientos y patear la dichosa reliquia unas cuantas veces en una pataleta en toda su extensión me decidí al fin a dejarla allí y seguir mi camino a pie ¡Fantástico! Mi EX mejor amigo era el mecánico de la chatarra. Arrgg.
Antes de llegar ¿Qué?... ¿Adivinen? ¡Comenzó a llover! No, no pequeñas y molestas gotitas… Noooo ¡Una lluvia de la re puta madre! Corrí por todo el largo estacionamiento ya vacío. Exacto. Era tarde. Corrí como alma llevada por el diablo y para variar me tropecé y resbalé ¡OUCH! Caí de trasero al piso.
Noté que alguien me tendió la mano, pero de la bronca que llevaba encima conmigo misma la aparté de un manotazo, haciendo un desesperado equilibrio para pararme SOLA.
-¿Estás bien?
-¿Parezco estar bien?- contesté sin ver- lo siento, gracias pero hoy no es un buen día. Adiós- le corté girándome para ir de nuevo a las corridas hasta el salón a quien quiera que fuera ya que en ningún momento lo miré a la cara. Definitivamente hoy no era mi día.
Obviamente llegué exageradamente tarde a clases y el maldito profesor- a pesar de ser una alumna de puros diez- me otorgó una hermosa-nótese el sarcasmo- hora de detención
¡¿POR QUÉ A MIIIIIII?!
Con una furia inaudita en mí tomé mis cosas de golpe y salí del salón dando un fuerte portazo al salir ¡MIERDA! ¿Por qué no entendía? ¿Acaso nunca había tenido un jodido mal día en su miserable vida? Baaaaahh…
Decidí salir a la parte trasera del instituto donde los árboles bordeaban el lugar. Iría  a mi lugar a tratar de serenarme un poco.
Me encaminé respirando hondo el aroma de los frescos árboles, ignorando por completo la fina garúa que seguía cayendo cuando… Una risa, una risa más que conocida para mí llegó a mis oídos.
En contra de mi necesidad de huir, mi cuerpo reaccionó haciendo justamente lo contrario… Llevándome hacia allí como una autómata. Y lo vi.
JODER ¡Lo estaba viendo y aun así no me lo creía!
Allí estaba él, MI novio, comiéndose a MI dis’ que amiga. O sea COMIÉNDOSELA. Devorándole la boca como creo nunca había hecho conmigo.
Los vi moverse, acariciarse como si no tuvieran bastante… Cómo si ya se conocieran en ese terreno y sentí arcadas… ¡No podía más! ¡Joder, tenía que hacer algo!
No sé qué me pasó realmente. La furia me cegó y ya no fui consciente de qué hacía y qué no.
Vi cerca de mis pies la mochila de ambos tiradas al zar con completo descuido y sin hacer ruido tomé aquella que me importaba en este momento.
Siiiiiiiiiiiiiii. Maldito día. Maldito él ¡QUÉ SE JODAN!
Tomé su mochila y me la llevé a donde pudiera buscar lo que necesitaba con tranquilidad. Ok, no tan así. Esperé alejarme unos ¿Cuarenta pasos? Sí, más o menos sabiendo lo primero que haría, y luego… Luego ya vería… Eso pensaba, hasta que choqué con alguien- suerte que ya me había alejado algo.
-¡Qué putas!
-¿Bella? ¿Estás bien?
-¿Pero qué clase de pregunta estúpida es esa el día de hoy? ¿Edward?- dije en cuanto lo vi. Wow, no me reconocía- ¿Acaso luzco bien? No, espera, no me conteste a ello. Dile a… Olvídalo. Tú NO me has visto ¿Escuchaste?- dije esquivándolo.
-¿A dónde vas?
-¿Y a ti qué mierda te importa? ¡Ya métete en tus jodidos asuntos!- él abrió muy grandes los ojos y se me quedó viendo como yo tan sólo bufaba y seguía mi curso.
Bien. Aún tenía todo tal cual sabía ¡GENIAL! ¡Maldito estúpido hijo de perra! “te voy a esperar”, “Te amo”, “Sólo eres tú para mí”,… ¡JA! Sí claro- pensé abriendo la puerta y sentándome ante el gigantesco volante. Era obvio que no estaba precisamente en mis cabales ya que de otra forma la sola imagen me hubiera dando un ataque de pánico en todo su esplendor. No era el caso ¡Mala suerte amor!, canté para mí.
Sii, VENGANZA ¡Qué bien se sentía! Arranqué el motor y arrancó con potencia con su característico rugido.
JAJAJA… de seguro ya venía para verificar que ese sonido fuera el de amado bebé, bien, aquí tienes pedazo de mierda. Puse primera y arranqué a fondo casi al punto de ahogar el puto motor.
-¡¿Bella?!- gritó él mientras venía corriendo con la muy zorra detrás.
-¡VETE A LA MIERDA EMMET!- grité pasándolo de largo montada en su perfecto y muy cuidado jeep. Mierda, esto era un monstruo.
Aceleré y aceleré como nunca lo había hecho en mi muy tranquila y hastiada vida. Estaba enceguecida. Mi cuerpo sólo buscaba e ideaba formas de descargar la adrenalina que sentía correr por cada una de mis venas. Quería gritar, golpear… Quería destrozar algo… Y lo haría…
Manejé como una lunática por la carretera sin rumbo fijo. Ok, terminé en Portlad en un tiempo record, una hora que ni noté, menos en realidad ya que el reloj lo había visto al salir de clase. WOW.
Me fijé en su billetera, sí, esa era la guinda del pastel… Todo lo que haría hoy en venganza lo pagaría él. Como decía, me fijé en su billetera… Bien… Dejé el maldito auto todo mal estacionado y caminé rápidamente comprando lo que pensaba iba a necesitar.
¿Quería una zorra? OK.
Compré algo más de lo necesario, solo por las dudas, y regresé al coche.
¡Una multa! ¡Una multa, una multa! IUJU. Pobre Emmet- pensé con evidente sarcasmo irónico mientras sonreía como nunca.
Monté al monstruo este y dirigí el puto jeep hacia mi lugar.
Por momentos sentía la tristeza y la melancolía intentar colarse en mí… Pero no, No hoy, NO ahora.
Después de poco más de hora y media, llegué.
Rebusqué en mi bolso por mi celular y lo prendí.
58 mensajes de texto. 33 de él y el resto de los demás.
2 de la zorra:
11)      Lo siento.
22)      Vuelve tenemos que hablar.
¡Rosalie y la reputísima madre! ¡¿Ahora me vienes con querer hablar?! Noooo… Vaya a saber el tiempo que me han estado viendo la cara de idiota…
10 de Alice, no me interesan. 1 de Jasper: “Cuídate”- gracias Jaz, él siempre directo.
4 de Edward:
11)      Lo siento. Vuelve no ganas nada.
22)      De acuerdo, desquítate pero ten cuidado y llámame.
33)      ¿Dónde estás? ¿Estás bien? Llámame.
44)      Bella llámame o avisaré a Charlie.
67 llamadas perdidas… No me interesan.
Por una puta vez en la vida dejaría de ser la bella que todos tomaban de estúpida y niña boba.
Aun así llamé a Edward. Necesitaba tiempo ¡No a Charlie como loco buscándome y jodiéndome mi diversión!
-¿Bella? ¿Estás bien?... ¿Es Bella?- se escuchó detrás- Pásame.
-Edward… Ponlo en altavoz- dije cansinamente de tener que lidiar con todos ahora- mmm ¿Segura?
-¡NO ME JODAS, DIJE ALTAVOZ CULLEN!
-OK… OK… MMM… YA ESTÁS…
-Bieeeen ¡HOLA! ¿Qué tal grupo feliz?
-Bella yo…- Emmet.
-Cierra la puta boca Emmet, ya la usaste bastante hoy ¿No lo crees?- dije ácidamente.
Se escuchó silencio y luego algunos rumores y algún que otro jadeo.
-Bella, no seas infantil, vuelve y hablemos como…
- Mira zorra de mierda, cuando veas a TU novio comerse y casi cogerse en tu cara a tu mejor amiga, hasta entonces- recalqué-, me podrás “intentar” decir qué hacer, mientras tanto ¡¿Por qué no cierras la puta boca de una maldita vez?!
-WOW Bella, cálmate, lo siento, pero estábamos preocupados y….- Alice.
-¿Preocupados? Pues estoy bien, se acabó la duda, ahora ¡Cállense! 1º estoy bien, 2º Estoy sola, por ahora- sonreí y sentí a más de uno putear entre dientes detrás de la línea-, 3º Me voy a divertir un rato así que no me rompan las pelotas avisándole Charlie y 4º Como me entere de que alguno de ustedes les fue con el cuento, me encargaré de que su vida sea un puto infierno ¿Se entiende?- nadie contestó-. Bien, mmm ¿Emmet?
-¿Sí- contestó dudoso.
-Despídete de tu bebé amor- solté antes de colgar.
Me apresuré a desviar cualquier llamada y mensaje entrante para no distraerme y puse la música bien fuerte en el estéreo del monstruo resonando como nunca en aquel silencioso lugar. Sí, puse aquel cd que él nunca quería escuchar allí.
¡Jaaa!
¿Quién carajo hubiera pensado que había tal perra dentro de mí esperando por salir? Joder, ¡Si hasta yo me sorprendí!
-Mmm… ¿Por dónde comenzar?
Con una sonrisa enorme en mi rostro tomé las cosas desde el asiento trasero y las dejé ordenadamente sobre el césped. La verdad es que lo sentía un poco por él, no quería terminar arruinando aquel hermoso lugar pero, bueno, simplemente no se me ocurría otro lugar para hacer esto en paz.
¡Cierto!
Como por arte de magia recordé que Emmet siempre llevaba una gran manta en el fondo del jeep ya fuera para abrigarnos o para proteger a su bebé del granizo. Perfecto. La extendí frente al coche lo mejor posible y luego me monté para darle marcha al monstruo hasta quedar bien sobre ella. Bajé y tomé una gran bocanada de aire, antes de inspirarme recordando la escenita que me había tocado presenciar hacía un rato. Sus bocas, sus manos, los roces, los sonidos ¡MALDITOS!
 Con bronca renovada tomé el palo de béisbol- su favorito- y lo estampé con toda la fuerza que fui capaz de reunir en el vidrio delantero. Siiii. Que placer. Una, dos, tres veces, logrando por fin que la última dejara un agujero del tamaño de una pelota de futbol. Genial. Y como si estuviera programado en el aire comenzó a escucharse la canción que mejor le pegaba a este momento. “Everything I’m not”. Sí, él terminó buscando todo lo que yo NO era ni sería, bien por él, pero eso no justifica la traición… En ningún punto.
Golpe.
Comencé a moverme torpemente- ya que nunca había sido demasiado buena para bailar- y a cantar a todo pulmón mientras así, bailando, iba a destapar la primera latita ¡Go for it girl!, me dije a mí misma.
Me acerqué… Y apreté experimentalmente.
Un trazo mediano de color verde flúor se marcó de inmediato, contrastando total y furiosamente con el rojo carmín del dichoso vehículo. Lo tomé como un juego mientras hacía una carita feliz tipo emoticón y una estrellita medio destartalada en el vidrio trasero. Tomé el color amarillo canario y marqué un gran rayo en todo el lateral derecho, sobre puertas, llantas y tooodo lo que estaba a mi paso. Siiiii.
¡IUJU! Esto estaba divertido.
Corrí a tomar otro color, mmm… Celeste… ¿Nubes? Seee… Grandes.
Hice una nube enorme sobre el capó y otras en las ventanas izquierdas, también una sobre el rayo de la derecha al cual para rematar le agregué debajo pequeñas comas asemejando que eran gotitas de lluvia. Genial.
Y, ahora lo bueno.
Tomé el blanco y comencé.
MENTIROSO… Capó.
MALDITO… Derecha.
AQUÍ TIENES CON TU NIÑA… … Izquierda- así me llamaba el muy caradura y por eso decía y repetía que no tenía problemas en esperarme para acostarse conmigo.
¿POR QUÉ?... en el vidrio trasero.
Me subí al capó y le dejé un mensaje completo.

“Eres un maldito cobarde ¿por qué con ella eh? ¿Por qué no lo dijiste? TE ODIO”

La furia me dominaba todavía así que bajé del capó y de ahí al piso para tomar el bate otra vez. Comencé a darle por todos lados ahora, dejando al fin salir libremente las malditas lágrimas.

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