“SE VALE TODO”
10 de noviembre de 2011
El problema de mi sexóloga... Cap 19
Disclaimer: Como siempre, los personajes son de S. M., yo sólo juego con
ellos.
**NOTA IMPORTANTE: ESTA HISTORIA TENDRÁ UN ALTO CONTENIDO SEXUAL, ASÍ QUE SI ERES MENOR O NO
TE GUSTA LO FUERTE ¡¡NO LEAS!! (Sólo apto para gente con mentalidad
abierta).*
--------------------------Este fic tendrá MENNAGE hetero- bi y
homosexual.------------------------------
“SE VALE TODO”
“SE VALE TODO”
Bpov.:
Todo resultaba tan tremenda y endemoniadamente erótico que
las sensaciones resultaban avasallantes e indescriptibles.
-Gatita, por Dios… Suelta, me… Me vengo- dijo Ed
entrecortadamente y con la respiración bien agitada ¿Estaba loco o qué? JA! Sí,
claro. Soltarla justo ahora ¡Ni loca! Quería sentir y degustar su perlado sabor
en mi paladar a como dé lugar.
-No lo sueltes muñeca…- siseó Jake a quien ya le temblaban
las piernas por el esfuerzo de contenerse- A Ed… Le encanta… Aahh, fuerte… Le
gusta, meterla hasta el… ¡Joder! Fondo- gemí ante sus palabras. Mierda yo
quería que me la pusiera hasta el fondo ¡ARGG!
-Jake- Edward apoyó un brazo en el hombro de Jake como
buscando apoyo. Estaba tan tenso… Muy, MUY tenso.
-Sí, Ed, Sí vente, vente para nosotros. Quiero ver cómo te
descargas en esa suave boquita suya- acotó Jake. Gemí, sí gemí.
Aunque parezca increíble, mi centro, sin siquiera
estimularlo, latía con fuerza y persistentemente.
-Mierda ¡Bella!
Y lo sentí. Sentí el chorro caliente y salado descargarse
libremente hacia el fondo de mi garganta. No voy a mentir, esta no era la mejor
parte porque el sabor siempre te dejaba un gusto raro, pero cuando la calentura
era tan extrema como en aquel momento, era simplemente lo más natural de hacer
y lo que gritaba el momento. Sin embargo y al riesgo de contradecirme, el
chorro de Ed me gustó. Tomé hasta la última gota de humedad sintiendo como su
verga se ablandaba un poco aun dentro de mí.
Jake, pensé.
-Mierda muñeca. Dios, te ves tan condenadamente follable,
quiero follarte a ti y a Ed, quiero… ¡Oh, sí! ¡Sí, mierda sí! Bellaaaaa- dijo
Jake.
E cuanto dejé a un Ed más que satisfecho y limpio, dirigí mi
boca al miembro de Jake y sin esperar nada se la succioné fuertemente desde el
final hasta la punta mientras que con la lengua
lo masajeaba en círculos.
No tardó nada en venirse en mí igual de potente que Ed. Mmm…
Su sabor era un poco más agridulce que el de Edward y quemaba, quemaba mucho.
Bañó mi garganta con sus fluidos y luego también se fue poniendo más y más
blando a medida que los espasmos terminaban.
Diablos. Mi centro chorreaba y clamaba por su atención… O
por la mía.
En ese mismo instante las piernas de Ed se vencieron
haciéndolo quedar de rodillas en el piso y como Ed había tenido una de sus
manos hasta ahora en el hombro de Jake, este también se vino abajo, vencido y
arrastrado por el peso, cayendo con fuerza uno al lado del otro.
Vaya.
Mi deseo de “dominarlos” se manifestó. Oigan, no confundan,
yo no era una Dom o algo a esos extremos, pero me encantaba experimentar y ya
para este momento mil ideas rondaban a través de mi muy perversa mente. Incluso
una vez fui una sub en un juego de roles pero no me convenció del todo, quizás
lo jugara con ellos… En otro momento.
Me paré de un salto con las energías renovadas ante mis
ideas y me relamí con las vívidas imágenes
que proyectaba en mi cabeza.
Detrás de ellos había un sillón “justo lo indicado para mis
propósitos”.
Caminé con soltura los pasos que me tocaban y me senté en el
medio haciendo que ellos automáticamente se giraran a verme.
Clavé mi mirada en sus rostros y solté mi cabello del
desordenado moño en el que lo tenía, moviendo la cabeza para extenderlo. Con
mis pies me quité las pequeñas sandalias
tipo ballet que llevaba y con mis manos, ya desocupadas, comencé a descender
por mis lados hasta llegar hasta el pequeño y prisionero elástico de mis
calzas, levantando mi trasero sólo lo justo y necesario para hacerlo sexy, sólo
lo justamente sensual o erótico para que el momento perdurase. A fin de
cuentas, este sería un paso importante para todos.
El sonido de una ligera respiración atascada fue lo que
distrajo mis pensamientos.
Reí. Ambos tenían sus ojos completamente abiertos de par en
par de manera desmesurada. Mi risa sonó ronca e inigualablemente sensual.
-Saben chicos… Nunca les he visto demostrarse su… Amor- dije
pateando de una vez las estorbosas calzas y sandalias por el piso y acariciando
suave y ligeramente desde mis rodillas a mis muslos. Me había quedado tan solo
con el sostén y la ancha remera de hombro caído, y una diminuta tanga negra
debajo. Y todo eso sumado a mi pelo suelto y revuelto… Era una completa
invitación a una follada bestial. Y sí, eso era lo que quería.
Quería marcar y ser marcada.
Quería tomar y ser tomada.
Quería reclamar y ser reclamada.
Quería pertenecerles y que ellos me pertenecieran.
Al parecer ambos habían quedado totalmente estupefactos con
mi declaración, así que decidí darles un incentivo para que activasen.
-Vamos, no sean malos- hice un puchero marca Alice-. Yo a
los atendí gustosa a ambos ¿Acaso no me merezco un premio de recompensa?- dije
en un tono juguetón que ellos cazaron al vuelo. Jacob sonrió maliciosamente
mientras que Ed colocaba en su rostro aquella sonrisa torcida que tanto me
calentaba. Ups, espero que no note esto porque se haría con un arma poderosa. Y
mejor que Jake nunca se enterara de cómo me caliento cuando lo veo apretar las
manos porque eso sería… Caótico… Para mí. Mordí mi labio sin poder detenerme.
¡DIOS! ¡Mierda! ¡Joder! Era condenadamente caliente verlos
así.
-¿Qué quieres que hagamos bella?- preguntó Jake. Mierda, si
me seguía mordiendo así de fuerte mi pobre y maltratado labio ¡De seguro me lo
haría sangrar!
-Mmm… No lo sé, quiero saber que les gusta y que no, como lo
hacen, todo… Y quiero darme placer viéndolos amarse, quiero correrme mientras
los miro follarse ¿Estás dispuestos a eso?
-Contigo estamos dispuestos a lo que sea- respondió
rápidamente Ed. -Lo miró a Jake apenas unos cuantos segundos, y luego agregó-
pero con una condición…- ¡Qué putas! Hey, yo tenía el mando ahora ¿Acaso no se
notaba?- Que no vas a acabar- dijo él engreídamente. Joder ¿Cómo haría eso si
ya si hacer nada estaba como lava líquida?- Así es gatita, no podrás correrte
sin al menos uno de nosotros—volví a morder mi labio ¿Cómo es que me dieron
vuelta todo en apenas unos cuantos segundos y palabras?- ¿Aceptas?
¿Aceptaba No sabía si sería capaz de ver tremendo
espectáculo y a la vez no correrme como una desesperada. Sin embargo… Esto era
algo que fantaseaba desde hacía mucho y el momento era tan caliente que me
pedía a gritos ciegos decir que sí a lo que fuera… Así que…
-Acepto- dije ya sin pensar en nada más.
Estoy segura de que para este momento muchos deben de estar
pensando “¿Pero esta está loca o que le pasa? Primero dice una cosa y luego
muestra otra” Lo entiendo. Y es que… Hay que diferenciar dos cosas sumamente
importantes aquí.
La 1º es mi timidez y demás que provienen de mis muy
profundas inseguridades y de una vida llena de desconfianza y auto represión,
todo eso referente a las relaciones. Pero…
Y aquí entraba lo 2º…
…En lo referente al sexo, SEXO propiamente dicho… No había
ningún tipo de límite o inhibición para mí. En ese terreno siempre, SIEMPRE se
regía el SE VALE TODO. Y nunca más bien implicado que en este momento.
Fue entonces cuando fue mi turno de quedarme muda y con los
ojos como platos al ver como Jake atraía hacia él bruscamente a Edward y lo
besaba con hambre.
¡Oh, por todos los diablos!
Creo que la catarata que sentí entre mis piernas fue la
reacción más instantánea que sufrí tan solo con mi mirada en toda mi vida.
Joder… Si tan sólo tuviera una cámara, me lamenté para mí.
Aún seguía con mi remera holgada y caída, mis bragas
empapadas, y mi sujetador que ahora apretaba ¡Y me moría de ganas de quitarme
todo a la reverenda mierda de una maldita vez y saltarles encima!
Los vi besarse con ganas, cada uno levantado cada uno levantando
sus manos para acariciar al otro. Ed le acarició desde el rostro hacia el
cuello y viceversa mientras que Jake llevaba su mano hacia los lados,
acariciándole desde las costillas hasta los glúteos para terminar dándole un
más que fuerte apretón.
En respuesta Ed siseó y tiró de su cabeza hacia atrás lo
cual Jake aprovechó para lamer y besar profundamente su cuello expuesto.
Inconscientemente sentí mi mano recorrer mis muslos y subir
de manera atropellada por mi costado hasta terminar depositándose en mi seno,
acariciándolo imaginando que eran sus manos y no las mías.
Entre tanto, ellos seguían dándose el lote frente a mis
ardientes ojos.
Mierda, estaba tan caliente que tenía miedo de que se me
quemaran las retinas o algo, y no es como si me importara demasiado, pero… ¡Si
eso pasaba ya no podría verlos!
Vi como Edward se tendía cada vez más hacia atrás arqueando
totalmente su espalda hasta apoyar las manos en el piso detrás de él. Luego
Jake aprovechó aquel movimiento para deslizar sus labios por su pecho y
estómago siguiendo la escasa mata de vello rubio cobrizo que poblaba su nívea
piel, descendiendo, descendiendo… Y descendiendo, justo hasta llegar a aquel
lugar que hacía que mis piernas se frotaran juntas tan sólo por la vista, en
busca de una suave fricción.
Comenzó tomándolo despacio, introduciendo centímetro a
centímetro más y más en él. Me pregunto si yo me veré igual de caliente
haciendo aquello ¿O si en cambio era él en su total perfección que lo hacía
verse así?... Mmm… Quizás algún día nos filmara ¡Mierda bella! ¡Deja de pensar
en esas cosas!
Esta taaaan caliente. Muy, muy, MUY, extremadamente
caliente. En este momento podrían tirar un huevo sobre mi cuerpo que estaba
total y absolutamente segura de que lo cocinaría al instante ¡Santa jodida mierda!
Los tenues gemidos de Edward, resonaban con la fuerza de un
enooooorme tambor en medio de aquel innegable silencio de aquella habitación.
Imagínense una habitación silenciosa, en una casa
silenciosa, en un barrio silencioso,. Exacto. Hasta los latidos de los
corazones parecerían gritos desalmados. Bueno, ahora imagínense en esa misma
habitación una ardua mezcla de gemidos ahogados, gruñidos frustrados,
respiraciones agitadas, la succión húmeda de una boca sobre piel, el roce de
piel sobre piel, o en mi caso, piel sobre tela… Aún.
Cada sentido estaba sensibilizado por otro, llevando el
placer a cotas insospechadas. La lujuria. La lujuria era casi táctil en la
atmósfera desacompasada de aquel lugar.
El tacto: piel, roces, besos, caricias.
La vista: Verlos a ellos, amándose, Y AMÍ MISMA PRODIGÁNDOME
PLACER POR ELLO.
El gusto: : Sentir su sabor en la boca y saber que ellos
estaban pasando por la misma situación.
El oído: Los sonidos amplificados por el grato silencio
ambiental.
El olfato: Los aromas y olores almizclados a sexo que fluían
en el aire, provenientes de nuestros muy calientes, palpitantes y húmedos sexos llenos de puro
anhelo.
En un movimiento rápido me quité la remera que llevaba
puesta, quedándome frente a ellos en un conjunto negro que no era demasiado,
DEMASIADO, revelador, pero que a la vez tampoco era de esos cómodos que una usa
generalmente de entre casa hace años y que la tela es prácticamente es transparente por el desgaste. Sí, tenía de
esos ¿Hey, quién no?
El movimiento o el ruido, no lo sé, distrajo a Edward, quien
automáticamente giró la cabeza para mirar lo que hacía.
Deslicé mis manos por mis pechos, bordeándolos,
sopesándolos. No eran ni muy grandes ni muy pequeños, una simple copa cien que
podía ser abarcada fácilmente por la palma de la mano de un hombre y que con
los amados push up se veían de maravillas.
Mi pelo suelto cosquilleaba mis hombros mientras con mis
manos me seguía estimulando los pechos. Bajé mi mano derecha culebreando por mi
estómago hasta llegar acariciarme sobre
la tanga. Joder, estaba demasiado empapada ¿Ven por qué me urgía antes lo de la
ropa interior? Estaba segura que de ahora en más me haría unos quince o veinte
cambios por día. Como mínimo.
Comencé a arquear la espalda y a moverme inconscientemente
contra mi mano mientras que con la otra bajaba la copa del corpiño y me
estimulaba directamente por sobre el pezón, tironeándolo, pellizcándolo.
Metí mis manos por dentro de las bragas.
No sé cuándo, pero mis ojos se cerraron y a lo lejos escuché
un gemido ronco y algo más que no sabría precisar.
Cuando logré obligarme a abrir los ojos me encontré con una
escena totalmente distinta a la anterior.
Ahora era Edward quien se la estaba chupando, más bien
devorando a Jake de manera casi vertiginosa mientras que este mostraba en su
rostro una absoluta mueca de placer. Y fue en un momento en el que Edward aflojó su agarre, cuando Jake pudo
juntar aire y hablar entrecortadamente.
-Dinos… Dinos muñeca... Qué… Qué quie… Arrgg…- se escuchó
una succión fuerte y un simple PLOP al final…sssss… ñam-… Dinos que quieres…
Que hagamos…
Mmm… Eso era peligroso. Para ellos. De pronto mi mente se
llenó de miles de posibilidades y variables en cuestión de segundos.
Pero… ¿Sería capaz de mostrar mi verdadera ilimitada
perversidad ante ellos así, tan solo en la primera estancia?
-Dinos- exigió él.
-T… Tú… a gatas… Y Ed… Edward… ¿Detrás?- medio me acobardé
al final.
¡PLOP!
-Excelente elección Bella. No dudes- dijo Ed soltándolo para
ponerse de pie unos segundos y así ganar estabilidad, cosa que al parecer se le
había ido al estar de rodillas tanto tiempo.
Dios, creo que de tanto gotear estaba formando un charco en
el sillón y el piso. No importa, luego lo limpio, pensé ya medio incoherente.
Quería ver a ese Edward dominante, seguro, posesivo, ése que
me había demostrado ser aquella vez conmigo ¡Cuán equivocada había estado!
Ambos eran sumamente dominantes pero la diferencia residía en que Ed la
ocultaba en todos los demás aspectos, y Jacob, Jacob lo rezumaba por cada poro
de su ser.
Ahora quería verlos. Quería conocerlos. Yo estaba atrapada
por ellos, aunque todavía no lo fuera a admitir tan abiertamente.
Y… esto, esto era una extraña cadena. Jacob, un dominante
nato siendo dominado, Edward, un dominante oculto pero firme… y yo… Y era la
que verdaderamente dominaba a todos en este momento.
¡Aaaahhh! Si tan sólo pudiera hacerles llevar a cabo la
mitad de las fantasías que tenía con ellos ya moriría contenta… Contenta, no
feliz. Feliz sería de pasar el resto de mi vida junto a ellos y estando así
cada día de ellos.
No pregunten como, pero de pronto Ed tenía en su poder un
pequeño pomo de esos lubricantes que se entibian al contacto con la piel…
¡Mierda que estaban preparados! ¡Esto de verdad sería bueno!
Ed se llevó dos dedos impregnados de aquel viscoso hacia el
pequeño y fruncido orificio conjunto de anillos musculares. Acariciando,
lubricando, sondeando. Y luego, inesperadamente, tomó su muy duro y alzado
miembro y lo metió en aquella entrada de una muy certera arremetida pero aun
así manteniendo la mirada conmigo.
Jake gritó, mitad dolor, mitad placer, mientras que Ed se
quedaba quieto unos segundos, esperando a que Jake se relajara y lo alojase ya
sin rastros de dolor.
Ed comenzó al fin a moverse, y mis dedos siguieron su
compás. Las miradas no se cortaban y la excitación para mí en este punto ya era
definitivamente exasperante ¡Necesitaba liberarme!
Cada músculo de mi cuerpo se encontraba en completa tensión
mientras mi subconsciente se negaba a darme el placer y tranquilidad de llegar
a la cima.
Alcé mi cabeza tirándola hacia atrás por tanto delirio de
necesidad y gimiendo fuertemente. A lo lejos escuché otro gemido similar al mío
y un gruñido.
-Bella… No puedes… Acabar… Sin nosotros- dijo Edward
entrecortada pero firmemente y mirándome con una pasión que quemaba.
Yo no pude hacer nada más que mirarle y gemir de frustración
e inconformidad.
-Por favor- gimoteé con voz lastimera.
-¿Por favor qué?
¿De verdad me iba a hacer rogar? Wow, creo que se tomó muy
en serio su papel de “Yo mando” MMMmm… Genial.
-Por favor que alguno de ustedes me haga acabar… Ssss-
siseé- ¡Puta madre, no aguanto más!
-Jajajaja.
Rió Él roncamente mientras aún no dejaba de moverse. Dios
¿Acaso no se distraía o algo? Arg.
Llevé mi mano, que anteriormente había quitado ante su
recordatorio de no poder acabar, de nuevo hacia mi mojado y ya casi frenético
palpitante sexo. Creo que tenía serias ganas de matarlos ahora ¿Acaso no
recordaban mi, mmm, condición? Esto era como el sexo tántrico para mí, todo muy
lindo y sumamente sensitivo ¡Pero para una buena descarga después de ser
follada! ¡NO para el antes! Arrggg.
-E… Ed…- gimió Jake. Oh, parece que él también estaba cerca.
Quise matar a Edward cuando vi que en vez de ayudarlo a alcanzar su meta sólo
se disponía a relentizar sus movimientos. Maldito.
-Mmm… Veo que mis chicos están ansiosos… Mmmm… Creo que los
dejaré así a ver que se les ocurre para atenderse mutuamente. Es mi turno de
observar.
¡Santo jodido infierno!
Lo vi salir muuuuy lentamente del interior de Jake mientras
este siseaba ante el roce.
-Creo que quiero ver cómo fue entre ustedes aquella vez que
no estuve Jake- dijo poniéndose de pie y ayudándolo a él para que lo hiciera
también.
Jake se giró para encararlo y, tras mirarlo un intenso
momento a los ojos acercó su rostro y lo besó con desenfreno por unos cuantos
segundos que a mí me parecieron eternos.
Mierda. Verlos así tan…. AMANTES era como ver dos caras de
un todo. A su forma ambos quemaban pero eran contradictorios, o más bien
complementarios. Jacob era como una marea de lava líquida, un fuego en su
máximo exponente; mientras que Edward, Edward era más bien como el hielo seco
al contacto quemaba y no podías encerrarlo porque explotaría. Sí, creo que esas
descripciones eran las que más les quedaban a ambos.
Finalmente Jacob se separó de él y rápidamente volteó hacia
mí viendo prácticamente a la carrera.
Su cuerpo impactó con el mío con la fuerza natural de un
huracán. Sus labios, aun hinchados y
llenos del suave sabor de Ed tomaron posesión de mi boca con unas ganas rayanas
en obsesivas. Su boca moldeaba la mía a su completo antojo, su necesidad era la
mía y la mía la suya. Por primera vez puedo decir con seguridad de que confío
en que esto podría resultar. La electricidad y magnetismo que había entre
nuestros cuerpos era absolutamente innegable y al parecer imparable también.
Mis manos cobraron vida propia enredándose entre sus cortos
y gruesos cabellos negros, aferrándome a su cabeza como si se me fuera la vida
en ello. Mordiscos, lamidas, succiones, todo estaba permitido entre nosotros.
Por suerte, nuestra calentura y deseo por el otro era tan
grande que ninguno de los dos quiso hacer rogar al otro por nada más. Sentí la
mano de Jacob grande y caliente bordear mi lateral hasta llegar a posarse
firmemente en mi cadera. Masajeó un instante mi culo y me dio una nalgada que
me hizo sisear y automáticamente desear más- si cabe-, luego llevó su mano
debajo de mi muslo y me subió la pierna hasta rodear completamente su cintura y
trasero. Obviamente a pesar de aun tener la tanga puesta podía sentir en cada
movimiento el roce de su… extrema… Virilidad.
Yacíamos aun sobre el sillón, él recostado encima de mí, ya
a esta altura no sabría decir donde estaba Edward y por más que quisiera no
podía pensar en eso ahora.
Aun sosteniéndome firmemente del muslo Jacob nos giró
haciéndome quedar a horcajadas sobre él. Oh, al parecer quería que lo cabalgue.
Genial. De manera un tanto, desesperada
llevé mis manos a mi tanga y parándome de piernas abiertas con él en medio
sobre el sillón comencé a bajármela hasta que pude retirarla de una. No diré
que fue fácil. No lo fue. Tuve que rezar un poco para no caerme y terminar
apagando todo esto con una de mis caídas mortal, pero creo que la necesidad me
dio una agilidad insospechada. En fin…
Ver la cara de Jacob embobado mirando mi centro reluciente
por sus fluidos era algo, más allá de lo imaginable. Decidí quitarme todo de
una vez, así que tomé los bordes de mi remera y, tirando hacia arriba la quite
de mis brazos y cabeza.
Sentí sus manos recorrer desde mis pantorrillas hasta mis
caderas y agradecí silenciosa e internamente haber cogido la costumbre de estar
siempre bien depilada ¡Imagínense esta parte sabiendo que tenía los pelos como
pie grande! Noooo ¡Qué horror!
Lo vi erguirse un poco en su lugar y llegar a acercar
peligrosamente su cara hacia esa parte de mi anatomía que sin duda gritaba por
él, por Ed, por ambos. Al fin su rostro hizo contacto y creo nunca haber visto
fuegos artificiales detrás de mis párpados. Creí que sólo era una metáfora pero
no, aquí estaba él, demostrándome lo que una gran necesidad y pasión podías
recrear en el otro. Su lengua hacía círculos alrededor de mi muy hinchado
botón. Las fuerzas me flaquearon por lo que, tomándome de sus hombros fue como
conseguí mantenerme a flote en la realidad.
Que me aspen si iba a terminar acabando así después de tanta
tortura. No.
Empujé sus hombros hacia atrás para que retirara su cara de
allí y fue casi graciosa la cara de desconcierto que puso al alejarse.
Automáticamente él se alejó y yo me tumbé sin reparos sobre
su regazo, siseando y él gruñendo cuando nuestros sexos desnudos hicieron el
primer contacto.
-Jesús Bella… Estás tan… Mojada y… Estrecha…- dijo él
mientras su miembro tanteaba mi entrada.
No aguanté más y bajé de golpe haciéndonos gruñir a ambos
ante la sensación de apriete en ambos cuerpos. Joder, era exquisito.
-Ohhh… Mierda… Joder… oh, sí…- decía él.
Ja! Que ni hable todavía. Después del sufrimiento agónico
que tuve que pasar con su visión estaba tan desquiciada que le daría la
cabalgada más fuerte de nuestras vidas.
Puse mi cuerpo derecho y comencé a buscar el ángulo adecuado
para darnos un extremo placer a ambos…. Y comencé. Mieeerda, se sentía taaaan
rico.
Arrrggg.
-Oh, sí, mmm… Joder…- gemía yo medio inconsciente de todo lo
que no fuera lo que mi sexo albergaba en tan caliente momento.
-Mmm… Sí, Más, Bella más… Sí, mierda…- contestaba en cierta
forma él.
-Que, hermoso, es verlos así, tan… desenfrenado, tan
calientes. Casi puedo sentir el calor
que emanan sus cuerpos. Dios, quiero cogerlos a ambos. Mmm… Bella eres una pura
tentación con ese trasero respingado tan levantado hacia mí.
-Arrgg- gruñí yo en respuesta.
Edward me hablaba al oído desde detrás de mí, provocándome
un escalofrío en toda mi espina dorsal. Mierda ¿Acaso? ¿Lo haría? ¿Tengo que
decirle que por mí no había problema? ¿O mejor me callo y dejo que haga lo que
quiera?
Unos besos ligeros como un suspiro me obligaron a guardar
silencio.
Que fuera lo que debía de ser.
-¿Estás lista gatita?- dijo mientras que con un dedo
sondeaba en mi trasero. Oh, siii.
Mi cabalgata sobre Jake ya parecía más un movimiento nublado
por la velocidad en la que lo hacía. Carajo, de seguro mañana me dolería todo,
¡Pero a la mierda! ¡Por mi podía dolerme hasta el alma que no pensaba parar!
Edward inclinó mi espalda hacia adelante, movimiento que
Jacob aprovechó para tomar mis pechos en sus grandes manotas y a la vez
llevarse uno de ellos a su boca. Aaaaahhhh.
¡Iba a morir, iba a morir! La tensión que atenazaba mi
cuerpo me mantenía en un extremo tan… al límite que sentía que me podía quebrar
en dos.
Sentí mi carne abrirse ante su ancha punta. El placer
mezclado con un tenue y gratificante dolor abriéndose paso en mi ser.
Ya no me movía. Sabía por experiencia que debía quedarme
quieta y relajada para que no me terminara lastimando. Jacob seguía estimulando
mis pechos con besos y lengüetazos.
Por fin terminó de entrar.
Mierda. El ardor de la carne al estar tan extendida y
rellena era fabuloso. Un cierto picor que no era para nada desagradable.
Bien. Que empiece el show.
-Oh, joder. Mierda Gatita, estás taaaan estrecha.
-¿Lo sientes Ed? Dios. Es tan jodidamente estrecha, y ahora…
Arrgg ahora puedo sentirte a través de la fina capa de piel. Mierda Ed, no creo
que aguante mucho amor.
Owww… Qué lindo. Le dijo amor en su estado semi
inconsciente.
-Siii, lo siento Jake, te siento también.
-U…- mierda me había quedado sin voz. Me aclaré la garganta
para hablar-. Ustedes… Quietos… Yo…
No hablé más.
Comencé a moverme, lento al principio, sólo por el hecho de
torturarlos un poco a ellos ahora, disfrutando gratamente de las sensaciones
que me envolvían con cada movimiento.
Al contrario de los que muchos piensen, o mejor es cuando
una se mueve, por más difícil que sea, ya que a veces cuando ambos hombres se
mueves lo hacen desparejo e incluso en ocasiones podían lastimar cuando eran
movimientos bruscos.
Por esta vez lo haría yo. Ya luego encontraría el mejor
ritmo con ellos.
Me moví y me moví.
Una burbuja nos envolvía a todos.
Gemidos, gruñidos, ruegos, todo formaba parte de la unión
celestial que estábamos conformando.
Ahhhh… Esto era una puta gloria.
Etiquetas:
El Problema de mi Sexóloga
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario