“La corona”
20 de octubre de 2011
El problema de la sexóloga... cap 16
Disclaimer: Como siempre, los personajes son de S. M., yo sólo juego con ellos.
**NOTA IMPORTANTE: ESTA HISTORIA TENDRÁ UN ALTO CONTENIDO SEXUAL, ASÍ QUE SI ERES MENOR O NO TE GUSTA LO FUERTE ¡¡NO LEAS!! (Sólo apto para gente con mentalidad abierta).*
--------------------------Este fic tendrá MENNAGE hetero- bi y homosexual.-------------------------------
“La corona”
EPOV.:
Esto era un jodido calvario.
Después de haber soltado sin filtro alguno todo lo
que pensábamos, lo que sentíamos, lo que queríamos, ella estaba tan confundida
que era fácil darse cuenta que no le faltaba mucho para colapsar.
En cuanto ella dijo que necesitaba irse no nos
quedó de otra que aceptar que por hoy ya habí sido suficiente. Habíamos
prometido que hoy no intentaríamos nada físico con ella y por su propia
“condición” ¡Pero mierda! ¡Quería besarla!
La había tenido hacía apenas un día o menos, y esa
ya era todo un suplicio. Tenerla tan cerca y no poder siquiera rozar su hermosa
y cálida piel. Y por lo que veía, Jake estaba en iguales condiciones que yo.
Mierda. Ella toda confusa y yo todo duro.
Cuando Jake se ofreció a acompañarla a su casa yo
casi lo degolló ¡¿Qué?! ¿Cómo rayos íbamos a dejarla sola ahora con ese loco
suelto? Una vez más lo miré y como era habitual, nos entendimos sin palabras.
Sí, sí, sí, ya capté, ella necesitaba su tiempo y espacio, pero mierda, me
sentía enfermo de sólo pensar que podría pasarle algo. Quizás… No, ahora no,
esperaré unos días para sugerir tal cosa.
Ella caminó como si fuera una zombie hasta llegar
al estacionamiento. Tenía la mirada perdida y hacía diferentes expresiones en
el rostro que no entendí del todo. Una sonrisa sexy, tristeza, dudas, enojo,
dolor, esperanza, más dudas.
Daba la impresión de estar teniendo una verdadera
batalla interna consigo misma. Y ¡DIOS! Ni siquiera eso me gustaba. Ella tenía
que sonreír y ser tan altanera y decidida como siempre ¿Es por esto que no
quería que le habláramos? Ella tendría que haber sufrido mucho para dudar y
tener tantos miedos. Esto era todo un reto para ella ¿Estará lista para
afrontarlo?
Sin preguntarle para no molestarla le quité la
cartera que llevaba al hombro y busqué en ella la llave de su coche. Era obvio
que sería un peligro dejarle conducir a ella en aquel estado, así que tomé las
llaves, la guié al asiento del copiloto, al cual subió sin inmutarse, y
arranqué para seguir a Jake.
El camino fue corto y silencioso. Y por el rabillo
del ojo pude ver que Bella ya no tenía
ni mostraba esa mirada tan perdida, sino que lucía más resuelta, más
ella.
Al llegar nos bajamos y caminamos los tres hasta
llegar a su puerta. Ella metió su llave, giró y abrió. Entró. Y antes de que
nos fuéramos para que no cerrara la puerta en nuestras narices, se giró y nos
dijo en voz baja:
-¿Quieren pasar?
Nos quedamos de piedra, yo recordaba muy bien lo
que Jake había dicho respecto a su casa. Entonces…
-¿Segura que eso es, lo que quieres?- pregunté aún
medio receloso.
Ella inspiró muy hondo.
-Segura. Pasen- dijo.
Entramos y nos encantó el lugar, simple y femenino.
-Lo haré. Confiaré… Confiaré en ustedes. Prometo
dar todo de mí.
JPOV.:
La inmensa euforia que sentí al escuchar sus
palabras de aceptación se vieron rápidamente opacadas o superadas por su
desmayo.
MIERDA.
Menos mal que Ed reaccionó a tiempo de sostenerla
antes de que se golpeara en el proceso de la caída, porque lo que yo, no servía
para nada. Estaba inmóvil.
Edward con sus básicos conocimientos médicos-
gracias a su padre- se hizo cargo de la situación. La tomó en brazos y la llevó
al sillón de la sala para tenderla allí. Corrió a la cocina y tomó un paño que
remojó en agua fría y se lo colocó en la cabeza. Luego fue en busca, de lo que
creo sería el baño, y volvió con una botella plástica transparente. Alcohol.
Lentamente le acercó el pico destapado hacia la nariz y pude ver como ella la
arrugaba en respuesta para después comenzar a removerse.
Alivio. Eso sentí. Mucho alivio. Noté claramente
como mi respiración, que hasta el momento había sido demasiado lenta y
errática, volvía a la normalidad. Mirándola me acerqué.
Vi como ella revoloteaba los párpados hasta lograr
abrirlos y como Ed soltaba una muy larga y aparentemente contenida expiración
para luego sentarse en uno de los sillones individuales de enfrente.
-Mmm… ¿Qué… Qué pasó?- preguntó ella con voz ronca.
-Te desmayaste bebé, pero estás bien. Ed te
reanimó. No, no quédate recostada en donde estás un rato más ¿Necesitas algo?-
le dije impaciente por hacer algo al ver que intentaba levantarse.
-Eh.. ¿Podrías buscar en mi alcoba una muda de ropa
más cómoda? Dejo una siempre sobre la punta de la cama.
-¡Claro! ¿En tu alcoba verdad?- ella asintió-
enseguida vuelvo.
Me puse rápidamente en busca de la encomienda
mientras escuchaba como ella le agradecía a Ed lo que hizo y cómo él se
excusaba en que no había sido nada. Sí, claro- bufé-, si no fuera por él ahora
estaríamos viendo sino tenía rota la cabeza del golpe que se hubiera dado
contra el piso.
Me petrifiqué en cuanto llegué a su habitación.
Lentamente me acerqué y tomé una remera de la puta
cama para tomar lo que había dentro de… ESO.
“TE LO DIJE, NO ME OLVIDES. CADA DÍA ESTOY MÁS
CERCA. TE EXTRAÑO.”
Decía la nota.
El ramo, no, no era un ramo. La corona en forma de
corazón hecha de claveles y rosas rojas era simplemente espeluznante ¡Qué
mierda!
-¿ED?
-¿Sí?
-¿Podrías venir un minuto?- dije lo más normalmente
posible que pude para no alarmarla todavía.
-¿Sí? ¿Qué su…? ¡Mierda! ¿Eso es…?- yo asentí.
-Cuando entré esto estaba arriba de la cama junto
con esta tarjeta como siempre- dije tendiéndole la nota para que la viera aun
sostenida por la remera de Bella para no dejarle huellas.
-¡Diablos! ¿Y ahora qué hacemos? ¿Qué mierda le
decimos?
-¿Decirme de qué? La ropa está… ¡NOOOO!-gritó ella
en cuanto vio todo.
No habíamos tardado más de treinta segundos en
hablar, pero se ve que era más curiosa de lo que yo había pensado.
-Tranquila, no te alteres.
-¡¿QUÉ NO ME ALTERE?! ¡El muy hijo de puta se metió a mi
apartamento! ¡En mi cuarto! ¡Esta puta mierda está sobre mi jodida cama! ¡¿POR
QUÉ?! ¡La tarjeta! ¿Dónde está?- nos miramos con Ed para saber si sería lo más
conveniente o no.- ¡Dámela! ¡Sé que vino con una!
Lentamente Edward levantó la mano en la que la
tenía escondida tras su espalda como acto reflejo ni bien escuchamos su voz.
Noté que Bella tembló en cuanto la vio pero que aun así se acercó a tomarla.
Esto era una puta cagada. Ella la leyó.
-¡NO! No, no, no. Recibí un ramo con tarjeta hace
poco, no tiene sentido- ella se paseaba por todo el cuarto con la mirada fija
en el pequeño rectángulo negro que tenía en las manos- ¿Por qué? A ver… ¿Qué hice? NO lo sé, no lo sé.
-¿De qué hablas?- preguntó Ed suavemente. Ella
siguió como si nada pero igual contestó.
-No sé lo que hice. El, ella, quién sea está
enojado conmigo por algo ¡Y no sé por qué! Todo este trabajo, el peligro que se
tomó. Esto no es por nada. Algo hice que la enfureció y no sé qué es.
Rayos. Bella en vez de estar en pánico, estaba toda
racional y analítica a lo que le había llegado. Ojo, aún temblada como una hoja
de miedo, enojo, y tensión, pero a pesar de todo se sobreponía a sí misma para
entender. Ok, en eso estamos todos.
-¿Bella?- le llamé- Lo mejor será llamar a Withlock
ahora mismo. Que vea todo tal como está, que saque fotos, que se fije a ver si
encuentra algo más.
-De acuerdo. Sí, será lo mejor- ella asintió y su
mirada dejó otra vez toda racionalidad para volver a ser presa del miedo. Se
tensó y dijo- llámalo tú, voy a cambiarme.
La vi tomar ropa cómoda de unos cajones y luego
tensarse a tal punto que parecía a punto de romperse. La espalda rígida y las
manos en el aire, mientras miraba con creciente pánico dentro de uno de los
cajones.
-¿Qué pasa?- pregunté.
-¿Eh?- saltó- No nada. Voy al baño- dijo cerrando
el cajón con un golpe seco y corriendo en dirección a lo que debería de ser su
baño privado. Raro. Bueno y en realidad ¿Qué demonios no lo era ese día? Dejé
de pensar en ello y me obligué a actuar. Saqué mi móvil y me dispuse a llamar
mientras intentaba controlar mi voz para que no se viera reflejado el miedo
escalofriante que recorría mi cuerpo agitando completamente mi interior.
Hablé de manera rápida con él relatando sólo lo
grueso del asunto y dándole la dirección de la casa para que viniera cuanto
antes.
En todo este trajeteo no vislumbré para nada el
estado de Ed por lo que ahora barrí rápidamente la habitación con la mirada en
su búsqueda. Él estaba aún en la pieza mirando casi con odio el ramo muerto y a
la tarjeta que previamente Bella había dejado sobre la cama.
-¿Estás bien?- le pregunté con un tono suave para
no asustarlo ya que se notaba bastante ensimismado.
-…Sí, creo que sí… demonios ¡No! ¡No lo estoy!
Estoy completamente cagado de miedo. No puede pasarle nada Jake, no a ella,
¡Mierda! ¿Y si no hubiéramos venido? ¿Y si la hubiera estado esperando?
-Ssshhh, cálmate. No puedes torturarte con los “Y
sí…” Ed. Él no la esperó y no vino sola, estamos aquí y la ayudaremos ¿De
acuerdo?- el asintió suspirando un poco más tranquilo. Sólo un poco-. Bien,
ahora vamos a la sala a esperar a Jasper.
-de acuerdo. Haré café.
-Bien, vamos, te ayudo.
Pasaron unos diez minutos hasta que Bella salió del
baño y vino a la sala. Estaba tan pálida que parecía un fantasma. Un fantasma
hermoso por cierto.
El café ya estaba hecho.
Nos sentamos en la pequeña barra de la sala en
lugar de en la mesa de la cocina, ya que en cierta forma parecía más íntima y
acogedora que la otra, quizás porque todos necesitábamos estar lo más cerca
posible.
-Bella- dijo Ed.
-¿Sí?
-Sé que acabas de aceptar el intentar algo con
nosotros y que esto del ramo pueda hacer que quieras echarte atrás y… No lo
hagas. Por favor, sólo… No lo hagas.
Bella se mordió el labio.
Rayos. O sea que sí lo había pensado. Ed fue
rápido, yo aún no había caído en la cuenta de aquello. Escuché como él seguía
hablando.
-Nosotros somos grandes y sabremos defendernos, así
que no debes de temer o preocuparte por nosotros. Eres tú la que nos preocupa-
en eso no podía hacer más que darle mi entera razón-. Bella, sé que todo esto
es demasiado rápido y… Simplemente demasiado, pero quisiera que consideraras el
venir a nuestra casa.
BOOM ¿WTF? Hey, no me malentiendan, no es como si
no quisiera a Bella todo el tiempo cerca ¡Y más en nuestra casa! Pero… ¡Con un
diablo Ed! ¡Esa no era ni la forma ni el momento de decirlo! ¿No tiene ella
acaso la cabeza en otras cosas? UGGH… Dios Ed.
Bella estaba “obviamente” en estado de shock ante
todo esto ¡Genial! Ahora faltaba que le diera una aneurisma por tanta cosa
junta.
-¿Bella?- preguntó él. TONTO.
-Ed, basta- siseé yo. Bella me miró, aún medio
perdida, pero me miró-. No me malentiendas Bells. Estaría encantado de que
vinieras a casa con nosotros. Es sólo que no me pareció ni la forma, ni el
momento oportuno para decírtelo.- dije fulminando a Ed con la mirada. Él se
encogió un poco-. Aunque bueno, ahora que ya está planteado, debo añadir que
realmente considero que eso sería lo mejor. Piénsalo. Estarías segura. Nuestra
casa tiene cámaras y un vigilante zonal en la esquina. Tenemos habitaciones de
sobra para que te acomodes. Respetaríamos tu intimidad. Incluso, creo que hasta
sería mejor posponer lo nuestro hasta que todo este asunto quede resuelto.
-¡¿Qué?!- Ed. Yo negué bajando la cabeza.
-Sería lo mejor Ed. No quiero que ella piense que
la ayudamos sólo para conseguir que nos acepte, Por “beneficios”- él hizo una
mueca-. Exacto. Además Bella, ya tienes bastante con la tensión de lo del loco,
no queremos que además te preocupes demás por lo nuestro. Así que, en
definitiva, sería como si fueras a vivir una temporada a lo de un amigo,
amigos- dije sonriendo de lado mirándole de frente.
-Odio admitirlo Bella… Pero Jake tiene razón. No
queremos añadirte más problemas, no sería justo para ti.
-Yo… Chicos yo…- comenzó a decir ella.
¡RIIIINGG!
¡Salvada por la campana!
¡RAYOS!
Ahora tendríamos que esperar no sé cuánto para
escuchar la bendita respuesta que estaba a punto de decir. Eso siempre y cuando
no cambiara de idea en este rato ¿Sería bueno o malo?
¡La re puta madre! Nunca fui una persona demasiado
paciente… ¡JA! Y por lo que podía ver Ed tampoco ya que estaba igual que yo ¡Y
eso ya de por sí era raro! Porque él era siempre el que se jactaba de ser el Sr
“Pa-cien-cia” y el Sr “Es-pe-ro”.
¡JA! Y más ¡JA! Aunque no sé bien de que rayos me
río. Los dos estaremos igual durante un laaaaargo rato. Puta madre.
Bella se levantó corriendo de su taburete hacia la
puerta y nosotros nos apuramos a ir en pos de ella por las dudas.
Ella respiró hondo antes de abrir… Y que un
torbellino se tirara sobre ella.
Etiquetas:
El Problema de mi Sexóloga
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario