28 de octubre de 2011
Descubriéndonos... capítulo 9
Sus labios resultaban carnosos. Suaves y tiernos como una fruta
madura. Al principio los rocé suavemente, casi casi como asemejando al roce de
un tenue suspiro, amoldándolos a los míos, exigiendo una respuesta que para el
fin de mi martirio personal, no tardó en llegar. El un leve suspiro de calma y
placer ella los abrió apenas unas pulgadas mientras que yo, al ejercer presión
con los míos y comenzando a humedecerlos con mi lengua me iba aprovechando de
su DESCUIDO. La calidez y la dulzura eran abrumadoras. Ella dio su permiso y yo
me sumergí con verdaderas ansias en aquella perfecta cavidad.
Podía sentir como el calor iba en crescendo alrededor de nosotros
unas cuantas décimas más a cada segundo que transcurría nuestro “inocente”
interludio.
En el momento en el que metí mi lengua en ella, Bella emitió un
leve gemido para luego impulsar a la suya a salir a mi encuentro. La abracé
como si la vida se me fuese en ello y sentí como ella enredaba sus pequeñas y
delicadas manos en mi nuca tironeando un poco mi cabello. Automáticamente me
separé.
-Lo… Lo lamento.
-Dame un segundo- dije respirando agitadamente- No es “eso”-
¡Vamos Edward! ¿Y ahora qué te pasa?, me dije.
-¿Entonces?
-Bella… -dije en tono de reproche- acabamos de acordar que iríamos
paso a paso… Y de seguir así pues… Bueno, lo cierto que de seguir así, ahora,
no llegaremos a mañana- dije, y continué antes de que pudiera a llegar a
replicar con algo que acabara con mi puta cordura. Esto tenía que salir bien-.
Sé las ansias y ganas que has de tener. Créeme, te entiendo- más de lo que
crees, agregué para mí- pero lo mejor será disfrutar al máximo cada paso del
camino que demos ¿No lo crees? Piensa además que no será mucho tiempo- no si
puedo evitarlo, claro-. Hay mucho camino por pasar Bells.
-Sí, sí, sí- rezongó frustrada. Luego suspiró y dijo- lo se´, de
verdad lo sé.
En silencio nos acomodamos mejor sobre la pequeña cama
reclinándonos contra el cabezal.
-¿Ed?- preguntó susurrando, cortando el silencio tras unos
minutos.
-¿Mmm?
-Bueno, es que… Edward ¿De verdad piensas que nada cambiará entre
nosotros?- dijo recostando la cabeza en mi hombro e impregnándome con su dulce
aroma mis fosas nasales.
-Voy a serte completamente sincero Bells- respiré hondo-. Creo que
cualquier relación puede cambiar siempre que las dos partes permitan ese
cambio- dije sin mentirle pero tampoco asustándola como para que llegase a
atajar antes de tiempo. No era taaaan tonto-. Así que, lo que quiero decir es
que, sí, el cambio es una posibilidad, pero quiero que te grabes en esa cabeza
terca que tienes que no voy a permitir que cambie para nada que nos pueda hacer
mal- hice una pausa para que mis palabras fueran cayendo una a una y con el
sentido que yo quería darles en su abombado cerebro, luego continué-. Tú sabes
lo importante que eres para mí y no voy a arriesgar el perderte por nada del
mundo. Yo te necesito cerca… De la forma que sea- terminé.
No podía decir nada más sin develar enteramente la enormidad de
mis sentimientos hacia ella. Y para eso todavía era demasiado pronto.
Ella quedó muda por unos minutos. Pensando. Sopesando. Mientras
que yo estaba debatiéndome sobre si debía agregar o no algo más al respecto. No
iba a retirar nada de lo que dije.
Sí, acepto el hecho de que quería jugar sucio, pero nunca al costo
de perderla por competo. Ella era merecía y debía saber que las cosas “podrían”
cambiar. Lo asumo, no estaba seguro de nada. “Podrían” cambiar para nosotros,
pero además y por sobre todo, tenía que estar completamente segura de que no,
de que yo no iba a permitir que “esto” arruinara lo que teníamos. Yo confiaba
casi ciegamente en que todo esto saliera bien y que en algún momento ella se
diera cuenta de lo felices que podríamos llegar a ser pero… Sí, no soy tan
idiota o cerrado para no pensarlo… Pero si eso no pasaba ahora había
considerado dos opciones.
La primera, darle su tiempo, aceptarlo y quizás con mucha, pero
mucha suerte, intentarlo cuando ambos estuviéramos preparados, cuando ambos
fuéramos más maduros, responsables y todo eso.
O…
La segunda opción. Que era sencillamente dejarla hacer su camino y
yo seguir con el mío pero sin perderla.
Odiaba la segunda opción.
-Ya... Sé que quizás te suene raro ya que yo no suelo… Demostrar
mucho. Bueno en realidad nada cuando algo me da miedo pero… es que Ed, esto de
verdad es muy importante. No te voy a mentir Ed- suspiró-… Yo sí te consideré
para esto. Cómo siempre fuiste el primero en el que pensé, como para todo lo
que hago. Pensé pedírtelo y demás pero… Lo cierto es que no pude hacerlo… No
pude decidir y tener el peso de lo que pudiera ocurrir- hizo una pausa y miró
hacia el frente sin ver nada en realidad ya que la oscuridad en realidad
todavía no lo permitía-. Aquél día que te pedí alejarnos- yo me tensé-, bueno
fue porque yo de verdad estaba confundida y quería ver… Quería saber si podría
estar lejos de ti- dijo casi con un quejido-. Sí, sé que suena todo masoquista
y eso pero de verdad me sirvió. No sabes cuánto. No sabes lo que sentí al saber
que estábamos, no enojados, pero tampoco relajados como siempre. Sé que
escuchaste que me iba a ir en la moto con Black y que a la vez pensaste como
que te estaba cambiando o alguna de las burradas tuyas, pero lo que hice en
realidad fue pedirle que me viniera a dejar en casa. Estaba tan triste. Y lo
peor era saber que yo misma había sido la causante del dolor. Y por eso fue que
al otro día perdí ante mí misma al invitarte a casa casi sin darme cuenta. Te
necesito cerca. Siempre ¿Qué tan retorcido te suena eso? Puede que estar con
alguien me quitara tiempo para estar contigo pero… Estar contigo y arruinar
esto, todo… No podría soportarlo Ed, no podría. Duele como la mierda de tan
sólo pensarlo.
¡UY!
Esto estaba… demasiado profundo, demasiado avanzado.
Ella estaba siendo consciente de lo que podría ocurrir. No de que
yo lo haría ocurrir si podía, claro, pero sí… Lo demás. Bien eso me facilitaba
la pelea que yo había previsto cuando ella notase que yo siempre había ido a
por más con todo esto. Ok. Esto de verdad, de verdad va bien.
-te lo dije. No voy a permitir eso ¿Y sabes por qué? –Ella no hizo
absolutamente nada más que escuchar así que seguí- Porque a mí también me dolió
como la mismísima mierda. No sabes lo que sufrí al pensar que tú de verdad me
querías lejos de ti ¡Y eso que fue sólo un día! Yo sabía que mi comportamiento
celoso posesivo te hartaba hasta el cansancio, y pensar que tú me querías lejos
por eso… Digamos que no lo manejé muy bien que digamos. Pero –respiré hondo-…
Pero eso me ayudó a entender lo que realmente siento por ti- ¡Uy, uy, uy! Por
ahí mejor no, me apresuré a enmendarme antes que preguntara algo-, me ayudó a
saber cuán importante eres para mí, cuanto te necesito en mi vida. Puede que
esto “quizás” cambie- recalqué-, nos cambie, nos una, pero no lo contrario. No
lo permitiré… NO… No lo permitiremos- corregí mirándola con intensidad-, no
permitiremos que esto que tenemos se arruine.
Podía sentir nuestras respiraciones en el aire. Podía ver cómo su
pecho se movía con cada inhalación y exhalación que entraba y salía de su
pequeño cuerpo. Podía sentir su calor irradiar hacia mí y contagiarme de él.
Podía sentir su aroma en cada molécula de aire dentro de esa habitación. Podía
sentirnos como uno en un todo.
-Además- agregué tras un silencio tratando de aligerar un poco el
ambiente- nos conocemos y sólo estaremos explorando para conocernos aún más ¿No
crees?- dije moviendo las cejas sugestivamente haciendo que ella me empujase
ligeramente y riese por lo bajo.
-Si serás tonto Cullen-dijo.
-¿Bella?- pregunté medio nervioso.
-¿Sí?
-Tú… Quiero decir ¿Tú… me encuentras atractivo de ese… modo?
Escuché que se atragantó, aunque no sabría decir con qué ¿Con
aire? ¿Con saliva?
-Este… Sí. Sí eres atractivo en ese sentido Ed- susurró y luego al
parecer se encabronó o algo así- Carajo Cullen, sabes muy bien que eres como un
puto adonis para todas las jodidas féminas de Forks- siseó.
-Sí, puede que así sea. Pero a mí me interesa la opinión de la
fémina que tengo en estos momentos al lado mío no las de este jodido pueblo de
mierda- dije convencido y hasta un poco divertido.
-¡Ja! Sí claro ¿Y por eso te bajaste la bragueta tantas veces para
ellas?- preguntó.
¡MIERDA! ¿Acaso Bella está celosa? Joder, eso está bien, muy pero
que muy bien.
-¿Celosa Bells?- pregunté irónico (y contento)
-Naaaa…
No dijimos nada más y yo aproveché ese tiempo para pensar.
Cuando llegué aquí tan furioso, frustrado y dolido. Sí, dolido,
pensé en muchas situaciones y formas que podrían darse pero… ¡Carajo, esto es
bueno!
Bella no sólo había aceptado a una “tutoría de sexo” conmigo o
como quieran llamarle, sino que además ella misma había sacado el tema de lo
que podría llegar a cambiar y así –aun así- sabiendo todo eso siguiera
adelante.
Mi plan no era demasiado original o elaborado, simplemente
trataría de que sintiera más por mí mediante el sexo. Era como atarla a mí.
Me importaba tres carajos si alguien opinaba que estaba mal. Yo
sabía que ella me quería y todo eso, pero en realidad yo quería que me amara al
igual que yo a ella. Y por lo que veía,
Bella de verdad se interesaba por mí en ese aspecto. Tenía bastantes
similitudes conmigo. Celos, inquietud, dudas, anhelos, etc, etc, etc. Sentía
que si lo hacía bien podría ganar mucho más de lo que en algún momento había
pensado.
-Y… -comenzó ella-… ejem… ¿Cuándo…?
-Oh- dije como tonto al darme cuenta de a lo que se refería- Creo
que quedamos en que se iría dando ¿No?
-¿Y qué pasaría si sólo lo hacemos y ya?- preguntó casi como si
nada. Casi.
-Ehhh… Bueno primero que tú no tendrías tanto tiempo para
“practicar” y afianzarte. Y segundo que yo no podría hacer prácticamente nada
en tan sólo una oportunidad. Es decir, bueno, si podría claro, pero ¿Por qué hacerlo todo de
una si se puede disfrutar y sacar más jugo a un lento proceso? Como dije Bells,
hay demasiado para explorar como para darnos tanta prisa.
-Está bieeeen- dijo dando un tremendo bostezo mientras hablaba.
-Jajaja. Hemos hablado por más de dos horas, ya es demasiado tarde
preciosa, mejor vamos a dormir.
-Pero ¿Y cómo explicaremos tu presencia aquí mañana?
-No lo haremos. No será necesario. Mañana me iré a mi coche a
esperarte como si recién hubiera llegado para irnos de paseo. Yo ya me traje
una muda de ropa por lo que lo único que hará falta es que me cambie antes de
salir- dije.
-¿Y a dónde vamos a ir?
-Pues la verdad había pensado en ir a una feria que llegó hace
poco a Port Angels según les escuché decir a las chicas.
-¡OH! ¡Una feria! Sí, sí, sí. Hace mucho que no voy a una.
-Sí, lo sé. La última vez casi juraste no volver a una ¿Recuerdas?
-Oh ya cállate. Eso fue por tu culpa, no debiste asustarme así.
-Pero si apenas fue un sustito- dije de lo más divertido.
-JA. Sabías que no quería entrar a ese túnel del terror, pero me
convenciste, y no conforme con eso me asustaste justo en la mitad cuando no
sabía para donde correr con esa horrible máscara y… y…
-Shhh… Tranquila Bells… Prometo solemnemente que en esta ocasión
no te voy a hacer nada que tú no quieras- dije con doble sentido esperando a
que ella lo captase también.
-Mmmm.
Se cayó pero luego pareció haber recordado algo porque casi saltó
de la cama.
-Oh ¿Y cómo piensas salir?
Sonreí.
-Pues como entré- ya estaba haciéndola rabiar.
-JA-JA-JA Muy listo Cullen ¿Y puede saberse como entraste o es un
secreto de estado?
-Por la ventana.
-¡¿QUÉEEEEEE?!-gritó.
A los pocos segundos mientras Bella se cubría la boca con ambas
manos, en la otra habitación se escuchó un golpe seco y luego el ruido de la
puerta abrirse y cerrarse seguido de unos pasos con destino hacia aquí. Genial.
-Genial- susurré- espero que barras debajo de la cama- dije
saltando y tirándome al piso para meterme debajo de ella rodando. Los pasos
estaban cerca.
-Lo siento- susurró muy bajito mientras encendía la luz y tiraba
con velocidad de las mantas para que taparan el frente de la cama que daba a la
puerta y así hubiera menos riesgo de ser descubierto.
Vi que se quitó los zapatos y que se sentaba agarrándose un pie
¿El pie? ¿Pero qué…?
-¿Bella?- Charlie.
-Hola papá, lamento haberte despertado.
-¿Recién llegas? ¿Por qué gritaste?
-Pues yo… No, en realidad llegué hace bastante ya pero me quedé
despierta viendo unas cosas de la escuela y ahora ya tenía sueño así que las
guardé pero como siempre mi torpeza se presentó y terminé golpeándome el pie-
entendí lo del pie entonces- y por eso grité- dijo sonando bastante
convincente, claro que yo me daría perfecta cuenta de si me estuviera mintiendo
a la cara, pero Charlie era despistado al igual que Renné la mayoría de las
veces.
-Mmm… Aarrggg, Bella ten cuidado ¿Quieres? Vete a dormir- masculló
yendo hacia la puerta mientras yo ya iba soltando muy despacito el aire que
hasta ahora había estado conteniendo.
De repente él se dio vuelta y sonrió.
-Umm ¿Bella?
-¿Sí?
-Gracias al cielo todavía no sabes mentir niña- dijo él y yo me
quedé de piedra- Sal “Eddie”- dijo Charlie de lo más divertido y llamándome con
el apodo que tanto odiaba desde pequeño.
Suspiré resignado y comencé a salir de la cama mientras él reía
quedamente.
-Chicos, soy policía ¿de verdad creían que no e iba a dar cuenta?
Tsk, tsk, tsk, eso hiere mi orgullo- me paré al lado de Bella de lo más
avergonzado por haber sido descubierto mientras Charlie seguía con su
ridiculización- Chico de verdad me alegra que no te rompieras nada trepándote a
ese condenado árbol, ahí sí que estarías en serios problemas- dijo ahora más
serio- ¿Saben tus padres que estás aquí?
-Sí- contesté- Lo lamento Charlie, yo…
-Sí, no importa. Digamos que me lo esperaba, quizás no de esta
manera pero me esperaba verte por aquí pronto.
Tanto Bella como yo lo miramos de manera interrogadora y rara por
lo que él se sintió obligado a aclarar al menos un poco.
-¿Primera cita no?- le preguntó a Bells.
Bella –para variar- enrojeció como un tomate bien maduro y
asintió. Luego levantó un poco la cabeza levantando a su vez una de sus muy
bien enmarcadas cejas a modo interrogativo y Charlie resignado sólo articuló
una palabra "Renné" por lo que Bella sólo se limitó a dejar salir un
sonoro bufido.
-De acuerdo. Ya, váyanse a dormir que es muy tarde.
“y dejen dormir” sentí que susurró cuando ya se estaba girando
para irse.
-Y traba la ventana Bells. No queremos que ningún loco se meta a
nuestra casa ¿No?
Hhmm.
Bella sólo entrecerró los ojos mirándolo mal y vio cómo se iba
cerrando la puerta detrás de él. Yo suspiré, otra vez.
ESO fue raro, pensé.
-Definitivamente mi padre está loco ¿Y si hubiese sido no sé, un
ladrón o algo peor?
-Bells, creo que él sabía que era yo. Quizás me haya visto aquí
dormido o algo. Si no vino es porque sabía que era yo ¿No lo crees?- dije al
ver que todavía estaba algo enfadada.
-Puede pero, de todas formas ¿No te parece raro?
-No lo sé Bells. Vamos a dormir ahora ya tengo sueño.
-Ok… Mmm… Este, date la vuelta- yo la miré como diciendo “¿de
verdad?”- Sí, lo ´se, pero todavía no ha pasado nada como para que me ande
desnudando delante de ti.
-Jajajajaja- me carcajeé con ganas ante el absurdo razonamiento de
mi pequeña.
Me di la vuelta mientras escuchaba el roce y susurro de la ropa al
caer. Luego de eso- porque yo ya me había cambiado durante la espera- nos
acostamos en aquella pequeña pero confortable cama y nos dormimos prácticamente
enseguida. La sonrisa en mi cara parecía tatuada y sabía que de seguir así me
dolerían los músculos de la cara después, pero en el momento en el que Bella se
acurrucó junto a mí todo dejó de tener sentido y caí en un sueño de absoluta felicidad.
Etiquetas:
Descubriéndonos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario