28 de octubre de 2011
Descubriéndonos... capítulo 5
DISCLAIMER
Los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría.
E.POV.:
-¡¿QUÉÉEÉ?!- gritó-
EDWARD ANTHONY CULLEN ¡¿QUIERES DECIRME QUE LA HAS PUESTO Y YO NO SABÍA NADA?!-
dijo aun a los gritos medio enojada y… algo más que no supe que fue.
-¡NOOOOOO!
–respiramos hondo los dos.
-¿Entonces?- Carajo
yo y mi sinceridad. No quería darle detalles morbosos e incómodos a la persona
que recientemente había descubierto que amaba y que quería enamorar. Mierda.-
Dime- exigió.
Bufé.
-Bueno sabes que no
he llegado a cuarta base. Serías la primera en saberlo- y con suerte de primera
mano, pensé para mí-, pero…
-¿Pero?
-Bueno, esto es
algo vergonzoso Bella.
-No me importa, tú sabes hasta los días en
que me viene así que escúpelo- dijo medio molesta.
-Uffff, de acuerdo. Bueno digamos que entre
primera y cuarta base hay mucho camino.
-No, sé más claro.
-¿Bellaaaaa?- medio supliqué, medio corté
lo que me pedía. Ni se inmutó.
-¿Culleeeeeennnn?
-Arrrgg… De acuerdo- dije resignado
mientras cerraba los ojos y lentamente me hundía un poco más en mi asiento y de
paso en mi desgracia. Vaya mierda de día resultó ser. No quería contarle nada
de aquello- Digamos que he estado en segunda y tercera base un par de veces- me
miró interrogativa en cuanto me digné a mirarla de reojo- ¡Oh, por todos los
santos Bella! ¿De verdad me harás decírtelo? Ella asintió- Bien. Me han hecho
algún que otro trabajo manual y… y oral por ahí. Respiré. ¿Fácil verdad?
Nooooo.
-¿Y por qué yo no sabía nada?- preguntó
medio divertida, medio dolida.
Y ahí estaba la peor pregunta que podía
hacer sobre esto.
-¿Cómo crees tú que te iba a decir algo
así?
-¿Y por qué rayos no? Se supone que nos
decimos todo.
-Pues… Porque… no sé bella… es demasiado
incómodo que te ande narrando todo esto.
-¿Desde cuándo?
-¿Eh?
-¿Desde cuándo recibes estos… tratos?
-… Como cerca de dos años ¿Por?- agachó la
cabeza.
-¿Y… cómo es?
Juró que pude sentir un “crack” en mi
mandíbula de lo rápido que se me abrió.
-Bells- rogué.
-Dímelo- dijo mirándome y supe que no iba a
desistir de esto.
-¿De verdad quieres saber?
-Sí.
Suspiré.
-De acuerdo vamos a tu casa- eso la
descolocó pero se limitó a asentir.
Arranqué tan velozmente que las ruedas
chirriaron sobre el asfalto. Bella se mantuvo callada el resto del viaje
mirando alternativamente de su regazo a la ventana, una y otra y otra vez. Creo
que comenzaba a entender cómo se sentía. Suponía que se sería como yo hace dos
años. Frustrada. Sexualmente frustrada. Por eso quería una pareja. Bella no era
de las que se encamaban con cualquiera y perdía su virginidad sin pena ni
gloria. Ella quería una relación. Una conexión, seguridad.
Y yo podría darle todo aquello. Claro, si
me tomara en cuenta.
Se me estaba empezando a ocurrir algo pero…
era tan, descabellado… tan arriesgado que no quería pensarlo siquiera. Una
vocecilla dentro mío susurró “quien no
arriesga no gana”. Sí, claro, eso porque no sabía lo que podría perder.
-llegamos- dijo sacándome así de mis
pensamientos y bajándose del auto.
-Hey sabes que yo hago eso.
-Sí, lo sé- me dijo como si fuera tonto-
pero hace más de dos minutos que lo hicimos y tú no te has movido hasta ahora.
-Bien, bien.
-Pasa ¿Quieres tomar algo?
-No, gracias ¿Y Renné?
-Oh, hoy se iba a Port Angels con Esme todo
el día de compras, es más dijo que quizás se quedaran a dormir allí para
aprovechar el día d mañana también.
-No me había dicho nada- dije aunque luego
recordé de mi escena el día anterior. Ella se encogió de hombros.
-No tiene porque, siempre y cuando Carslile
lo sepa.
-Cierto ¿Y Charlie?
-Charlie vendrá después de cenar. Me avisó
que estaría trabajando en un caso hasta tarde y que era más que probable que
llegara pasada la medianoche. Y ahora si dejaste de interrogarme es mi turno-
dijo.
Gruñí por lo bajo. Esto pintaba cada vez
peor.
-Vamos a mi cuarto- dijo tomando dos vasos
y un cartón de jugo.
Le seguí por las escaleras disfrutando de
la vista de su muy hermoso culo prácticamente frente a mi cara. En cuanto
llegamos ella se quitó los zapatos y se tiró en la cama.
-¿Puedo preguntar algo?
-Ajá
-¿Por qué el cambio de look? ¿Por qué hoy?
-¿Y por qué no hoy?- respondió sarcástica y
luego suspiró- Sólo quise un pequeño cambio y ver qué efecto provocaba nada
más, era algo que ya tenía pensando hace algún tiempo. Alice quedó alucinada.
Bufé. Ya me podía imaginar yo a la duende.
-Ahora deja de querer distraerme y
desembucha.
Me senté apoyando la espalda en el cabezal
y ella hizo lo mismo a mi lado.
-De acuerdo- dije haciendo un mohín de
renuencia- ¿Qué quieres saber?
- fácil… TO-DO- gemí- ¿Cuándo? ¿Cómo?
¿Quién? ¿Dónde?... ¿Por qué?- susurró al final, luego de echar todas las
preguntas casi sin respirar y elevando la vos dos octavas más de lo habitual
por la emoción, la curiosidad o lo que fuese.
-¿Contesto en ese orden enumerando o
contesto acorde cada situación?- Ella lo meditó un momento y luego dijo;
-Mmm… A cada situación enumerando las
preguntas.
-Bueno desde ya te aviso que no recuerdo
“exactamente” todas las situaciones así que ahí va…
Bella se reacomodó sentándose ahora frente a
mí abrazando sus rodillas. Eso no me gustó, parecía que le iba a contar un
cuento o algo así, Ja! Vaya cuento. Así me sería aún más difícil contarle mis
breves experiencias sexuales con mis recientes sentimientos descubiertos hacia
ella, si no tuviera que verla a la cara y peor directamente a los ojos. Así que
rehuyendo por lo menos a esa inquisidora mirada fingí mirar a un punto fijo
detrás de ella mientras reunía el coraje para comenzar a contar.
-Ok. La primera fue… a mis dieciséis
¿Recuerdas que Alice insistió en ir a celebrar en una discoteca?- ella asintió-
Bueno tú te fuiste temprano con Alice y Jazz ya que habías probado demasiados
tequilas- le sonreí ante el recuerdo, se había puesto muy borracha muy pronto-
y yo me quedé con el resto un rato más. Estaba bailando cuando, una chica
comenzó a bailarme muy cerca. Se volvió muy provocativa y la verdad es que yo
ya estaba muy tomado también. Nos metimos en un pasillo y…- me ruboricé, no
pude evitarlo, esto era muy penoso.
-¿Y?
-Y bueno, una cosa llevó a la otra, ya
sabes- error no sabía. Hizo una mueca- Sí, sí… después de unos cuantos besos
ella comenzó a tocarme y… el resto imagínatelo… o mejor dicho no lo hagas- dije
después rápidamente.
-Sigue.
-Ok. Ok… No recuerdo bien todo ¿Sí? ¿Te
parece que lo diga en forma de lista?- ella se encogió de hombros.
Esto de seguro me iba a hundir.
-Luego de eso vino Clarice en una fiesta…
estaba muy buena.
-¿Qué fue?- me interrumpió.
-¿Eh?
-¿Mano o…?- dejó inconclusa y yo pensé que
de seguro ya estaba rojo como un semáforo por la vergüenza. ¿Ella de verdad
esperaba que le diera TODOS los detalles? Sip.
-Mano.
-Bueno acláralo en la próxima ¿Vale?- Sólo
asentí ¡Dios! ¿De verdad que me quería matar?
Así comencé a narrarle todos mis
vergonzosos encuentros sexuales con algunas de las distintas zorras que ella
odiaba. Lucile, Mía, Tanya… Abrió mucho los ojos cuando tuve que admitir que
muchas de las veces habían ocurrido en el instituto. Aulas vacías, gimnasio,
armarios, esquinas desiertas, vestidores, cualquier lugar viene bien en ese
momento eso estaba claro. Y eso sólo dentro de la escuela. Luego estaba el
auto, el bosque, habitaciones, el baño de alguna fiesta e incluso de un bar y
hasta en una sala de cine medio vacía, esa había sido de verdad arriesgada pero
había valido la pena. Creo que estaba quedando como un pervertido.
Yo seguí y seguí mientras Bella tenía los
ojos cada vez más abiertos hasta que en un punto parecían querer salírsele,
pero bueno, al fin y al cabo ella lo había pedido ¿no?
Victoria, kate y Tanya fueron las más
“habituales” por así decirlo.
-Guau!
Yo evaluaba cada uno de sus movimientos
mientras aún continuaba mirando hacia el vacío, pensando. Luego de unos minutos
volvió.
-¿Y por qué? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué
sólo eso y con ellas? ¿Por qué nunca supe? ¿Por qué…?
-Bella- la corté-, soy hombre. Hasta ese
primer momento, digamos que había aguantado bien porque todo aquello me era
desconocido, las sensaciones, la adrenalina, la euforia… pero… luego… Bueno no
es que se me haya hecho estrictamente necesario pero… era- busqué la definición
correcta y gemí bajito- tch… arrrgg. Bueno digamos que si me era necesario. Es
una forma de liberarte, de sacar tensiones, de relajarte y entregarte.
Hubo unos segundos de silencio en el que
solo nos miramos.
-Vale. Puedo “intentar” entenderlo, aunque
no creo que mucho ya que no conozco ninguna de esas “sensaciones”- dijo
haciendo las comillas en el aire para recalcarlo y yo como idiota que soy
automáticamente endurecí. Rayos. Sencillamente mi cuerpo no soportaba hablar o
escuchar a ella hablar de algo sensual/ sexual, era simplemente demasiado.
Ella inconsciente de mi estado siguió como
si nada.
-De todas formas todavía no me has dicho
por qué ellas y por qué yo no sabía nada- su tono reflejaba algo de dolor.
Carajo.
-Bella. A lo primero debo responderte algo
simple y de seguro que no de tu entero agrado… FUERON FÁ- CI- LES- Dije
acentuando cada sílaba-. Nada de promesas, ni compromisos. Sólo un buen rato
para ambos. Cada una era bonita a su forma no voy a negarlo tampoco, no es como
si fuera a hacerlo con cualquiera sólo porque sí. Y a lo otro… Sólo puedo
decirte que no quería para nada verte en este momento- ella se tensó y yo me
apresuré a seguir-. Quiero decir que no quería verte como ahora… decepcionada
de mí o algo así- susurré.
-Edward, no estoy decepcionada, sólo algo
dolida por no saber pero nada más.
De repente supe que quería preguntar algo
que no me iba a gustar- para variar- ya que se puso toda roja de pena.
-Anda escúpelo- dije al verla tan apenada.
-Bueno… este… ¿Qué… qué se siente?- medio
tartamudeó al final.
-¿De verdad quieres saber?- ella asintió-
de acuerdo. Sé que te gustan las cosas bien claras así que trataré de hacerlo
bien ¿Eh?- me miró sin pestañar- lo primero que sentí obviamente fue lujuria,
calentura. La excitación crece y te invaden las ansias, ansias de llegar pero
tratando de sacar el máximo disfrute al proceso. El placer y la tensión se van
acumulando en el cuerpo hasta el punto de que uno cree no aguantar, pero luego,
cuando uno por fin alcanza la cima y logra tocar e pináculo de placer cada
músculo, cada tendón, cada nervio se relaja y te deja en una especie de nube de
paz y saciedad increíble.
Silencio.
-Guau- susurró y yo reí.
-Exacto. Gratamente uno puede volver adicto
a todo aquello. Todo lo que dije es cierto, pero en realidad es lo que siento
yo y tampoco es que he llegado hasta el final así que… No sé si deberías
tomarlo tan literal. Además me he quedado sólo en lo físico. Yo reconozco que
no compartí nada emocional o sentimental con ninguna de las chicas con las que
estuve.
-Lo sé. Puede que para cada uno sea
diferente pero lo cierto es, que como tú dijiste, sólo has descrito lo físico.
Lo sensorial por así llamarlo.
Nos quedamos unos momentos en silencio,
pensando. Luego de un rato yo no pude más con mi nata curiosidad y pregunté.
-¿Y por qué tanto interés de pronto?
-¡Daaaa! Tengo dieciocho años, idiota.
No le vi el punto.
-¿Y?- pregunté.
-¡AY! ¿Estás tonto o qué? Puede que hasta
ahora no me interesara mucho todo eso, es más hasta lo veía como un estorbo
pero… ¿Cómo explicarlo?- Me miró, suspiró y siguió- A ver, estoy a sólo unos
cuantos meses de graduarnos, tengo amigos geniales, unos padres normales y
locos, y unas calificaciones putamente excelentes- abrí muchísimo los ojos
cuando dijo aquello. Ella no solía maldecir… mucho- Pero, y como dije antes,
tengo dieciocho y todavía no he intimado con nadie ¡En ningún aspecto! ¿Tengo
hormonas sabes? Hasta ahora al igual que hasta hace unos dos años, las he
controlado porque me molestaba que me desconcentraran. Sencillamente no me
permití concentrarme en levantarme a alguien cuando a larga podría haberme
costado las notas que ahora tengo.
GUAU! ¡Dios! ¡Rayos!- pensé en un segundo
¿Era Bella quien decía aquello? Mierda.
No me di cuenta en qué momento se paró y
comenzó a andar como gato enjaulado. Y así como lo hizo paró de repente y se
desplomó en la cama a mis pies en trasversal.
-Pero ahora… Lo he pensado. Y no te das una
idea de cuánto Ed, y he decidido disfrutar…
-¿Disfrutar?
-Arrrgg… Sí, Cullen disfrutar ¿Quieres que
sea aún más clara? Bien. Quiero buscar a alguien que me guste un poco,
ligármelo, pasar de primera a cuarta base y después seguir con lo mío… Al menos
hasta la universidad ya que seguramente allí vuelva a lo mismo de hasta ahora-
dijo aceleradamente aunque frunciendo ligeramente e ceño al final,
concentrándose en algo que no alcancé a ver.
Estaba total, absoluta y tremendamente
petrificado.
Esto de hablar tanta cosa sexual con Bella
era raro, no incómodo. Era algo como medio tabú entre nosotros, hasta ahora
nunca habíamos hablado taaaaaaanto del tema, ni mucho menos a tan nivel
personal. Pero lo que más llamaba y preocupaba mi atención era ¡¿CON QUIÉN
MIERDA QUERÍA LIGAR BELLA?! Sí por puta casualidad era aquel infeliz de Black
me iba a asegurar de arrollarlo ligeramente con mi Volvo, y de dar ida y vuelta
unas cuantas veces como para asegurarme de que estuviera tocando arpas bien
lejos de MI BELLA.
¡Dios! ¿Acaso se me puede complicar más?
Creo que mi cerebro no es capaz de asimilar tantos cambios juntos. A ver, en
las últimas cuarenta y ocho horas no sólo había descubierto que los
sentimientos que tenía por mi mejor amiga de toda la vida eran mucho más
profundos y complejos de lo que yo mismo quería aceptar, sino que además esta
pequeña arpía había decidido de pronto dar rienda suelta a sus hormonas y
ligarse al primer tarado que encuentre para sacarse las ganas y pasar luego a
otra cosa como si nada, o sea ¿Me entiende alguien? ¿Acaso caí en una especie
de dimensión paralela o algo?- me pellizqué- NOP. Sólo soy yo amargamente
despierto, y sobrio- y con serias ganas de no estarlo- en la casa de Bella, en
SU-CUAR- TO.
Carajo, carajo, carajo.
-¿Edward? ¡¿Edward?! Carajo idiota
reacciona- dijo sacudiéndome.
Emergí de un lugar extraño para llegar aún
más confundido.
-¿Qué pasó? -Auch, mi cabeza.
-Nada, estoy… ¿Bien?- Uffff, sí claro,
¡Excelente! ¿Por qué mejor no dices eso Ed?
-Ok ¿Seguro? Te pusiste todo raro de
repente.
-Sí, sólo… me maree un poco. De la
impresión quizás- susurré más bajo.
-de acuerdo. Así que… ¿Te parece muy mal?
-¿Qué, eso? No, claro que no- dije ¡Claro
que sí! Grité para mí. Luego pregunté la peor pregunta que tenía en mente
tratando de sonar casual- ¿Y en quién has pensado?
Diablos. La muy buscona se ruborizó de un
rojo brillante. Lucía perfecta, apetecible. Mucho más que la fruta más exótica,
la comida más afrodisíaca, el buqué más dulce y atrayente o alguna seductiva
sustancia adictiva. Su dulzura nublaba mis sentidos. Era perfecta. Perfecta
para mí.
La idea desquiciada quiso a volver a hacer
mella en mí.
-Bueno, sí he pensado en ellos- reconoció-
Por eso fue lo de hoy, al menos en parte. Hoy a causa de este cambio he hablado
con chicos que antes jamás me habían siquiera registrado. Y algunos son muy
lindos- me confesó- pero no creo que sean lo que busco.
-¿Entonces?
-Arrrgg… No me gusta decirlo en voz alta
pero… en fin. Estoy bastante segura de Tony, el chico que va con Jasper a
historia. Jacob… Me divierto mucho con él, aunque no estoy del todo seguro de
que sea el primero… quizás para después ya que él tiene MUCHA experiencia- ¿Eh?
¿Después? ¿Es que a cuantos se va a ir esta locura? Callé mis molestos
pensamientos para prestarle atención a lo que decía- Y Lee, ése es compañero
tuyo de cálculo avanzado, es muy amable, divertido y tierno. He hablado algunas
veces con él y bueno, me agrada.
A mí definitivamente ya no me agrada- pensé
malhumorado.
-Creo que él es el que más me gusta de los
tres. Sip, sip. Ahora el problema es hacer para que él me avance. Tú lo conoces
¿Qué crees?
Gracias a Dios siguió hablando antes de que
pudiera contestar, ya que no creo que lo que sea que fuere a salir de mi boca
fuera a gustarle en absoluto. Ni por asomo.
-Así que… ¿Edward?
-Oh, disculpa- dije con voz ronca- es sólo
que… WOW. Ok, lo siento. Bells- agregué rápidamente cuando vi que me miraba
feito-. Mira tienes que entender que toda esta charla es completamente extraña
y que… sólo estoy algo, bastante, sorprendido.
-¿Qué? ¡Dios Cullen! ¡Sólo quiero tener
sexo!- me encogí cuando dijo aquello- Sólo quiero aligerarme un poco, disfrutar
ahora que puedo. No quiero compromisos, ni promesas falsas, nada serio ¿Ok? ¡No
seas mojigato! ¿Quieres? Además por mi edad creo que ya es hora de que tenga
algún tipo de avance en mi vida sexual ¿No?
-Eh…- Genial. No podía hablar.
A la mierda la preocupación. Quería decirle
la idea que había tenido, pero no tenía ni la más jodida idea de cómo hacerlo y
que me tomase en cuenta.
-¿Recuerdas cuando nos dimos nuestro primer
beso?
Bella se encontraba ahora sentada contra el
cabecero de la cama abrazándose las rodillas mientras miraba con la mirada
perdida hacia la ventana. Lucía hermosa.
La luz del atardecer entraba por ella
bañando su pálida piel con un hermoso tono dorado, casi anaranjado. Era un
alivio y una agonía verla tan completamente perfecta ante mí.
-Sí, lo recuerdo- dije con mi
característica media sonrisa-. Estábamos aquí mismo ¿Recuerdas? Tú estabas
triste por lo que la idiota de Lauren te había dicho en la escuela.
-Seeee… Ella había dicho delante de toda la
clase que yo era tan fea y tan rara que nunca nadie iba a querer darme un beso
y luego dijo que lo mejor era que comenzara a juntar sapos para practicar con
ellos, que a ver si en una de esas tenía suerte y alguno era un hermoso
príncipe.
-Idiota- dije. Recordar eso todavía me
enojaba.
-Sí.
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