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6 de noviembre de 2014
Game Over -La caza ha terminado- Twilight OS
DISCLAIMER
los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría.
Respuesta al reto del grupo 'Metáforas para la Fantasía'
(muchas gracias por pedirme participar!)
PAREJA: Edward/Bella
RATED: MA
ADVERTENCIAS: Tortura, GORE, Dark, O sea tiene todo lo malito, ok? Sean advertidos y no jodan después =P
SUMMARY
'Isabella no lo sabía pero su destino hacía ya mucho estaba sellado... Ahora, ahora era solo tiempo de llevarlo a cabo'
23 de julio de 2014
30 de junio de 2014
Belly Bells al rescate! OS
Disclaimer
Los personajes pertenecen a S.Meyer. Solo la historia es de mi autoría.
FANDOM: TWILIGHT
RATED: K
PAREJA: Edward/Bella solo mención
SUMARY: Una situación descabellada surgida en respuesta a un reto.
ADVERTENCIAS: Un tremendo CRACK de fic xD Un gran intento de humor.
RETO: Este OS responde al 'juego/reto' que armé en la NOTA de mi página de face.
En este caso los personajes a usar son Edward/Bella/Alice/Rosalie/Charlie y las palabras son: Rocola/visión/mesa/superheroína/Dominación
En este caso los personajes a usar son Edward/Bella/Alice/Rosalie/Charlie y las palabras son: Rocola/visión/mesa/superheroína/Dominación
16 de junio de 2014
Una Eternidad Diferente -OS-
DISCLAIMER
Los personajes pertenecen a S.Meyer, solo la historia es de mi autoría.
PAREJA: Edward/Bella
RATED: T
SUMMARY: A veces las cosas se complican. A veces la vida nos juega malas pasadas que se deben superar. A veces el destino solo tiene una forma diferente de llegar a un mismo final.
ADVERTENCIAS: Drama/tragedia/angst. Muerte de un personaje. AU. Ubicado en 'Luna Nueva'.
ESTADO: OS -completo-
15 de febrero de 2014
15 de noviembre de 2013
traducción en FF - Sí, Ama
ESTA TRADUCCIÓN ESTÁ AUTORIZADA POR OFFLIMIT
SUMMARY
Edward llega a casa temprano y encuentra a su mujer en un extraño cuarto que nunca había visto... Un cuarto que podía cumplir su mayor fantasía... OOC- B/Ed -
N/T: Este es un OS muy HOT con base BDSM y una Bella dominatrix.
RATED: MA
PAREJA: Edward/Bella
Etiquetas:
Completos,
OS,
Traducciones,
Twilight
traducción en FF - My Sharpie Marker
ESTA TRADUCCIÓN ESTÁ AUTORIZADA POR OFFLIMIT
SUMMARY
Bella y Edward son amigos desde pequeños y están enamorados uno del otro sin saberlo. Hasta que un día Bella se masturba pensando en él con su marcador Sharpie favorito... Y pierde la tapa en... No le queda otra más que pedir ayuda a su amigo Edward.
.
N/T: Esta traducción es un OS que tiene otros 2 OS de secuela. Lamentablemente yo solo llegué a traducir el 1° y el 2° antes de que la autora borrara casi todas sus historias.
Etiquetas:
Completos,
OS,
Traducciones,
Twilight
THE MONSTER & I -TRADUCCIÓN en FF-
ESTA TRADUCCIÓN ESTÁ AUTORIZADA POR BEAUTIFULYES
SUMMARY
Bella y Edward se envuelven en un romance oscuro donde tratando de equilibrar y confiar, mezclan el sexo, la sangre,secretos, traiciones y los demonios del pasado. NO CANON DE VAMPIROS. Lemmons, violencia y un Edwrard dominante.
Etiquetas:
Traducciones,
Twilight
13 de junio de 2012
Compartiéndote
***DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría***
N/A: Este será un OS cargado de pasión ;) jajaja. Hace mucho que no hacía algo corto y lemonero así que para mi deleite personal he elegido a papi Cullen para esta travesura ¡Espero lo disfruten!
Traté de ambientarlo dentro del conocido mundo Twilight original o sea, ya todos son vampiros y es post AMANECER, ustedes me dirán que les ha parecido ok??
***
Un encuentro.
Y lo que menos se hubiera esperado sucede…
La presa es cazada, el cazador
pasa a ser presa y un sinfín de deseos y pasiones salen a relucir en un momento
sin tiempo en el que el mundo deja de existir.
***
EPOV
Podía sentir su piel de seda contra mi cuerpo, sus suaves y
pálidas manos recorriendo mi piel; sus labios saqueando mi boca con su cálida y
húmeda lengua dentro de la mía. Y, como cada día, tarde y noche, ella me volvía
loco de placer.
Moví mis manos con furia y mordí sus labios con fuerza
mientras mi miembro embestía duramente dentro de ella a una velocidad frenética
y con una fuerza bestial, sintiendo con orgullo mal disimulado como sus paredes
se apretaban en torno a mí, poniéndome aún más desquiciado de lo que ya de por
sí estaba.
Recordé como me había calentado cuando la vi atacar a aquel
pobre puma de manera tan sensual; mirando embelesado como en la lucha previa
ella dejaba al animal rasgar sus ropas como parte del juego previo, dejándola
apenas con una pequeña tanga de seda blanca -ahora bastante sucia de tierra y
hierba- y una camisa también blanca hecha jirones en torno a su torso, mientras
que por las comisuras de su boca escapaba un poco de sangre para ir a terminar
por sobre su delicado cuello al beber con ganas y fuerza de aquel ya moribundo
animal.
Solo bastó el ver aquella lengua, para luego tomarla en vilo
de donde estaba y tirarla contra el árbol más cercano. Dejando el cuerpo
flácido y ya inerte en el medio de aquel lugar aún a unos pocos metros de
nosotros.
El aroma a sangre aun flotando en el aire mezclándose de a
poco y eróticamente con nuestros efluvios sexuales.
Mis testículos y glúteos se tensaron hasta lo imposible
cuando sentí como sus paredes me exprimían hasta lo indecible, llevándose toda
mi descarga con ella.
Ambos gruñimos fuerte y alto cuando aquella ola abrasiva del
clímax nos abrasó.
Me siento jodidamente orgulloso de admitir que mi Bella era
la mujer más sexual y sensual -además de malditamente lujuriosa- que conocía…
¡Creo que hasta le ganábamos a Emmett y Rosalie!
Llevábamos ya siete meses de casados, seis de ser padres… y
dos meses de completa paz tras la ‘batalla’, o mejor dicho encuentro con los
Vulturis y los otros clanes.
Fue desde aquel momento en el que esta nueva, fogosa y muy
desinhibida Bella se dio a conocer.
Y no pensaba negarlo… Me encantaba.
Teníamos la suerte de poder amarnos por las largas y a la
vez cortas horas de la noche mientras nuestra amada hija dormía, además de que
durante el día siempre teníamos manos conocidas y confiables para vigilarla
durante un rato. Como ahora…
Teóricamente habíamos salido a cazar a las lindes de Canadá
para poder buscar estas pequeñas presas carnívoras que a ambos nos encantaban
mientras que nuestra Reneesmé se quedaba al cuidado de Rose y Alice -ya que
tanto Carslile como Esme también habían salido a una expedición de caza y
planeaban regresar recién mañana por la tarde-. Lo mejor del asunto es que la
dejamos por la tarde para que duerma allí en la noche así que por lo menos
podríamos estar tranquilos un buen largo rato más ya que todavía no había ni
siquiera oscurecido…
En ello estaba pensando -aun acariciando el cuerpo de mi
esposa con mis manos- cuando de pronto siento unas rápidas pisadas -demasiado
veloces para ser humanas-, en dirección a nosotros y una mente tan turbulenta
que confieso casi me mareó.
Bella reaccionó al mismo tiempo que yo poniéndose de pie de
un salto, obviando la visión de sus ropas -o falta de ella en realidad-,
mientras se colocaba en posición de ataque hacia la zona de la cual provenía el
ruido.
La figura derrapó a pocos metros de nosotros
sorprendiéndonos a todos.
Carslile.
― ¿Carslile? ¿Qué tienes? ¿Pasó algo? ¿Nessie está bien?
¿Dónde está Esme? ―pregunté ansioso y sorprendido nada más verlo ya que como
dije, antes su mente era tal caos que no pude identificar a su dueño. Aún ahora
su mente era un completo hervidero repleto de frases inconclusas, preguntas
retóricas y demás pensamientos incoherentes.
―No, no, ella está bien, yo…
La frase quedó colgando en el aire mientras su vista se
enfocaba.
Pude verlo en su mente en el mismo instante en el que
sucedía ya que su concentración habitual que usaba para dejarme fuera de sus
pensamientos al parecer el día de hoy brillaba por su ausencia. Su barrera en
torno a mí era nula en aquellos momentos, y yo no estaba seguro de si lo
prefería… o no.
Bella.
MI Bella.
Podía ver como sus ojos se enfocaban en ella y se iban
fijando más y más en su cuerpo desnudo hasta notar libremente cada curva en
cóncavo y convexo de su muy escultural cuerpo.
Me shoqueó.
¿Carslile?
¿Viendo a mi mujer?
¿Su casi… hija, o más bien nuera?
Mi conmoción era tal que no pude moverme ni mucho menos
decir algo coherente como sería ‘¡Quita
tus ojos de mi mujer!’. No. No hice nada… No hice ni dije nada… y tampoco
me salí de su mente.
Seguí viendo a MI Bella, desnuda ante sus ojos, sintiendo
como él iba casi acariciando su cuerpo con la mirada para luego comenzar a
dejarse embargar por aquellos instintos usualmente bien salvaguardados y tan
instintivos en nosotros que ahora le hacían picar las manos por el ansia de
tocarla.
Dio un paso adelante.
DI un paso adelante.
Por fin salí de aquel embrujo al verme reflejado en su mente
como si se tratara de un simple espejo. Leí su confusión y posterior
arrepentimiento ante sus más bajos pensamientos aunque, extrañamente, el hecho
de su mirada codiciando el cuerpo de mi esposa no me había enfurecido como se
hubiese esperado, lo cual de seguro hubiese pasado si se tratara de otro… No.
Muy a mi pesar he de reconocer que lo encontré… excitante… y, creo que él lo
notó unas milésimas de segundo después ya que su mente se volvió más confusa
aun si cabe.
La prueba de mi excitación sin ir más lejos, estaba en el
hecho de que el pantalón -que me había calzado a la corrida antes de que él arribara
al lugar y que aún llevaba desabrochado en la cintura-, se notaba de pronto
visiblemente abultado de cara a él.
Todo esto fue tan solo cosas de segundos que en realidad
para nosotros bien podrían ser eternos y en los que tan solo los ruidos del
viento en el denso y solitario bosque y nuestras falsas -pero medio agitadas-
respiraciones nos acompañaban.
Bella de pronto avanzó dos pasos hasta ponerse parcialmente
a mi lado. Su cuerpo.
¿Era posible que mi Bella también hubiera notado la mirada
de Carslile y se hubiera excitado?
Sus pezones se encontraban nuevamente erectos y sumamente
llamativos. Reclamando atención sin disimulos.
¿Podría ser?
¿Sería posible que ellos se desearan… al menos por esta vez?
Mi mente volvió en un instante a aquellos primeros años en
los cuales sentí un ‘ligero’ enamoramiento con mi creador pero, en aquellos
tiempos… todo me resultaba tan confuso y abrumador que… creí, en verdad creí
que mis pensamientos impropios de un hombre hacia otro era algo más relacionado
con la aberración en la que me había convertido… Creí que solo estaba
confundiendo admiración y lealtad con deseo y, amor…
Pero ahora… Ahora era plenamente consciente de que él
deseaba abiertamente a mi mujer y… que yo lo deseaba a él. Yo deseaba su carne…
¿Pero y Bella?
Nunca hasta ahora había resultado tan frustrante para mí el
hecho de no leer su mente como en estos instantes... Su mente me demostraba un
vacío y silencio total, pero su cuerpo… su cuerpo parecía reaccionar a él, a su
presencia, a su lasciva mirada.
¡¿Cómo saber?!
Gruñí para mí, o al menos eso creí hasta que una suave voz
se implantó en mi cabeza. SU VOZ.
¿Lo deseas verdad? No te juzgo amor, se te ve en la mirada
y en aquel objeto enhiesto que ya muero por devorar ¿Te ofende? ¿Te incomoda?
Mmmm… No puedo negarlo amor, me excita el ver como lo miras pero… Si quieres
quedarte a solas con él, yo… Yo puedo…
Para su segunda palabra mental yo ya me había girado a
verla, pero al ver en su mente una imagen de nuestra cabaña en el bosque. De
ella yendo allí SOLA para dejarme a mí
con él. No me resistí.
Giré por completo mi cuerpo y sin darle tiempo a nada la
tomé de la nuca para acercarla hacia mí, saqueando su boca sin importarme nada…
ni nadie.
¿Quién demonios era esta hermosa mujer que no solo no se
espantaba de la presencia del deseo de su esposo por otro hombre por el que
conocía como su padre, su mentor y no obstante igual ofrece irse para que
tuviese tiempo a solas?
Mi Bella.
Solo ella era capaz de sorprenderme así, de ver más allá…
pero…
Son hermosos. En verdad son hermosos. Bella es magnífica
desnuda. Jamás creí llegar a verla así, y Edward… ¡Oh Dios! Tanto tiempo… ¿En
qué estoy pensando? No… Debo irme… lejos… Estoy confundido por todo lo que
ocurre con Esme, sí, es eso, seguro… Sin Esme… Debo irme lejos, muy lejos… por
un tiempo, yo…
Antes de que pueda terminar de pensar en dar un paso para
alejarse me separé de mi mujer y clavé mis luminosos y brillantes ojos
ambarinos en los suyos.
¿Irse? ¿Lejos?
― ¿Qué ocurrió con Esme? ―pregunto enseguida.
Sé que es bajo en el momento en el que lo hago pero, sé
además de que esa es la única forma indirecta para saber qué demonios pasaba
con él ya que al formular la pregunta resultaba obvio que pensaría en lo
ocurrido por más que de su boca no saliera nada. Bajo sí, pero sumamente
necesario para mí en aquellos insólitos momentos.
Y lo pensó. Vaya si lo pensó.
A mi mente vinieron una sarta de imágenes y flashes de
varias conversaciones cortadas con momentos decisivos.
Esme sin querer tocarlo.
Esme siempre atenta a
las necesidades de todos y más ahora de Nessie dejándolo solo a él.
Él pidiéndole tiempo a
solas.
La marcha a cazar en
la que intentó amar a Esme pero que ella no soportó y se volvió antes para
saber de su familia.
Esme pidiéndole un
tiempo a solas.
¿Separarnos? ―dijo
Carslile incrédulo.
Vaya -pensé en verdad asombrado de todo lo que había estado
ocurriendo entre ellos desde hacía un tiempo pero de lo que ni siquiera
registré.
¡Oh por Dios! ¡Él
sabe! ¡Me escuchaste! Yo… Oh, por Dios… repetía en su mente sin parar mientras
con la confusión aun no lograba ponerle un alto a su mente.
Más imágenes y momentos varios pero, diferentes -pensé de
nuevo cada vez más asombrado cuando noté que había lejanas lagunas en las que
él me observaba a mí con… anhelo. Al igual que otras varias y diversas en las
que observaba a Bella con… ¿Deseo? Sí eso parecía al menos.
Y ahora…
―Carslile, tranquilo. No decidas nada… solo, sigue tu
instinto. Yo…
No tuve tiempo de decir nada más. En menos de un parpadeo él
ya se estaba abalanzando sobre Bella, quien aunque sorprendida lo recibió
gustosa mientras me miraba a mí fijamente por sobre el hombro. Vi… ¿Embelesado?
¿Deslumbrado? ¿Embobado? Sí, cualquiera de ellas. Los vi devorar sus bocas con
hambre animal. Vi como aquellas manos conocidas y secretamente por largo tiempo
anheladas tocaban con premura y de manera ‘extraña’ el cuerpo de mi mujer. Vi a
mi Bella encenderse de a poco como una llama que coge aire sobre hoja seca ante
tales descaradas caricias y la perversión de lo prohibido del acto en sí..
Los vi a ambos explorar sus cuerpos de manera ansiosa
comenzando a gemir cada vez con más fuerza sobre la boca del otro al percibir
las sensaciones de manos extrañas.
No lo resistí.
Me uní a ellos…
Carslile apretaba sus montículos de tierna y sensible carne,
amasándolos; las ganas reflejándose en su por lo general apacible rostro, en
sus facciones; aun comiendo su boca y mordiendo sus labios. Bebiendo de ella.
Ambos estaban parados en aquel espacio libre entre los
árboles, el olor a sangre ya fría y cuerpo en principio de descomposición a
solo unos cuantos metros de nosotros.
Sangre. Sexo.
Me coloqué detrás de mi mujer y comencé a besarle el cuello
descendiendo por el centro de su esbelta espalda, bajando con lentitud a lo
largo de su espina dorsal hasta llegar a morder una tentadora y perfecta nalga,
recorriendo con mis manos sus contornos y conteniendo el aliento cuando se
encontraban con las de él.
Podía leer como relegaba la confusión de lo que sentía. El
instinto lo estaba dominando como pocas veces se había permitido en su larga
existencia vampírica. No quería el control, quería sentir… Y yo quería sentirlo
a él…
Bella se soltó de su boca con un largo gemido de placer girándose
lo suficiente como para llegar a capturar mi boca mientras la de Carslile
atacaba con furia su cuello y bajaba luego lentamente por el centro de sus muy
apetecibles senos… hasta su ombligo… hasta su centro…
Un gemido/jadeo angustioso de placer contenido la abandonó
entonces al tiempo que yo me asomaba un poco para ver como la cabeza de mi
mentor se perdía entre los rizos púbicos de mi esposa, devorando con necesidad
bestial su tierna carne y absorbiendo con sed agónica la dulzura de su néctar.
Jugos que yo sabía que poseían el sabor del manjar más dulce y del elixir más
puro.
Bella gritó.
Carslile gimió.
Yo gruñí.
Podía verlo allí, arrodillado en la tierra, adorando a mi esposa
mientras el bulto de su pantalón ya sucio de lodo comenzaba a hacer resistencia
contra las débiles costuras, cosa que al parecer él notó ya que se separó de
golpe de ella y se paró para comenzar a quitárselo a velocidad vampírica.
Isabella no lo dejó.
Ella apartó la mano de un golpe suave pero firme con las
suyas hasta lograr bajar la prenda con sus muy pequeños dedos, llevándose con
ellos no solo aquella prenda sino también sus interiores, dejando la intimidad
del que era políticamente su suegro delante de su muy lascivo rostro. Ella se
relamió y yo gemí… sabía lo que venía.
Ella tomó el miembro duro y por demás alargado con una mano
y lo llevó con celeridad a su hambrienta y deseosa boca, engulléndolo hasta
donde podía y sobando con fuerza con una de sus manos todo aquello a lo que no
llegaba para luego extender su brazo a tientas detrás de ella… buscándome.
Inmediatamente supe lo que quería y no pude desearlo más.
Rápidamente me coloqué a un lado de Carslile, rozando mi
cadera con la suya pero intentando obviar el contacto -por ahora-. Siseando de
placer cuando sentí como mi Bella me tomaba en su boca, gruñendo ligeramente
cuando tomé su cabeza por la nuca y comencé a marcar más y más velocidad viendo
como su otra mano bombeaba con ahínco y casi desespero el otro falo henchido y
sonrosado y sintiendo la mirada de Carslile sobre el mío.
Sorpresivamente -sí, fue sorpresivo porque no fue algo que
él haya pensado o planeado-, él tomó mi nuca y estrelló mi boca en la suya en
un beso duro y puramente masculino. Rudo y demandante.
No pude con ello y automáticamente sentí como mis testículos
pulsaban y como mi descarga se precipitaba por mi cuerpo para vaciarse en la
húmeda cavidad de mi mujer, quien a este punto me lamía gustosa hasta dejarme
limpio y de nuevo medio erguido para más acción.
Mi lengua se entrelazaba con la suya absorbiendo mutuamente
nuestros jadeos apasionados pero, en cuanto sentí como Bella dejaba mi miembro
con un suave pero resonante ‘plop’ tuve que separarme. Quería verla. Quería que
lo tomara… Y quería tomarla mientras él follaba su boca pecadora.
―Ponte a gatas amor ―le dije susurrante en su oído al tiempo
que me movía para quedar tras ella.
Ella en un segundo estaba sobre sus manos y rodillas,
expectante.
―Quiero coger tu hermoso y mojado coño mientras tú comes su
tierna polla Bella. Cuanto antes se corra él, antes te correrás tú ¿Estás de
acuerdo mi vida? ―le pregunté al final ya que no quería que hiciera
absolutamente nada que le incomodara.
Un ‘Humm’ fue todo lo que obtuve por respuesta.
Isabella tiró de las piernas de Carslile hacia ella y tomó
su polla con clara avidez al mismo tiempo en el que yo me deslizaba en ella.
Los tres gemimos ahogadamente.
A pesar de la nebulosa de placer logré captar ciertas
palabras en la confusa mente de él. Carslile no se animaba a tomar la
iniciativa por miedo al rechazo. Él solo se estaba limitando a dejarse llevar…
Y él quería algo más… mucho más.
Saber sus pensamientos y sentir el placer tan grande era,
indescriptible… tan indescriptible que mis envites fueron frenéticos, causando
que mi Bella se corriera dos veces seguidas antes de recibir su semilla en la
boca. Otorgándole el mismo trabajo que a mí.
Se hizo noche cerrada.
El bosque estaba oscuro pero eso no podía importarnos menos,
nada podía distraernos de nuestro momento.
Y él se decidió. Lo leí en su mente primero y luego en sus
facciones.
Él quería más… e iría a por ello.
Salí de ella y ella a su vez soltó su polla ya limpia siendo
él quien la levantó para tomar entonces posesión de su muy tentadora boca.
Noté que sus pensamientos eran pura lujuria… Bien…
Él agarró a Bella por el culo y la levantó hasta que ella
enredó sus largas y ahora bien torneadas y duras piernas alrededor de su cadera
casi por inercia.
¡Eran tan jodidamente calientes de ver!
Estaba obnubilado viendo como su falo nuevamente duro y
erguido se enterraba lentamente en su cuerpo cuando la hizo descender lento
sobre él. Hermoso.
Nuestra piel centelleaba en la oscuridad haciéndonos ver
marfileños en medio de la negrura del follaje que nos rodeaba. La única luz,
proveniente de la luna llena que por momentos se ocultaba tras densas nubes cargadas de próxima lluvia.
Su próximo pensamiento me hizo jadear.
Él… él se preguntaba como sería, cómo se sentiría ser
follado así, e incluso… como sería follarme, a mí. Actué no pensé.
Rápidamente me coloqué tras él y comencé a mordisquear su
cuello y lóbulo para luego, de un tirón, romper en dos la camisa que aun
llevaba. El vaivén de su cuerpo cada vez más y más frenético…
―Apóyala contra el árbol ―susurré en su oído.
Él lo hizo de inmediato.
―Sé lo que pensaste… y sé que te gustará. Hoy es para
sentir, así que relájate, y disfruta ―le dije con toda la intención de que
supiera lo que venía y dándole una pequeña, casi ínfima opción de detenerme si
en verdad quería. No lo hizo. Ni siquiera en su mente se detuvo a cuestionarse―
¿Estás bien con esto amor? ―le pregunté a mi Bella entonces.
―Sabes que sí ed. Qu- quiero verte. Quiero ver como lo
follas… Yo…
― ¿Te calienta amor? ―le pregunté con toda la intención
mientras estiraba un brazo para apretar su muy endurecido pezón entre mis dedos
yal mismo tiempo que con la otra mano tanteaba la entrada bañada en jugos
mientras era penetrada ahora rítmicamente por Carslile.
Ambos gimieron ante el cotacto.
Empapé mis dedos y aproveché la retirada del miembro para
luego introducir dos de ellos junto con él
¡JODER! ¡Jamás pensé que esto sería tan jodidamente
caliente!
Mis dedos estaban empapados y sorpresivamente tibios, casi
calientes, por la fricción del miembro contra ellos mientras que la entrada de
Bella me apretaba hasta lo imposible. Unos segundos más y salí de ella
sonriendo por el gruñido que le escuché soltar.
Rápidamente llevé mis muy mojados dedos hacia la entrada de
él sintiendo como medio se tensaba y a la vez se obligaba a relajarse.
Un dedo se deslizó en él.
Los envites se habían detenido. Ahora él tenía su miembro
completamente empalado pero quieto al momento de apoyar su cabeza en el hueco
del cuello de Bella y ella a su vez acariciaba casi tiernamente sus cabellos.
Dos dedos y él gimió.
Un sonido ahogado que era medio placer medio dolor. Lo
cierto es que no me importó mucho. Me moría de ganas de entrar en él y sentir
como su carne y calor me rodeaban y absorbían… y eso hice.
Apoyé tentativamente mi punta roma en su orificio aun con
mis dos dedos bombeándolo. Rocé una y otra vez su perineo logrando que siseara
alto varias veces para luego quitar rápido mis dedos remplazándolos con la
punta ya propiamente húmeda de mi miembro, empujando, lentamente, haciendo un
enorme esfuerzo por no enterrarme de un golpe hasta la puta empuñadura. Al
menos no hasta que mi glande esté bien dentro del todo y él haya sido
adecuadamente estirado pero… era, difícil, sobre todo cuando él se removió y gimió
sintiendo de lleno la intrusión.
Un ruido de leve succión rompió el silencio.
Por fin estaba dentro.
Me quedé quieto.
―Ahora tú nos vas a follar a los dos Carslile ―dije con la
voz completamente ronca por lo que me costaba contenerme. Apreté su cadera―.
Vas a ir hacia atrás y me vas a enterrar en ti para luego dejarme y enterrarte
duro y profundo en Isabella. Vas a enterrarte con ganas y fuerza en el coño
mojado de mi mujer. Lento, muy lento al principio ―le susurré en su oído
lamiendo el interior de este mientras miraba a mi amada esposa a los ojos que
en este momento se veían completamente dorados rojizos de pura lujuria y
excitación.
―De… ―jadeó en cuanto retrocedió apenas un centímetro―… De
acuerdo ―dijo.
Y comenzó.
Despacio. Muy despacio, él fue envolviéndome en su interior
para luego hundirse en ella. Unaa, y otra, y otra vez.
Minutos después el ritmo cobró velocidad. Una velocidad que
me volvió completamente loco y que me hizo gruñir fuertemente mientras
escuchaba como Bella gemía cual gata en celo próxima a un clímax arrasador. Lo
sabía. Conocía sus sonidos.
Si fuéramos humanos de seguro estaríamos jadeando por aire y
completamente bañados en sudor y tierra pegada, en cambio, nosotros jadeábamos
de puro gozo y deleite y nuestra piel, tersa y dura tan solo tan solo brillaba
por los rezagados restos de luz de luna que se colaban perezosos por entre las
hojas de las copas de los árboles.
“Sí, oh sí… tan,
cerca… Maldición” pensaba Carslile en su mente mientras se movía ya de una
manera descontrolaba, saliendo y entrando de mí, entrando y saliendo de ella.
Diablos.
Podía sentir como sus músculos comenzaban a contraerse ¡Y me
estaba volviendo literalmente loco!
Afiancé
mis pies a la tierra flexionando un poco mis rodillas y… Mierda. El ángulo daba
justo hacia aquel sitio que se decía causaba tanto placer… y debía de ser
cierto porque tan solo bastaron dos estocadas directas allí para que él gruñera
-de manera para mí desconocida hasta entonces-, fuerte y de forma animal antes
de rendirse a los espasmos de su cuerpo ante la potente descarga que lo azotaba
mientras que Isabella daba un gemido largo y lastimero para luego pasar a
morder el hombro de su ‘suegro’.
No
pude aguantar más ante tan bella visión y cúmulo de sensaciones.
Mi
polla se endureció hasta lo indecible y mis pelotas se crisparon casi
dolorosamente antes de que el primer chorro de mi descarga llegara a él,
descansando mi cabeza en el hombro que no estaba Bella.
―Eso…
fue… wwooow ―dijo ella agitadamente brindándonos a ambos una trémula sonrisa.
―Siii…
―dijo él. Y podía sentir como la racionalidad quería comenzar a hacer mella en
él.
No
lo dejé. Aún no.
Salí
de él suavemente escuchando su siseo interno. Mi ego estaba en las nubes, le
había gustado y, me deseaba, tanto o más que yo a él pero, jamás pensé… no
importa ahora -me dije-. Él salió a su vez de Bella y se separó.
―No
lo pienses ―le dije poniendo una mano en su hombro y pasando por su lado para
ir a besar a mi hermosa y apasionada mujer, lo cual ella aprovechó para
devorarme -literalmente-, logrando que mi cuerpo reaccionara de nuevo ante ella
como siempre sucedía. Jamás me cansaría de poseerla. Gemí. Gruñí.
“En verdad son hermosos, tan hermosos… y
calientes. Jamás fue así con ella, pero… “
Automáticamente
me liberé de ella y me fui hacia él para introducir de una mi lengua en su boca
haciendo que todo pensamiento racional desapareciera y que solo la pasión y la
lujuria resurgentes quedaran en él.
Mi
lengua se movía furiosa contra la suya en un beso que demandaba su sumisión
absoluta mientras que mi mano acarició su pecho duro y masculino, firme como
las rocas que prácticamente éramos hasta llegar a su polla para comenzar a
sobarla con cada vez más ahínco. Quería… necesitaba…
Sin
siquiera detenerme a pensarlo me arrodillé ante él y tomé su miembro entre mis
labios Aun envuelto en los sabores de mi Bella pero con los resquicios de los
suyos propios también. Era delicioso.
―Mmm...
Son tan calientes así ¿Te gusta Carslile? ¿Te gusta como te chupa? ―le preguntó
mi esposa haciendo que él la mirara y gimiera.
La
vi a través de su mente -ya que me encontraba de espaldas a ella-. Llevaba la
elena desordenada y estaba maravillosamente desnuda. Tocándose. Os dedos
perdidos en su hermosa y estrecha raja. Gruñí.
―Oh
sí, Ed… mmmm… estoy, tan caliente… traga más Ed. Métetela hasta el fondo y
traga fuerte amor, tú sabes lo rico que se siente cuando te lo hago ―hice
obediente lo que me dijo y sonreí orgullosamente por dentro al sentir como la
polla en mi boca brincaba hacia mí―. Sí… así, así… más… chupa su punta… arrgg…
sí, sí, sí… ahhhh ―sentí y vi por medio de él como mi Bella llegó a otro clímax
tan solo follándose con sus dedos mientras Carslile la miraba y yo me, lo
comía.
―Quiero…
quiero follarla Edward. Contigo. Yo… necesito… ugghh ―llegó a deir apenas antes
de sentir como su cuerpo se tensaba próximo a la descarga.
Lo
solté.
Me
reí cuando él gruñó a medias pero solo me paré y le guiñé un ojo. Su idea me
había encantado pero…
―
¿Bella? ―pregunté entre dudoso y excitado.
―Oh
sí, pero, Ed… yo, ya sabes…
Cierto.
A
pesar de que éramos demasiado activos sexualmente ahora, ése aun era territorio
vedado. Nunca lo habíamos intentado realmente. Nunca lo habíamos hecho por
allí, hasta ahora.. Tendría que ser cuidadoso. Fui hacia ella.
―Lo
sé amor. Tendré cuidado ¿De acuerdo? ―ella me miró y se mordió el labio. Aquel
labio que había sido mi perdición casi desde el momento de conocerla.
¿Cómo
demonios podía verse tan putamente inocente cuando hablábamos de follar con dos
hombres a la vez?
“Ella es única” -pensó él.
Yo
no pude más que estar completamente de acuerdo con dicho pensamiento claro.
Ella
era única. Ella era mía.
Pero
hoy la compartiría, así como ella a mí.
―Edward,
Bella ―nos llamó él entonces distrayéndome de mis muy posesivos pensamientos―.
No es que me queje o, me arrepienta, no. Es solo que… ustedes, se aman… ¿Cómo
pueden permitirme estar… entre ustedes siquiera? ¿Es… común?
El
aire salió de golpe de mis pulmones. Me hubiera reído con lo primero pero lo
segundo me dejó un poco en ‘shock’ ¿Cómo que si nos era ‘común’? ¿Acaso pensaba
que habíamos follado con mis hermanos o con cualquier otro vampiro distinto
cada día o qué?
Lo
sé, lo reconozco, medio me encabroné.
Yo,
lo había idealizado por tanto tiempo como una figura familiar y esta noche,
todos mis instintos había aflorado. Aquellos instintos que había contenido
hacia él con tantas fuerzas durante tanto tiempo, pero él no lo entendía ¿Cómo
podría? Él no podía leer mis pensamientos como yo así los suyos. Iba a
contestarle con la más pura verdad sin medir consecuencias cuando Bella habló.
―Tranquilo
amor ―susurró ella pasando por mi lado hasta parársele de frente,
grandiosamente desnuda y sin pudor alguno―. No Carslile, tú eres el primero con
el que hemos hecho algo así, aunque no creo poder asegurar que serás el único…
ya sabes, la existencia puede ser muuuy larga ―le dijo de lo más pícara dando
un rápido guiño. Casi me hecho a reír ante sus caras―. Por otra parte, lo
permito porque él lo quiere, fin de la historia. Yo quiero todo lo que él
quiera y necesito lo que él necesite. No lo veo mal, ni lo juzgo ni nada y
tampoco es que no lo disfrute solo… eso ―dijo suspirando al final.
¿Por
mí?
¿Todo
por mí?
Ya
no hubo más conversación.
Tras
oír un murmullo que no sabría decir de quién o qué fue me abalancé hacia ella
hambriento de sus labios, de su sabor, de su esencia. De toda ella.
Y
ella me recibió gustosa como siempre.
Me
froté contra ella y fui descendiendo por su mandíbula y cuello hasta llegar a sus
hermosos senos, los cuales chupé, besé, lamí… devoré, mientras que ella gemía y
me llamaba una y otra vez.
―Ed,
Ed… Oh Ed…
―
¿Qué amor? ―le pregunté con premura.
―Ahora…
Inmediatamente
la volví a besar y luego me moví lentamente hacia su espalda, besando todo el
contorno de su cuello esbelto y grácil, pasando por sus hombros y ya luego la
espalda.
Vagamente
noté como Carslile se acercaba a ella atraído como a un imán. El olor de su
delicada y abrumadora excitación nublando nuestros sentidos. Nuestro pobre y
endeble resto de juicio.
Él
comenzó a besarla y a acariciar sus senos, su estómago y costillas, sus
caderas. Hasta que finalmente pasó ambas manos por su trasero y la levantó tal
y como antes haciendo que enredara las piernas en torno a él una vez más para
así lograr que su centro ya nuevamente chorreante se posicionara justo sobre su
miembro, el cual, sin vueltas ni demoras, clavó directo en ella hasta que sus
testículos, tensos y duros, golpearon contra la sensible carne de su perineo.
Bella
gimió fuerte y se agarró aun más firme contra él, enredando sus brazos y
piernas más firmes en su espalda. Gimiendo.
Yo
me acerqué por fin de nuevo a ellos y comencé a besar sus vértebras una a una.
Acariciando su espalda con suavidad a lo largo para terminar adentrándose en
aquella línea que escondía el último tesoro que hoy reclamaría de ella. Pasé mi
dedo por aquel punto lleno de nervios y presioné sintiendo como el vaivén de la
cópula la empujaba más contra él. Mi dedo entró y ella jadeó boqueando por aire
innecesario, entregándose. La penetré unas cuantas veces y luego presioné y
sumé otro dedo a la ecuación. Sentí y a la vez escuché como ella jadeó para
luego ver como ella misma ondulaba hasta clavarse hondo tanto mis dedos como su
polla.
―A…
aho-ra, aho-ra ¡AHORA! ―dijo y luego gritó. No lo dudé.
Retiré
mis dedos y en su lugar apoyé y presioné mi punta. Lentamente. Era magnífico.
Tan apretada. Tan mojada por sus propios jugos chorreantes ¡Iba agonizantemente
lento!
Carslile
había parado ¡Lo sentía dentro de ella! La punta de mi glande pasó
completamente al fin y yo siseé ante el apriete casi excesivo de su cuerpo.
Carslile se removió. Él podía sentirme también.
El
vaivén mutuo comenzó.
Nuestros
miembros se sentían a través de la delicada piel interna. Cada vez más cerca,
más profundo, más duro; cada vez más de él, de ella. Podía sentir como ambos
nos clavábamos en ella hasta el fondo, justo hasta el punto en el que su carne
no daba para más.
Su
carne interna quizás no, pero su cuerpo, aquel templo de placer que había
llegado a venerar sí… Su cuerpo podía brindar mucho más. Y, justamente por ese
pensamiento fue que dije lo siguiente.
―Chupa
sus pechos Carslile… ¿Saben deliciosos verdad? Dulces, tan dulces como una
fresa jugosa estoy seguro ―decía con la voz ronca susurrando las palabras en su
oído mientras la sentía estremecer entre nuestros brazos―. Casi quisiera comer
una para comparar el sabor del néctar de tu piel, de tus pezones, pero no valdría
la pena… Sé que tú eres imposiblemente más deliciosa ¿No lo crees Carslile?
―Sí,
oh sí… más… Por favor… Yo, ya… arrgg… ―deliraba ella para entonces presa de
placer negado.
―Eres
deliciosa. Eres suave. Exquisita… Quiero devorarte completa… quiero comer tu
carne… Arrrggg
Sentí
como él introdujo una de sus manos por entre los cuerpos y la dirigió a su
centro.
No
pasó prácticamente nada cuando tras acariciar, rozar y presionar su clítoris un
par de veces su interior comenzó a contraerse cada vez más rítmicamente y a
succionarnos de forma salvaje hasta que con un grito casi agónico ella llegó a
la cima del placer exprimiéndonos a ambos hasta vaciar nuestra última gota en
ella, tocando la cumbre con todos nuestros muy desarrollados sentidos.
Nuestras
respiraciones eran erráticas y estaba seguro que de ser humanos alguno habría
muerto por el esfuerzo de corazón, así que por una vez, agradecía ser vampiro,
inmortal y casi indestructible justo como ellos.
Recargué
mi frente contra su hombro y exhalé temblorosamente sin salir de ella aún y
sintiendo como mi propia descarga me bañaba. Carslile por otra parte acabó con
un gran y estruendoso gruñido animal nacido desde lo más hondo de sí y luego
reclamó su boca para fundirse con ella. Sentí una pizca de celos, lo reconozco.
Muy
despacio me fui retirando aprovechando que ya no se contraía porque él la
distraía para evitar cualquier tipo de molestia… aunque igualmente siseó un
poco así que ni bien terminé de salir de ella besé su espalda y le rodeé la
cintura con los brazos atrayéndola hacia mí, abrazándola, amándola, agradeciéndole…
Ella suspiró entre besos y luego se separó de él. Miré.
Carslile
ahora apoyaba su frente contra la de ella y posó su mano en la muy femenina y
redondeada cadera para comenzar a separar aquella parte de su anatomía.
Silencio.
Tan
solo el recorrido del viento y el movimiento de las hojas se escuchaban
alrededor. Tan solo respiraciones entrecortadas de nosotros y ligeros
pensamientos errantes de parte de él.
―Eso
fue… WOOOW.
Nos
quedamos todos en silencio unos cuantos segundos antes de que ella continuara.
―Gracias…
a ambos ―dijo mi Bella mirándonos a los dos con una sonrisa dulce y casi tímida.
¡Qué
mujer! ¿Cómo podía verse así cuando… con…? ¿Cómo demonios podía mostrarse tan ‘inocente’
cuando acabábamos de terminar de follar unos con otros como animales en un parfait mennage?
Quise
reír de mi mismo. Mi Bella siempre me sorprendería.
―Te
amo ―le dije al acercarme a ella a darle un suave beso. La pasión ya un poco de
lado.
―Te
amo también ―contestó de lo más sonriente. Esa sonrisa gatuna y satisfecha que
solo puede expresar una mujer saciada.
―Yo…
mejor me ¿voy? ―dijo Carslile con duda y cierto resquicio de temor.
―Carslile
―le llamó Bella―. Te quiero ―le dijo de lo más cariñosa y dulce. Quizás algo
extraño teniendo en cuenta lo vivido pero también sumamente especial por ello
mismo―. Gracias por esto y… no te preocupes. Todo estará bien ―dijo con
convicción.
―Gracias
a ti Bella. Y yo también, te quiero pero, esto… estuvo mal ¿o no? Yo…
―En
verdad. Todo. Estará. Bien. Lo presiento ―dijo confiada―… Pero… ―la miré por el
tono que empleó al decir lo último―. No sé si en verdad hemos terminado por hoy…
aun nos queda noche Edward. Aún nos queda tiempo Carslile ―dijo ella entonces
mirándolo de frente de manera sumamente sensual y sugestiva. Casi haciéndote
sentir como un simple humano frente a un lujurioso súcubo.
―Tienes
razón amor. Tienes mucha razón ―dije sonriendo― ¿Y sabes? Aun hay varias cosas
que podríamos probar. Muchas cosas ―dije mirando a quien por mucho tiempo quise
ver como un padre pero a quien en realidad respetaba como mi creador y mentor;
y quien a la vez anhelaba poseer como hombre.
―Sabes
Edward ―dijo él mirándome fijo y acercándose a nosotros mientras flashes de
recuerdos o más bien fantasías se comenzaban a deslizar por su mente―. Siempre
me he sentido atraído hacia ti, creo que por eso te convertí además de lo que
ya sabes. Esme… la quiero no voy a negarlo y siempre la he respetado ―hasta
ahora, susurró―, y Rose, pensé que en verdad podría ser alguien para ti pero… a
pesar d poner y poner trabas tú aún provocabas, provocas algo en mí. Sé que
está mal y, no quiero que Bella piense lo que no es, será pero…
―Shhh…
―dijo Bella acallándolo con un dedo en sus labios―. Edward es mío ―¡Vaya! Hasta
ahora le sale la Bella celosa pensé entre confuso y divertido―, así que no las
nombres… no me gusta… Yo te lo comparto, así como él me comparte a mí y te
compartimos a ti. Hoy se trata de sentirnos Carslile, así que libérate.
Por
primera vez vi a Carslile sonreír de manera ‘lujuriosa’ mientras nos miraba con
una mirada verdaderamente caliente teniendo lugar en su muy perfecto rostro.
―Sí…
Creo que me liberaré… La noche es joven ¿verdad?... Y al parecer promete ―le
escuché decir antes de abalanzarse sobre ambos.
La
noche era joven sí.
Y
al parecer todos íbamos a aprovecharla.
FIN
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