23 de noviembre de 2013

El Alina y su Cioară... 3/5

 DISCLAIMER 
Los personajes pertenecen a JK Rowling y solo la trama es de mi autoría.





PAREJA: Harry Potter/Charlie Weasley
RATED: ... MA...
SUMMARY: Cansado y confundido, Harry finalmente encuentra un lugar hacia donde escapar para intentar encontrar quién es... Quizás también algo más.
ADVERTENCIAS: SLASH/LEMMON/AU/EWE.

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'El Alina y su Cioară'
3/5

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...Una broma privada y muy muy irónica sí.

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Quedó gratamente impresionado con la decoración del lugar y aún más al ver la cantidad de gente que había ya reunida a pesar de aún ser bastante temprano para el momento álgido de la noche.

Demasiado pronto se vio alejado del grupo con el que había llegado, ya que todos y cada uno de ellos parecía tener ya más de un conocido esperando por ellos, pero para su fortuna no estaba totalmente solo. Charlie aún estaba a su lado mirándolo de reojo cuando el mayor pensaba que él no lo estaba viendo. Craso error porque con su entrenamiento en batalla estaba demás decir que él tenía los reflejos más que bien afilados.

Pasearon juntos por diversos grupos saludando y charlando, disfrutando de una tranquila sociabilización en conjunto antes de que todos fueran llamados para la cena central.

Comiendo cada uno con su grupo de llegada Harry se encontró pasándola mucho mejor de lo que hubiera imaginado y mucho más tranquilo con ahora ya un par de cervezas de mantequilla encima.

Las bebidas iban y venían como agua por las diversas mesas y en cada una bailaban y desfilaban las bebidas características del lugar de origen de los comensales.

En su caso, las cervezas rubias para la cena y ya luego las famosas 'tuicas' (3) por las que el moreno realmente había tomado un buen gusto y ya una más que considerable resistencia tras beberlas con sus varios compañeros en las guardias de las noches de frío o en las fogatas de los viernes.

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El tiempo parecía pasar presuroso mientras Harry ya mucho más relajado -ya fuera por la bebida ya digerida o por la propia charla y compañía- iba hablando, bromeando e incluso hasta medio coqueteando con más de uno de los allí presentes.

No, nada de lo que hiciera era demasiado obvio o directo, tan solo algunas frases aquí y allá que fueran perfectamente tomadas en el doble sentido pero sin ser lo suficientemente 'picantes' como para quedar ligado a alguien más de lo que quisiera. Él solo estaba explorando esta faceta suya que ciertamente nunca había tenido el tiempo o tan siquiera las ganas de querer ahondar. Y le encantaba, se dio cuenta con perfecta alegría inocente.

Sin embargo el ambiente cambió casi radicalmente cuando frente a él quedó una de las personas que nunca hubiera esperado volver a ver... mucho menos allí.

Sin darse cuenta de que estaba desde hacía ya rato siendo abiertamente observado por cierto pelirrojo sobreprotector, él quedó prácticamente con la quijada por el piso cuando vio quien se hallaba allí de pie delante suyo con una sonrisa ladeada y con un porte imponente.

'¡Por Merlín!' -fue lo primero que pensó... aunque enseguida estos derivaran hacia rumbos mucho menos decorosos.

Krum. Viktor Krum estaba allí frente a él... viéndose arrebatadora e impresionantemente guapo.

...Y viéndolo con una mirada que solo podía describir como, 'hambrienta'.

Apenas se abstuvo de pasar la lengua por sus labios y relamerse como un gato tras tragarse un canario.

La noche de pronto se le presentaba muchísimo más interesante que hasta hacía un rato... y por la sonrisa del búlgaro pudo decir que compartían pensamientos en líneas similares.

Se saludaron afablemente y poco a poco se fueron enzarzando en una charla de viejos momentos que excluyó deliberadamente al resto de las personas entorno a ellos, antes de arriesgarse e ir a bailar a la pista sin hacer un gran número ni teatro por ello. Ambos eran demasiado famosos para su gusto después de todo y estaban acostumbrados a llamar la atención solo por estar allí. Sin embargo, después del primer contacto entre sus cuerpos cercanos a causa de las diversas danzas que sonaban, ellos cambiaron y comenzaron por fin a hablar de sus proyectos actuales mientras de tácito acuerdo comenzaban a alejarse poco a poco de la gran multitud.

No intentaban pasar desapercibidos en sus acciones ni nada por el estilo... pero sí compartían en silencio la necesidad de pronto... privacidad.

Harry jamás notó la mirada de hielo azul que parecía querer quemar su nuca al salir finalmente de la sala de baile para ir a lo que él pensaba eran increíbles jardines.

Después de un cierto tiempo de charla inocua, finalmente la noche dio paso al silencio mientras ellos caminaban perezosamente por el borde de la costa del mar negro. Dejándose caer casi distraídamente más y más cerca cada vez.

No mucho después Harry se encontró luchando por mantener la cordura cuando unos brazos fuertes le tomaron y unos increíbles labios suaves reclamaron los suyos en un beso demoledor que derribó cualquier atisbo de dudas que pudieran llegar a quedar en él.

Gimiendo, se deleitó con aquel músculo maravillosamente húmedo que se internó hondo en su boca y reclamó cada gusto y regusto de sí. Sintiendo como a cada segundo los impulsos de su cuerpo crecían.

Después de un muy impresionante beso con el rústico pero sorprendentemente imponente búlgaro, Harry sintió casi como si se derritiera. Si en algún rincón de su mente todavía existía alguna que otra reticencia a creer en su nuevo apetito sexual se había evaporado desde el momento de su primer contacto. Sus pensamientos corrían a mil por segundo pero eran todos confusos y demasiado aturdidos como para ponerse a descifrarlos justo entonces.

Su cuerpo se sentía como masilla caliente trabajada por esas manos grandes y capaces manos. Hermosas manos aunque algo rasposas debido a los callos en ellas. Probablemente debido al uso continuo de su agarre en la escoba para el Quiddich.

No supo ni tampoco le llegó a importar cómo, pero Harry de pronto se sintió siendo empujado y apretado contra un muy rústico tronco de un árbol a su espalada y con aquel pecho duro y caliente por su frente. TODO su frente.

Jadeó no sin cierta sorpresa evidente cuando notó las obvias reacciones del cuerpo ansioso delante suyo. Sintiendo el éxtasis corriendo por sus venas cuando la polla ya tremendamente dura se frotó decidida y ruda contra la suya.

'Joder' -eso es todo lo que el joven y aún inexperto moreno podía pensar. La lujuria tomando por asalto todos y cada uno de sus sentidos. El placer recorriéndolo y pidiendo más y más. Cegado por sus propios oscuros pero anhelantes deseos.

Sus cortas pero fuertes uñas se clavaron en aquellos anchos hombros, asiéndose de lo primero que pudo tomar para simplemente mantenerse en pie.

Su cuerpo para entonces comenzaba a mostrar una clara mente propia puesto que, sin haberlo pensado o planeado, sus caderas se balancearon atrayentes hacia delante, cayendo en una cadencia hipnótica cuando se entremezclaba con los quejidos que salían de la boca de ambos.

La unión entre sus bocas parecía hierro fundiéndose. Apenas respiraban el aire que el otro exhalaba sin molestarse en separarse para nada más. Alejarse para respirar correctamente estaba total y absolutamente fuera de cuestión en esos momentos.

Las manos antes quietas comenzaban ahora a moverse impacientes por acortar el tiempo para reconocer el territorio ajeno. Trazando un mapa de las regiones que resultaban con más respuestas y...

Un sonido como del quiebre de una rama seguido por un inmediato bajo y ronco gruñido a su derecha les sacó a ambos de su nube de lujuria de manera imprevista. Harry ya con la varita apuntando hacia el sonido y apenas reteniendo una maldición por entre sus labios -la paranoia post guerra no era algo que se perdiera en poco tiempo, eso era seguro-.

Fijos y asombrados ojos verdes se clavaron entre molestos y sorprendidos en aquellos zafiros azules que tan penetrantemente le estaban viendo. Quemando sería más exacto. Una mirada que le estaba diciendo mucho más que cualquier palabra o frase que hubiera llegado a soñar. Una mirada que hablaba de celos desquiciados y negación aparente. Ojos traicionados y doloridos más allá de la lógica razón.

Una mirada de ojos tan bonitos y tristes que el todavía pequeño moreno sintió que le helaba el corazón.

Su rostro parecía cincelado en piedra... al igual que lo que Harry estaba comenzando a sentir en su propio corazón.

Se dio cuenta -no sin cierta cantidad justa de shock-, de que el indomable pelirrojo había llegado a ser mucho más para él que la simple posibilidad de un polvo o alguien con quien quitarse las dudas y las ganas. Harry se dio cuenta, con dolor, de que ése cabeza roja en particular había llegado a gustarle, mucho. Quizás hasta demasiado. No, él sabía que no lo amaba, aún, pero ahí radicaba el problema más inmediato... él no se sentía muy lejos de llegar a hacerlo. Y muy, muy hondo por cierto.

Solo fracciones de segundos fue lo que tomaron estas enormes revelaciones para instalarse en él.

Solo fracciones de segundos fue lo que le tomó al pelirrojo frente a él solo, desaparecer.
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(3)Tuicas: Licor característico de Rumania, aguardiente de ciruela con una graduación muy elevada.

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