DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría.
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Nueva historia... Lo sé, cada vez llevo más pero simplemente hay algunos que no se pueden evitar plasmar o guardar y créanme tengo varios guardados. Éste en particular fue a raíz de un sueño ¡Primera vez que sueño con una historia a tal punto de saber toooodo desde el principio al final! En verdad fue rarísimo... Fue hace un par de días y aun me acuerdo así que aprovechando eso estoy como loca tratando de escribirlo todo...
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*N/A: Este será un fic que, si bien no tendrá temas fuertes propiamente dichos, tampoco será del todo 'normal' ya que tratará algo de incesto y un poco de confronte a lo religioso así que si no te sientes a gusto con algunos de estos temas ten a favor de volver por donde llegaste ¿Ok? Ya con esto avisado les dejo con el primer cap que espero disfruten*.... Guada*
EL PLACER DEL PECADO
Esta es la historia
de dos jóvenes prohibidos desde el mismo instante de su creación.
Una historia de amor fraternal destinada a un caótico fin.
Un amor que simplemente es cenizas antes de que el fuego se encienda.
Un amor corrompido, repudiado, condenado… Un amor de pecado.
Isabella Marie Dwyer llegó un 13 de Mayo con la edad de tres
tiernos añitos a la casa del prestigioso Carslile Cullen, su padre. Su madre,
Renné Dwyer, había fallecido hacía tan solo dos días y él fue entonces
contactado como único contacto directo de la pequeña. Gran sorpresa, gran.
Imagínense que de un día para el otro te enteres de que eres el único guardián
legal de una pequeña que a todos los efectos era un pecado más en su haber.
Sí, el muy prestigioso y aclamado Carslile Cullen fue tan
solo un hombre más que no resistió la tentación de fallar en sus votos y pecar
con libre albedrío. Y es que, a fin de cuentas, él era tan solo un hombre más
allá del nombre. Su matrimonio con Esme era perfecto en lo conyugal, en lo
impersonal, pero en la intimidad…
Ella sencillamente –y estaba seguro que de manera
inconsciente- lo relegó de su papel de marido y esposo amado a consorte, a
pareja, a un compañero. De pronto todo su mundo cambió tras la tan esperada y
ansiada llegada de su primogénito. Su hijo. Y, Dios lo perdone, él lo amaba con
cada resquicio de su ser, pero a la vez quería y amaba a su esposa, a aquella
mujer apasionada y cariñosa que se había ido tras dar a luz. Primero lo dejó
pasar como toda una etapa en una mujer y luego, luego sintió que ya era tarde
para reclamar algo que no sabía si tenía siquiera derecho a exigir. Ya habían
pasado tres años desde que su niño había nacido y ya nada había vuelto a ser
como antes entre ellos, cada vez intimaban menos y ya en ese momento no podía
recordar cuando había sido la última vez, por lo que; cuando en medio de esa
necesidad esa mujer se presentó y enardeció todos sus instintos él no tuvo la
fuerza necesaria para rechazarla, es más, hasta abrazó al placer pecaminoso y
sórdido que le estaba ofreciendo.
Renné no era tonta, ella sabía en lo que se estaba metiendo.
Un hombre necesitado y despechado por el desplante de su mujer pero, la
atracción carnal le pudo y ella tan solo atinó a dejarse llevar y sentir esos
placeres básicos y primarios que la envolvían cada vez que estaba con él… Oh
sí, fue más de una vez.
La primera fue tan solo un folleo barato, una descarga de
frustración sexual y anímica para él.
Tras haberla curado de una fea caída en la guardia ella
estaba luchando con la puerta trabada de su asqueroso y viejo coche cuando el
mismo doctor de infarto que la había atendido hacía escasos minutos se colocó
detrás de ella y tironeó con fuerza la puerta para luego abrirla de un fuerte
tirón seco… pero ninguno se movió. Allí estaban ambos, con la respiración
contenida y los cuerpos vibrantes de anhelo con la puerta abierta del coche
como silenciosa invitación. Y él no resistió. Llevó sus manos a la cadera de la
hermosa mujer que tenía acorralada frente al coche y la giró en el mismo
instante en el que ella casi de manera desesperada se lanzaba a sus ya deseosos
brazos. Un beso húmedo y desenfrenado desencadeno una lujuria que ninguno supo
sobrellevar. Toda razón o conciencia quedó tirada en algún lugar en el camino a
aquel oscuro callejón solitario en el que se encontraban sus coches. Nada
tierno, nada romántico. Tan solo una baja de braguetas y pantalones y ella se
encontraba doblada contra el capó de su coche, siendo penetrada de manera firme
y casi bestial por aquel rubio adonis.
Los siguientes encuentros fueron más de lo mismo. Lugares
sórdidos y apartados de la buena vida, ninguna promesa, ningún pensamiento más
allá del momento que vivían. O al menos así fue hasta que finalmente Esme
enfrentó a su esposo. Sí, ella finalmente despertó de su burbuja perfecta de
abnegada madre y ama de casa para darse cuenta que había dejado de ser una
esposa. Su perfecta burbuja reventada crudamente al encontrar una usada caja de
preservativos en los pantalones de su esposo que fielmente revisaba antes de
lavar, preservativos que obviamente no usaba con ella, quien tras su parto le
fue dicho que luego de tan complicado alumbramiento su útero había quedado
inútil. Lloró y maldijo una y mil veces a su marido, a ese perro infiel… pero
en el fondo supo que en realidad había sido en gran parte su culpa, por dejarse
de sentir mujer para su hombre, por relegar a su marido al último ítem de su
lista diaria de preocupaciones caseras. No, definitivamente no era solo culpa
de su marido y, no es que lo justificara pero ella lo conocía, sabía que él no
hubiera llegado a eso si no hubiera estado en el borde de su necesidad.
Así que esa noche,
justamente tras llegar de uno de sus acalorados encuentros, Carslile fue
abordado por su muy comprensiva pero decepcionada mujer. Su pequeña aventura
llevaba un mes y días cuando llegó a su fin. Y él, él no tuvo cara para
despedirse de esa mujer que tanto le había dado, que literalmente lo había
salvado y que, indirectamente había salvado su matrimonio. Sí, ya que
increíblemente su matrimonio resurgió como el fénix de las cenizas tras aquel
gran altibajo marital.
Al menos… al menos hasta que aquella fatídica e inesperada
llamada llegó a su hogar.
Carslile Cullen se enteró de la peor manera que, no solo
tenía una hija de su breve amante, sino que solo fue contactado porque dicha
mujer estaba en las puertas de la muerte.
Esme estaba destrozada, el fantasma de la infidelidad
siempre siguió latente en su cabeza pero esto, esto era demasiado, reavivaba
cruelmente el dolor de no poder engendrar más hijos hermosos como fruto del
amor por su marido. Pero comprendió y cedió, una vez más.
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Carslile fue como atontado a aquel pequeño hospital de Ensenada
con grandiosas vistas al pacífico y quedó shokeado cuando vio lo que quedaba de
aquella mujer fresca y alegre, vigorosa y vital que él había tenido el fortunio
de conocer. Como médico supo de inmediato que verdaderamente ella estaba a un
paso de su último aliento, y que, posiblemente, lo haya estado esperando para
darlo. Así fue… Ella estuvo contándole como fueron las cosas para ella. Como
sintió que él no iría y como reunió el coraje de seguirlo en un taxi hasta su
casa unos días después para verlo felizmente abrazado a su esposa e hijo, que
sí, sufrió pero no demasiado, ella era un alma libre a la que nada la ataba y
aun con el dolor de haber quedado nuevamente sola ella siguió su camino. Le
contó como había ido a las vegas y había trabajado un mes de camarera en un
hotel para nada notable y como los malestares se comenzaron a hacer evidentes
alertándole de lo que posiblemente sucedía dentro de su cuerpo. Y no se
equivocó, ella estaba embarazada de dos meses cuando le hicieron la ecografía.
No le contó los pormenores; como la echaron al enterarse del
trabajo, como la violaron al encontrarla durmiendo en su destartalado coche en
un callejón y como fue corriendo a un hospital para saber que todo estaba bien
con su bebé. Como tuvo que hacer tripas corazón y terminar de camarera en un
bar en el que por suerte el dueño era alguien amable y que la cuidó casi como
el padre que no tuvo.
El hombre de cabellos dorados y ahora alborotados, escuchaba
emocionado por todo lo que había pasado, asombrado de su fortaleza y
determinación, agradecido de haber intentado no dañar la vida que sabía que él
llevaba, molesto por no haberla podido ayudar, en fin… demasiadas emociones
embargaban su mente para ese momento, pero se concentró al ver como ella le
narraba del parto y de la niña que por fin había atado su alma a sus respiros,
que había anclado su corazón a aquella tierra que la vio nacer… Ensenada,
tierra y mar, el contraste perfecto para lo que ella esperaba de su vida y de
la de su pequeña… El lugar en el que tristemente se enteró de que los suspiros
de su pequeña no eran lo suficientemente fuertes como para anclarla al mundo de
los vivos. Cáncer linfático le habían diagnosticado. Hacía ya tres meses de
aquello. Estaba avanzado.
Probabilidades, cero.
Complicaciones, muchas.
Se había ramificado. Ahora estaba en su páncreas y en el
bazo.
Finalmente, tras contarle además lo bella que era su niña y
lo buena que era, ella le pidió, le rogó que cuidara bien de ella. Renné,
desarraigada como tal no tenía nadie a quien recurrir, y fue recién ahí, en su
lecho de muerte que entendió lo infinitamente sola que había estado siempre,
pero ya no importaba. Lo único que pedía para poder irse en paz era la promesa
de que alguien cuidaría fervientemente a su pequeña niña. Y lo obtuvo… y por
fin pudo exhalar aquel último suspiro degustando el nombre de su niña mientras
la vida abandonaba su cuerpo maltrecho.
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Carslile miraba pasmado a la niña que venía de la mano de
aquel señor mayor y fue instantáneo, el amor de padre lo invadió como una
oleada hacia ella quien en ese momento lo miraba curiosa al verlo salir de la
habitación de su madre. El hombre astuto, lo miró; lo miró y su semblante
cambió drásticamente a una triste mueca de entendimiento. Entonces, se agachó y
le susurró algo a la pequeña quien entonces abrió muy grande los ojos y lo miró
con sorpresa, con ilusión… y con temor. Dudosa, lo miraba a él y a la puerta
alternativamente para luego dar un suspiro mientras cerraba los ojos y soltarse
del señor que aun la tenía agarrada, acercándose lentamente hacia él.
― ¿Puedo depedime de mi mami? ―preguntó con el tono de un
suave repique de campanas.
Carslile no supo qué decir, así que intentó ser lo más cauto
posible.
―Isabella, tu mami está durmiendo ahora y me pidió que te
llevase conmigo, que no estés triste y que ella te cuidaría siempre ―dijo
suavemente. Ella frunció el ceño, estaba enojada.
―Yo sé eso, mi mami me dijo. Yo teno q ir con mi papi cuando
mi mami se duema y se haga un agelito. Y ahora mi mami se dumió y me teno q ir,
pero quiero id a dale mi besito para q vaya en paz y decile que la quero.
Carslile quedó sumamente impactado ante estas palabras. Sin
duda su pequeña era alguien muy inteligente y le dolió haberla ofendido
subestimándola, pero estaba realmente orgulloso de ella… y de Renné, quien con
esfuerzo y un más que seguro dolor que en nada se debía al físico, fue
preparando a la pequeña para este impostergable y fatídico día.
La despedida fue triste de ver, de presenciar, de sentir;
pero muy hermosa y llena de infinita ternura, la ternura única que solo un niño
aun puro de corazón es capaz de emanar.
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Pasaron brevemente la noche en aquella pequeña habitación
donde ambas se quedaban sobre el bar en el que aun trabajaba y le agradeció
profusamente al hombre y a su mujer a la mañana siguiente por haber cuidado de
Renné y de su pequeña mientras ella convalecía en el hospital, prometiendo
mantenerlos al tanto de su crecimiento si gustaban a lo que la pareja accedió
gustosa.
El viaje fue largo y la preocupación lo embargó. La niña
dormía y se agitaba, llamaba a su mami pero no lloraba. La única y simbólica
lágrima que derramó fue al darle su beso a su madre mientras acariciaba sus
ojos y tomaba el relicario en forma de gota que llevaba en su cuello. No era
normal. Ella debía llorar,
exteriorizar su pena ¡Era su madre quien había muerto por el amor de Dios! Pero
él calló. No quería presionarla, incomodarla, bastante con todo lo que ya le
estaba ocurriendo a la pobre criatura. Le daría su tiempo, su espacio, y si
veía algo extraño siempre podía pedirle ayuda a uno de sus colegas. De ahora en
más él se encargaría de cuidarla con su vida, al igual que a su hermano.
Sin dudas el avisarle a Esme de la decisión de llevarla sin
demora a su hogar no fue fácil de hablar, ella tan solo dijo ‘de acuerdo’ antes de colgar, pero ¿Qué
podía hacer? La niña era una infante que necesitaba de muchos tipos de cuidados
como todo niño, y sobre todo, necesitaría contención; entonces, por primera vez
en su vida, Carslile dudó con respecto a su maravillosa y comprensiva esposa,
no podría culparla de aborrecer la prueba constante d su infidelidad pero…
tampoco podría soportar el que le hiciera el vacío o el desplante a tan
necesitada niña. SU niña. Producto de
un error sí, pero aun así fruto de su cuerpo.
Al llegar todo estaba en silencio y el ambiente era tenso
por lo que él tomó a Isabella de la mano y la acompañó al interior de la casa
mientras era miraba maravillada todo cuanto sus ojos veían.
Esme. Ella estaba sentada muy recta en el sillón de la sala,
esperando… no sabía qué exactamente. Era el purgatorio. No saber que sería de
su familia tan solo por la presencia impuesta de aquella pequeña niña que sabía
no tenía culpa alguna pero a la que estaba segura sería muy difícil de ver.
Cuan errada estaba.
Nada más ver sus pequeñas y sonrosadas mejillas y aquellos
brillantes pozos chocolates supo que la querría como a una hija, como aquel
segundo hijo que siempre añoró para completar su familia. Sabía que quizás
sería difícil pero estaba convencida de que con tiempo y paciencia, pero sobre
todo con cariño, la niña finalmente la vería como alguien más que la cuidaba. No
como su madre, no, ella no quería suplantar el recuerdo. Y sin embargo,
secretamente, añoraba ya que algún día pudiese llamarle mamá, aunque fuera una
vez.
Más el momento en que ella pudiera decir algo se vio opacado
por la pequeña presencia que surgió desde detrás de la asombrada y levemente
asustada mujer. Ella confiaba ciegamente en su pequeño pero, la situación era
extraña y atípica y no sabría decir si él fuera a hacerle un desplante o no.
Hasta que él habló.
― Soy Edward ¿Tú quién eres?
Wiiiiiiiiiiiiiiiiiii G, me encanta dios estare esperando las actualizaciones n_n
ResponderEliminar*-*
<3
besotes cariño
que hermoso capitulo♥♥♥♥ ... la forma en la que describes como se fueron dando las cosas es increible, ya muero por leer el siguiente capitulo :D
ResponderEliminar:O Hola!!! ñ.ñ me gusta Guadi, me encanta ooooooh si lo de incesto :O lol, veo el asubto,,,, raro, pero me encanta ñ.ñ ya, querida pobre Bella , Esme, Esmeee xd xq no puede haber en la vida real un ser tan bondadoso como ella? Diooos, jaja, Te leo :D
ResponderEliminaryo llore....bueno se me aguaron los ojos con lo de Renee, no se q tan buena sea para lo del incesto pero mientras me gusta y espero q publiqs pronto
ResponderEliminarHola Guadi, muy buen comienzo, felicitaciones!
ResponderEliminarOh hermoso capitulo, me encanto muy bello, pobre Renne que en paz descance, Esmme tiene un gran corazon que no le cabe en el pecho, para una mujer que su esposo le haya sido infiel y llegue con el tiempo con una hija de su aventura, debe de ser muy doloroso tener que ver en esa pequeña niña que no tiene culpa, pero si el recuerdo de esa traicion noo hay que tener cojones yo soy madre y esposa pero no se que aria en una situacion así, no se como reaccionaria seria muy pero muy dificil, es un tema para reflexionar.
ResponderEliminarEspero que actualizes pronto estere al pendiente, pero en todo caso avisa por facebook y me etiqueteas por favor.
Nos vemos pronto estamos en contacto, cariños bye y gracias ;)
esta historia engancha,Esme es una mujer bondadosa la amo, exelente el capitulo. saludos GUADI.
ResponderEliminarmi G.. debo decir como amo lo que escribes? sii pues lo digo.. esta hermosa la historia.. me encanta.. tu forma de escribir me gusta... publica prontoo las segundaa..
ResponderEliminarwiiii! se ve q sera muy buena!! espero q actualices pronto!
ResponderEliminarMe encantó!!!!!!!
ResponderEliminaroye guadi como siempre escribiendo cosas realmente interesantes y bueno a esperar un nuevo cap. para saber como se ira desarrollando la historia.. saluditooos =)
ResponderEliminarcomo siempre nos deslumbras con historias sorprendentes y cautivantes, esperaré con ansias la actualización
ResponderEliminarcariños. sandra
Hola me encanto este fic sobre todo esmme es mi idola con su gran corazon que sin importar lo que bella le recuerda ha decidido cuidar de ella ya quiero que llegue el siguiente capi para ver como es la relacion que van a tener edward y bella
ResponderEliminarsaludos y abrazos desde México
comence a leer!!! me impacto!!!!! estoy sedienta voy por mas!!!
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