Mi Elemento
DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría.
Este fic contendrá mennage HETERO -BI- Y HOMOSEXUAL. Lemmons gráficos y lenguaje adulto.
.
Mmm antes que nada... ¿Les pido un favor?
El problema de mi sexóloga está nominado como mejor trío hot en los premios Suri Awards 2012 ^^ así que... ¿Podrían votar por este trío caliente? jajajaa aquí les dejo el enlace
Suri Awards 2012
.
Capítulo 33
ADVERTENCIA: Los procesos químicos aquí explicados no son exactos ya
que solo tomé diversas referencias así que está casi demás decir que NO es para
que nadie comience a experimentar con estos elementos ya que su mezcla
inadecuada puede resultar dañina.
*
BPOV:
Al día siguiente mi cabeza era un asco de caos.
Para variar desperté tarde y me di una ducha tan rápida que
el agua ni terminó de llegar a calentarse, lo cual en cierto punto me venía
bien para así despejarme más pronto. Corrí escaleras abajo con los segundos
contados una vez más solo para terminar encontrando a los chicos igual o más
apurados que yo. Haciendo malabares que de no ser en ese momento exacto me
hubieran resultado hasta chistosos. Arreglaban corbatas, sacos y papeles mientras
intentaban beber un sorbo de café en el proceso sin terminar por tirárselos
encima -un café tibio y una que otra tostada de paquete de aspecto dudoso, cabe
añadir-. Genial ¿No? Pues no.
Apenas tomé una tostada y les di un beso rápido a cada uno
antes de salir corriendo hacia mi coche con Edward pisándome los talones. Esta
vez no hubo mucha ceremonia ni largas observaciones ni nada, tan solo unas
fuertes y seguras pisadas en los aceleradores de ambos carros y ya estábamos en
camino hacia mi edificio de trabajo para que él, unos segundos después de
dejarme y cerciorarse que entraba sola y tranquila en la mismísima puerta de mi
consultorio -no, no se conformaban con dejarme en el jodido estacionamiento-,
saliera corriendo antes de terminar llegando tarde al suyo ya que hoy tenía una
especie de muy importante junta con unos inversores para un proyecto de
edificios en serie… o algo así, la verdad no entendía mucho al respecto más
allá de lo que tan pacientemente había intentado explicarme.
Joder, ya parecía una vaga de campeonato.
No es como si no trabajara hacía tanto, solo que al faltar
tantos días por ese tremendo hijo de puta se me había juntado más consulta que
niño en juguetería para navidad. MIERDA.
Atendí a todos y cada uno de mis pacientes de manera
sistemática y no tan personalizada como me gustaba y solía hacer, pero el
tiempo me apremiaba y en verdad tenía que apresurarme si quería no discutir por
terminar saliendo a cualquier hora como me había ocurrido la semana anterior
-lo cuál también había sido parte de la estúpida discusión del viernes-. Por
suerte luego de ajustar un poco la lengua de algunos pacientes que más parecían
querer una sesión terapéutica que otra cosa por la cantidad de saliva que
gestaban por momentos, logré llegar a tiempo para terminar a mi horario
habitual de las seis. Bueno, habitual desde que vivía con ellos ya que Ed se
puso medio -del todo- paranoico al darse cuenta de que solía quedarme
completamente sola a partir de esa hora y que, tal y como aquella vez que él me
encontró en la puerta de mi consulta completamente aturdida con el ramo de
mierda en la mano… mmm… digamos que él solo expuso la inteligente y rotunda
idea de que podría ocurrirme cualquier cosa y bue…
Ok, no quise tentar mi suerte con ellos así que simplemente les
hice caso ya que; de acuerdo, lo reconozco, desde ese día el miedo de todo esto
que me ocurría había crecido considerablemente.
Pero, volviendo al tema, logré llegar a las 6:04 al dichoso
estacionamiento -todo un record cabe añadir-, solo para ver que ya me aguardaba
Jake recostado sobre el capó de mi viejo y querido coche… viéndose como un
jodido modelo de playboy… arrgg.
Me acerqué a él.
―Hola guapo ―dije llegando a él.
―Hola muñeca ―contestó tomándome de la cintura para
acercarme a él y devorar mi boca en un beso demandante y mortalmente húmedo y
caliente que me hizo temblar mis pequeñas rodillas.
Me sentí idiota cuando me soltó y me tambaleé…
―Hmmm… y buenas tardes a ti también ―dije sarcástica.
Joder, apenas un beso -ok, un beso muy caliente pero beso al
fin-, y yo ya estaba con una piscina olímpica en mis pantaletas -pequeñas
pantaletas agrego-, lista para entrar al coche y darme una alegría… y él se
separa sonriente. Bufé.
―Después de tremendo beso son más que buenas pequeña
―comentó sonriente moviendo las cejas de manera sensualmente implícita… así que
lo golpeé suavemente en su hombro con mi mano riendo como tonta ante sus
gestos―. Vamos nena. Withlock nos espera ―anunció.
¡Y allí se fue toda mi risa! ¡JODER!
Withlock venía a darnos el reporte de como habían salido los
primeros análisis y a darnos algunos detalles de lo que se había investigado
hasta ahora… Así que todo el peso de lo ocurrido volvía a caer sobre mí.
Montamos cada uno nuestro coche y pronto llegamos a casa,
donde ya nos esperaba un muy serio detective y un aparentemente muy preocupado
Edward.
―Buenas ―saludé a ambos.
La conversación en un principio fue algo -bastante- tensa,
pero luego digamos que fue fluyendo en relato, preguntas y respuestas.
Lo principal básicamente era que finalmente se sabía el tipo
de explosivos que se habían utilizado y, para mi completa consternación,
indignación, frustración… y muchas otras palabras y sentimientos terminados en
‘ción’, no era nada ni medianamente
elaborado ni ‘raro’ por así llamarle.
La dichosa bomba había sido una de esas caseras al parecer.
Según lo que llegué a entender eran dos estilos de bombas conjuntas bien
armadas y bla, bla, bla, lo cual a mi parecer lo hacía tan solo un poco más
tétrico en vez de normal ya que el mensaje implícito era bastante claro para
mí, algo como: ‘Te mataré con cualquier
jodida cosa’… MIERDA.
Aparentemente no era algo demasiado difícil de aprender,
elaborado de armar o complicado de conseguir por lo que si se pretendía hallar
alguna pista en eso estábamos fritos, en el sentido metafórico de la palabra
claro.
Sinceramente a mí todo aquello no me parecía tan simple como
ellos me la querían vender pero bueno, tampoco es como si tuviera mucha -o nada
si vamos al caso-, de experiencia al querer quitar de en medio a alguien… por
más que he tenido a más de un candidato.
¿Bomba hongo de termitas? ¿En serio? ¿Quién mierda le pone
un nombre tan ridículo a algo que está destinado a matar? No que importe
realmente pero ¿Hongo de termitas? Arrrg, sin dudas el/la Los/las Locos/as
-vaya que estaba complicadito esto- no tenían ni siquiera ganas de matarme con
estilo -bufé contra mí misma por la idiotez que acababa de pensar mientras
seguía escuchando-.
―Sí, es bastante simple ―decía Withlock sentado desde el
sillón individual apoyando sus codos sobre sus rodillas y mirando hacia abajo
en señal de concentración absoluta―. Requiere pocos elementos y, en un caso de
poco conocimientos en estos ámbitos seguro que hasta podrían pasar
desapercibidos. Primero que nada, tanto el polvo de óxido de hierro como el de
aluminio se consiguen en droguerías así que no podemos seguir la vía de
investigar la procedencia de los elementos porque no son extraños en prácticas
hasta caseras de uso doméstico. Puestos en partes iguales ellos crean una
abrasión de calor, algo que al alcanzar temperatura extrema corroe y…
―Efecto termita ―susurró Jacob.
―Exacto… Cualquier elemento donde estos estén colocados
comienzan a corroerse. En este caso el destinatario final fue un caño de gas.
Bastante inteligente si se tiene en cuenta que quería dar el aspecto de
descuido hogareño ―añadió mirándonos a todos con facciones ilegibles―. Pero, y
por si fuera poco, se entraron restos de cloruro de sodio junto con cloruro de
sodio pegados en el mismo caño, esto provoca que la reacción de los elementos
sea aun más rápida y potente. Lo extraño en sí es que todo esto estaba
convenientemente puesto sobre una lata y no sobre el caño en sí.
― ¿Por qué?
―Tiempo. El hecho de que los elementos vayan carcomiendo
otra cosa antes que el caño le daba el tiempo necesario al acosador para huir
sin tener la histeria de que alguien lo viera salir corriendo al momento de
escuchar la explosión. El efecto ‘hongo’ ―dijo recalcando con comillas
imaginarias con sus dedos―, es efectuado porque fue usado sobre algo que
contiene gas. Generalmente se usa una garrafa o algún recipiente de gas
comprimido pero al no haber nada de eso fue bastante difícil hallar el modus
operandi de dicho artefacto, y más aún porque como dije, se han combinado dos modelos
distintos ―bufó.
La charla siguió su curso hablando principalmente entre
ellos tres mientras yo me perdía en pensamientos algo deprimentes e ilógicos.
¿Era tan malo anhelar algo de paz? No entiendo porque
alguien puede querer perseguirme así ni quererme ver muerta. No entiendo ese
afán… arrg… estoy cansada. Lo sé, parezco una maldita quejica pero ¡vamos!
¿Quién mierda soportaría todo esto? Este fin de semana había sido jodidamente
hermoso… hasta que esta putada sucedió y todo se volvió negro de nuevo. Y no
quería eso.
Creo que el cansancio, hastío o lo que fuera se me notó en
la cara ya que Edward me miró y suspiró antes de venir a mi lado en el sillón y
abrazarme -cosa que los otros dos obviamente notaron-. Jasper se levantó y muy
educadamente como era su estilo, se despidió anunciando que se mantendría en
contacto ante cualquier novedad y que lo mejor sería que uno de nosotros fuera
a la comisaría a hablar con los oficiales a cargo para que estos tuvieran en
cuenta de que no lo dejaríamos estar y que queríamos respuestas… O más
sencillamente que fuéramos a apretarles el culo para que se movieran e hicieran
bien su trabajo… al carajo.
Finalmente se fue y yo me quedé tirada en el sillón apretada
en medio de los chicos.
― ¿Bella? ―me preguntó uno de ellos.
― ¿Estás bien preciosa?
― ¿Mmm? ¿Eh? Sí, sí… ―contesté vagamente.
Me di cuenta -o algo así- que no podía estar viniéndome
abajo a cada rato. Tenía que afrontar con fuerza lo que me ocurría. Ellos no se
merecían recoger a cada rato mis pedazos y estar a cada segundo pendientes de
mí y mis momentos de histerias. Joder, yo no solo les estaba complicando la
vida sino que además ni siquiera se los agradecía como debería por la cantidad
de cosas que hacían por mí… Pero eso iba a cambiar ahora. Tenía que encontrar
una manera de hacerles saber y sentir cuan importantes se habían vuelto para
mí… y no solo por protegerme hasta de mí. Sino por ellos, por lo que eran, por
como me trataban, por todo lo que hacían y decían. Por ser ellos.
―Basta ―dije de pronto.
Giré mi cabeza hacia ellos una vez que me paré y vi que me
miraban confundidos. Como para no
-dije para mí.
―Exacto chicos… Basta. No quiero ni deprimirme. No quiero
preocuparlos con mis cambios de humor sin sentido. No quiero vivir cada segundo
compenetrada en el maldito hijo de perra que me quiere matar porque entonces en
realidad lo habrá logrado sin hacer nada ―ellos me miraron aun más
confundidos―… así es chicos. Si no vivo lo más normalmente y común posible
entonces él me estará matando en vida ―se estremecieron. JODER, yo me
estremecí―. No quiero eso. Así que basta, simplemente basta. Hablaremos de
ello, por supuesto que sí, pero no me voy a ahogar a cada minuto en toda esta
mierda y les pido por favor que ustedes tampoco lo hagan ¿Por favor? ―terminé
diciendo, o más bien implorando porque me comprendieran.
Segundos de eterno silencio embargaron el lugar.
Y luego ambos se miraron, suspiraron y asintieron antes de
levantarse y venir a rodearme.
―Lo haremos preciosa. Tú tranquila. Mientras que nuestra
muñeca esté bien, TODO estará bien ―dijo Jake abrazándome por la espalda y
recargando su mentón en mi hombro izquierdo mientras entrelazaba sus manos sobre
mi estómago.
―Me siento celoso gatita ―ronroneó Ed frente a mí haciendo
un puchero chistoso mientras me tomaba por las caderas y acercaba su pelvis
hacia la mía para comenzar a balancearnos tal y como si estuviéramos bailando
una balada en lugar de estar moviéndonos los tres como tontos sin sonido
alguno.
No importaba. No cuando sus labios tocaron los míos para
comenzar un beso suave y tierno que me hizo estremecer desde lo más hondo de
mí. Necesitaba eso para comenzar.
Necesitaba de ellos. Cada vez más.
Cada vez más.
Pero justo ahora lo que quería era consentirlos y
retribuirlos de alguna manera. Quería hacerlos felices. Necesitaba sentir que
podía hacerlos felices. Quería verlos sonrientes y cómodos y tranquilos, tal
como si esta relación estuviera en un proceso normal de conocimiento y
reconocimiento de pareja y no todos estresados por algo que en estos momentos
en verdad estaba fuera de nosotros, de nuestras manos.
Así que con esto en mente terminé el beso con Ed y giré mi
cabeza para darle un ligero beso en los labios a Jake para luego comenzar a
separarme del enredo hermoso de sus manos inquietas.
―Hoy cocinaré… No tengo idea de qué es lo que hay en el
refrigerador pero iré a ver y haré algo para cenar ―les sonreí― ¿Quieren algo
en especial?
―Sorpréndenos ―dijo Ed poniendo esa maldita sonrisa ladeada
moja bragas. Aaarg… Creo que debía alimentarlos bien teniendo en cuenta la
genial idea que se estaba formando en mi cabeza en estos momentos. Mmm…
―Si sigues así creo que no habrá cena muñeca ―ronroneó Jake
frente a mí―, puedo olerte preciosa ―dijo guiñándome un ojo.
Le guiñé en respuesta.
―NOP… comeremos y… bueno, luego les digo el resto ―comenté
sonriente yendo hacia la cocina escuchando dos sonoros gruñidos venir detrás de
mí.
Finalmente luego de casi dos horas metida en aquella cocina
de ensueño nos sentamos a la mesa a disfrutar de la cena hogareña como si esto
fuera de lo más normal y no hubiera ni siquiera un mísero drama en nuestro día
a día. El pollo a la mostaza agridulce con verduras glaseadas y papas a la
provenzal fue efusivamente vanagloriado -para mi completa alegría-, mientras
cenábamos charlando de cosas banales y agradecidamente insustanciales. Una cena
en paz.
Los chicos fueron quienes levantaron la mesa y pusieron los
trastos en el lavavajillas mientras que yo me excusaba para ir a darme una
ducha y preparar algunas cosillas para lo que tenía en mente desde el momento
en que la palabra ‘complacerlos’ se
me instaló en el sistema.
Bien -pensé complacida-, todo estaba listo.
Había acomodado la cama más hacia la izquierda del cuarto y
colocado las lámparas de forma tal que alumbraran con una luz tenue y no
encandilaran rompiendo el momento. El ambiente era, cálido.
Me duché en tan solo dos escasos minutos a fin de aprovechar
el tiempo en alistar lo que faltara pero colocando a consciencia mi crema
humectante con aroma a almendras y miel por todo mi cuerpo sabiendo de antemano
que ellos amarían la vista de mi piel húmeda y brillante y el aroma suave y
envolvente de la misma. Quería verme bonita, pero más aún, quería sentirme sexy
para y por ellos, así que por lo mismo tan solo me coloqué una cortísima bata
de seda negra sobre mi cuerpo aún ligeramente húmedo y me cepillé el cabello
hasta separarlo en dos juguetonas coletas bajas y sueltas.
Hoy quería jugar.
El sillón que moví para que quedara completamente delante de
la cama era el toque final a la puesta en escena… Y mi hermoso palco privado
por las próximas horas.
Justo entonces fue que los chicos -ambos- entraron medio
sonriendo y de la mano al cuarto quedándose medio en shock cuando vieron los
cambios recientemente efectuados.
―As que por esto eran todos esos ruidos ¿Eh? ―comentó Ed
mirando todo.
―Yooo…
― ¡Vaya! ¿Y esto?
Respiré profundo.
―Esto es para ustedes. HOY es para ustedes, yo… ―inspiré y
cerré los ojos.
Me obligué a hablar. Me auto obligué a decir aquello que
necesitaba que supieran. De alguna manera, quería que ellos supieran que ya los
llevaba en la piel -incluso más de lo que hubiera esperado o querido.
―… Gracias… Por todo ―suspiré―. Por ser como son entre
ustedes, por como son conmigo. Por estar aún aquí a mi lado en el momento de
mayor locura e inestabilidad de mi vida y por aún así querer permanecer junto a
mí a la mañana siguiente. Por venir soportando mis humores, que sé muy bien que
no han sido los mejores -sobre todo en este último tiempo-. Quiero que sepan,
ambos, que sepan cuanto les agradezco por todo y… y lo mucho que he llegado a
necesitarlos, a quererlos ―hice una pausa para que el peso de mis palabras
hiciera mella en ellos. Para que vieran y sintieran lo verdaderamente
importante que era para mí decirles estas palabras―. Sé que todo esto no surgió
en el mejor momento y que quizás por todo esto ustedes se sienten un poco
‘responsables’ de mí, pero sea como o por lo que sea… Gracias ―y finalmente
abrí los ojos y les enfrenté la mirada―. En verdad no entiendo qué carajos
vieron en mí como para esforzarse tanto pero sin dudas se los agradezco, aunque
quizás hasta hoy no lo pareciera puesto que me he estado comportando como una
maldita ingrata egocéntrica. Lo sé, hoy lo noté. Ustedes, los dos ―los señalé―,
siempre están ahí para mí, y yo solo siento que he causado problemas y
malentendidos ―hice una mueca sabiendo que eso en verdad era cierto. Maldita
perra que era... arrg―. Por eso hoy me decidí a
alejar todo aquello a un lado y así, intentar demostrarles, aunque fuera
un poco cuan agradecida estoy por ello. Por todo.
―Muñeca…
―No. No lo digas. No digan nada. Sé que están cansados así
que, solo vayan a bañarse que el baño ya está listo y luego… luego podré
comenzar a demostrarles.
Las palabras en un principio parecían no querer salir de mi
garganta pero, una vez que la primera salió, la verborrea comenzó su escape
inconsciente de mí.
Cada palabra fue completamente cargada de sinceridad y yo
solo esperaba que ellos lo sintieran porque, yo… quería… quería hacerlos
felices, un poco…
Los tres nos mantuvimos la mirada por un momento que pareció
extenderse inconmensurablemente en el tiempo y espacio, así que, antes de que
mis nervios me ganaran yo solo, sonreí.
Sentí como los músculos de mi rostro se estiraban hacia los
lados y como mis párpados bajaban. Me sentí bien. Sentí que mi sonrisa era
cálida y mi mirada serena como pocas veces había sonreído y mirado a alguien… Y
supe que estaba bien, que lo que estaba haciendo -tanto por ellos como por mí-,
era lo correcto.
―Vayan. Los espero ―dije con suavidad porque no quería
quebrar esta sensación, este ambiente cargado de ‘algo’, algo que no terminaba de comprender o asimilar pero que me
daba una desconocida y anhelada calidez.
Pensé que podría abordar esto a modo de Femme fatale. Al
modo tan implícitamente sexual al cual estaba tan condenadamente acostumbrada
pero, sorpresivamente, esta calidez me hacía querer… no sé, me hacía querer que
esto fuese algo, más… íntimo, más dulce. Más entregado si cabe.
¡Dios! Ya ni sé lo que digo -o pienso si vamos al caso.
Edward se acercó a mí y lentamente tocó mi rostro hasta
quedar suspendido a tan solo un paso de mi cuerpo para luego posar sus labios
sobre los míos mientras sus pulgares avariciaban mis ahora ya muy calientes
mejillas. Él presionó un poco más fuerte y luego me soltó sonriente diciendo un
simple ‘gracias’, para POR FIN luego
soltarme yéndose hacia el baño.
Me quedé viéndolo hasta que sentí a Jacob acercarse para
tomar mi mentón entre su índice y su pulgar mientras me miraba de manera
interrogante.
―Sea lo que sea que pienses o sientas ahora… sigue así. Eres
feliz y yo lo soy. Lo seré con solo verte, verlos, a ambos así.
Me sorprendí. No podía negar que estaba contenta pero, de
ahí a… bueno, no importaba ahora.
En ese momento me estiré yo para ofrecerle mi boca y me
alegré -casi demasiado- cuando él, tras un escaso y casi inexistente segundo me
besó aún más cándidamente que Edward sin una pizca de vacilación. Luego tan
solo se giró y se fue a bañar con Edward mientras yo me quedaba allí mirando
por un momento a la nada para luego mentalizarme un poco sobre qué exactamente
haría cuando salieran. Me relamí los labios de solo pensar en ello.
Quizás pensaran que me ofrecería a ellos como nunca y que
sería una noche desenfrenada y todo eso pero, por más extraño que parezca -y
aunque me muriera un poco en elñ intento por las increíbles ganas que tenía de
follar al margen de mi rutinaria necesidad-… hoy no sería así.
Hoy. Hoy sería de ellos. Para ellos.
Apenas unos quince minutos después ambos salían por la
puerta del baño enfundados en unas displicentes toallas blancas que no hacían
más que realzar la belleza natural de sus húmedos y hermosos -hasta el
hartazgo- cuerpos mientras que una estela de vapor caliente les seguía tras
ellos claramente visible por la intensa luz blanca proveniente desde detrás de
ellos.
Ellos y sus indecentes cuerpos que invitaban a tocarlos.
Ellos y sus cuerpos húmedos tal y como ya estaba mi
hambriento sexo ahora.
Ellos y sus pieles calientes y humeantes que en silencio me
alentaban a acercarme. A follarlos como una loca hasta que sus miembros ya no
pudieran ni reaccionar.
ARRG.
Me aferré al sillón abrazándome al pequeño -muy pequeño-
rincón de cordura que me quedaba.
Y claro que sus estúpidas sonrisas aparecieron y mi puta
cordura casi se fue al carajo. CASI.
Pero no. Hoy tenía que aguantar a como de lugar. Por ellos.
Por mí… Y por la pequeña pero creciente oportunidad de un verdadero futuro
juntos… quizás.
―Ven aquí gatita ―me llamó Ed.
Y juro que sentí que la piscina en mi entrepierna hacía una
laguna en el piso alrededor de mis pies. Sin embargo, me obligué a respirar
hondo cerrando brevemente los ojos y luego los miré directamente a los ojos al
mismo tiempo en el que, aun envuelta en esta infame bata, me acercaba a ellos.
¡Mierda que era difícil no echármeles encima! JODER. Debería
de haberme vestido como esquimal para ahuyentar la tentación de sentir sus
manos sobre mi piel ardiente ¡Y debería de decirles a ambos que era casi ilegal
que se dejaran ver así ante mí cuando quería hacer algo bien! ¡Carajo!
Respiré hondo una vez más.
Me abracé a Jake y tomé una mano de Edward para besársela en
la palma mientras lo miraba… para luego meter su pulgar muy, muy despacio
dentro de mi boca. Mordiéndolo. Chupándolo. Lamiéndolo.
El sabor fresco y ligeramente salado de su piel invadió mi
paladar haciendo que gimiera tal y como sabía que no debía hacer.
Jacob comenzó a masajear mis caderas, mis glúteos. Segundo a
segundo más y más cerca de su línea divisoria y por ende, de su contenido.
Volví a gemir. Y me alejé de ambos, sonriendo cuando escuché
un bufido claramente exasperado y un gruñido evidentemente impaciente.
Caminé hacia atrás soltando una risilla tonta para ir a
sentarme de nuevo en el sillón por sobre una de mis piernas mientras me
abrazaba a la otra y los miraba al mismo tiempo que relamía una vez más mis
labios ahora resecos.
― ¿Bella? ―preguntó Jake― ¿Qué sucede?
―Quizás esto sea lo más extraño que alguna vez haya salido
de mi boca en muchísimo tiempo -si no es que nunca, murmuré lo más bajo que
pude, aunque creo que me oyeron de todas formas debido al silencio sepulcral
que había ahora en el cuarto. Respiré hondo y solo lo solté-, pero… hoy no me
uniré con ustedes a la fiesta chicos.
Sus caras de evidente desconcierto era todo un poema sin
dudas.
―O… ok… Gatita si no te sientes bien o algo no hay problema.
Podemos solo abrazarnos y dormir y ya…
―No ―dije fuerte y claro, interrumpiendo el monólogo de
Edward, quien como siempre era lo más atento y dulce del mundo.
―Pero…
―No, lo que quiero decir es que hoy simplemente es para
ustedes. SOLO ustedes chicos. Ese es mi regalo de agradecimiento ―comenté
desviando un poco la mirada puesto que esto de exponer sentimientos así tan
claro no era para nada lo mío en realidad.
―Mmm, disculpa muñeca pero ¿Cómo puedes agradecernos
negándonos tu cuerpo? No, no lo entiendo ―dijo mi lobo esbozando una sonrisa
seductora que me dieron ganas de pegarle antes de que terminara por tirarlo en
la cama y… arrgg…
¡Enfócate Bella!
Y entonces sonreí.
Y no era de cualquier manera común y ordinaria. Noooo. Yo sabía que la sonrisa que se mostraba en mi
rostro era el tipo de sonrisa gatuna propia de la mujer activa, gustosa y
segura que era. Este era mi elemento. ELLOS eran mi elemento… Y yo hoy -por más
que me deshidratara de tanto dejar fluir mis jugos y que mi centro se me
estrujara de ganas por participar y jugar con ellos-, no lo haría.
Hoy sencillamente sería quien los dirigiera.
***
La sexóloga ya tiene grupo en face así que los esperamos por allí ;)
Gracias a: Aleja- Ixa - Paty y Marga Por comentar ^^ Compañeras de locuras jajajaaj
El señor Jaice para quien preguntó es uno de los actores de la serie SUPERNATURAL y (personalmente) ¡¡¡Me encanta!! Jajajaj xD
Ahora sí... como siempre... Nos leemos pronto.... Besos y cuídense ^^
Guada*
¿¿¿ COMENTARIOS ???
Fascinante como siempre nena me dejas sin palabras....Besos...
ResponderEliminarguauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu esto sera de infartooooooooooo :O ella quiere ver y dirigir mierdaaaaaa no tardes plis
ResponderEliminarHola suerte para Bella creo que va a ser una gran prueba para ella mantenerse al margen pero bueno ojala lo consiga y eso del acosador me pone mal ojala que los deje un rato tranquilos en espera del siguiente capitulo
ResponderEliminarsaludos y abrazos desde México
auuuuuuuuuuuu
ResponderEliminarfantastico me encanta estoy impaciente esperando el proximo capi porfis no tardes muchos besos